Casi cuatro años han transcurrido desde que la escultura ecuestre de Carlos IV, conocida como El Caballito, fuera objeto de una restauración fallida, lo que ocasionó daños irreversibles en un 45 por ciento de su superficie, de lo que aún no hay responsables.
Mientras la Procuraduría General de la República (PGR) analiza una posible responsabilidad tras la demanda interpuesta por el INAH en octubre de 2013. La obra fue sometida a una restauración que costó 7.5 millones de pesos.
La obra restaurada es un tanto diferente al que se había visto antes: ahora luce un verde olivo que, a según los expertos del INAH, es “un verde marrón” muy parecido al tono original con el que fue pintado por Manuel Tolsá hace más de 214 años, quien pintó la pieza para matizar su volumetría y velar algunos parches de esta obra monumental, por lo que no la terminó con una pátina, como se creía.
“Encontramos evidencia de que Tolsá terminó visualmente la obra a través de una capa pictórica oleosa; en las piezas metálicas, el concepto de pátina tiene otra forma de tratamiento, un procedimiento químico y de temperatura que no se presenta en este caso, porque Tolsá lo hizo a través de una capa pictórica que aún permanece, aproximadamente en un 30 por ciento del soporte, lo que nos dio pauta justo para conocer la forma en que nosotros teníamos que actuar en el acabado de la pieza”, dijo Liliana Giorguli, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH.
DENUNCIA
El gobierno de la Ciudad de México, a través del Fideicomiso del Centro Histórico, asumió los gastos de restauración de El Caballito, luego de que contratara, por adjudicación directa, a la empresa Marina Restauración de Monumentos, cuyos trabajadores usaron ácido nítrico para limpiar la escultura, provocándole una severa corrosión.
Esos trabajos fueron frenados por el INAH gracias a la denuncia que hizo en su momento, a través de Facebook, el cronista de la Ciudad de México, Guillermo Tovar de Teresa.
Durante la develación del nuevo rostro del Caballito se transmitió un video que daba cuenta de los trabajos a los que se sometió la escultura ecuestre y el pedestal sobre el que descansa.
En conferencia de prensa, a Diego Prieto, director del INAH, se le preguntó sobre la averiguación previa 206/UEIDAPLE/LE/1/2013, interpuesta en la PGR, a lo que respondió: “Eso hay que preguntárselo a la PGR, el seguimiento de la denuncia. Hay una denuncia penal, por supuesto, y supongo que tenemos derecho a la información y podemos pedirla para que les indiquen en qué estado se encuentra el expediente de la averiguación previa”.
“¿El INAH desconoce ese estado?”, se le cuestionó, y respondió: “Yo no tengo la información actualizada, el INAH se ha dedicado fundamentalmente a restituir la pieza”.