La propuesta que José Hugo Sánchez presenta en el Museo Nacional de la Estampa (Munae) bajo el título de Polinización, busca propiciar la reflexión sobre los problemas que se viven en México, como son la pobreza, la violencia, la segregación, la represión, la migración, la lucha de los pueblos originarios y la identidad, los derechos de la mujer, la crisis ecológica y hasta la pandemia.
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En su narrativa, el artista sonorense recurre a la abeja como una metáfora entre la polinización y la migración humana, ya que estos insectos migran de un lugar a otro y polinizan de manera colectiva y organizada.
Para el grabador y artista del performance, la abeja simboliza la tenacidad, de ahí que haga una analogía con los migrantes que van de un país a otro en busca de trabajo y mejores condiciones de vida, pero en ese camino son objeto de discriminación y de violencia.
Las abejas, fundamentales para la vida, son afectadas por los químicos utilizados para fumigar, desestimando lo trascendentes que son para el equilibrio de la naturaleza.
Para el creador, quien cuenta con estudios de artes visuales y animación en la Universidad Estatal de San Diego y en el Colegio Southwestern, en Estados Unidos, la reconceptualización de la abeja, como símbolo de comunidad y de migración, habla de la memoria de los pueblos originarios, de los derechos humanos, de la identidad y la diversidad cultural.
En la muestra, la abeja está llena de signos, se arma, se desarma como un juguete gigante que deconstruye las relaciones de los humanos con estos insectos.
SIN FRONTERAS
José Hugo Sánchez, quien comparte su residencia entre Tijuana y California, a través de su obra aborda el aspecto de cómo los seres humanos se han olvidado de que las abejas son parte de la comunidad porque son fundamentales en la preservación de la vida.
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“Las abejas están a punto de la extinción; si reflexionamos, el trabajo que hacen, como el de los migrantes que van de un lado para otro, nos permite sobrevivir como humanidad. La abeja es una polirreflexión. Cuando digo que es una policonstrucción, es porque está hecha de muchas partes. Mi obra es un grabado convertido en una escultura-gráfica que se arma, y esta transposición de formas y temas forman lo que parece una abeja gigante”, indica el creador.
La idea de elaborar esta enorme obra nació en Tijuana, donde por más de 20 años ha estudiado y reflexionado profundamente sobre los migrantes y las múltiples identidades.
A través de sus instalaciones, videoarte, textos bilingües, impresión en gran formato, dibujo y tecnologías digitales se pregunta: “¿qué es el otro?, ¿qué me completa?, ¿por qué la mujer es violentada?, ¿cuál es la razón para que los seres humanos sean sometidos y oprimidos por la misma sociedad, una sociedad conformada por un poder con leyes jurídicas que decidió dividirnos en razas, en clases? Como hay un distingo entre estas comunidades, me pregunto a través de la abeja: ¿por qué el feminicidio?, ¿por qué la violencia?, ¿por qué el maltrato a los migrantes?”
En este sentido cuestiona las leyes jurídicas porque la sociedad se desentiende de cómo tratar incluso a las comunidades indígenas. Sostiene que la abeja es como un ombudsman bilateral de los derechos humanos, es una constructora de puentes bilaterales, es una diplomática que cruza la frontera sin papeles para armar polidiscursos.
LAS CLAVES
LA ABEJA GIGANTE
La instalación de la abeja en la exposición Polinización está integrada por 30 piezas esculpidas y grabadas en madera, que por medio de una estructura metálica, se ven suspendidas en el aire.
ANATOMÍA
El artista elaboró siete impresiones de 1.90 de alto por 1.10 metros de ancho con la técnica de xilografía y composiciones basadas en las partes de la abeja.
EN ESPERA
La muestra abrirá a partir de que las autoridades sanitarias lo permitan en Av. Hidalgo 39, Centro Histórico, Ciudad de México.