A lo largo de la historia un cuerpo desarrollado y musculoso siempre fue una obra de admirarse, la máquina perfecta que nos mueve día a día se consideró una obra de arte para los antiguos griegos, para quienes el cuerpo humano tenía una gran relevancia cultural, y donde tuvo sus orígenes el fisicoculturismo, ya que utilizaban pesos de manos para realizar ejercicios para fortalecer su musculatura, así como saltos, para aumentar la fuerza y longitud del salto, así como para forjar sus músculos.
Esta práctica no sólo se ve reflejada en el arte de la antigua Grecia, vasillas, pergaminos e historias de grandes héroes que tenían la musculatura similar a la de un superhéroe de las páginas de un comic o que se ve en las pantallas de la televisión, por ello la gran mayoría de estos papeles los desempeñan atletas de esta disciplina que muestran sus músculos casi sobre humanos para reflejar fuerza, o acaso no esa la intención de Lou Ferrigno como Hulk en la serie televisiva, así como de Arnold Schwarzenegger como Conan el Bárbaro en dos ocasiones y actualmente Jason Momoa como Khal Drogo o Aquaman.
A pesar de que la historia nos remonta a la antigua Grecia donde los superhéroes eran Odiseo, Perseo, Teseo y Hércules, versiones de la edad antigua de superhéroes y que se relacionan con los dioses por su perfección, la realidad es que el fisicoculturismo tuvo sus inicios en la década de 1920 con el pionero Charles Atlas, quien en su honor se designó el 30 de octubre para celebrar a esta actividad física, ya que coincide con la fecha de su nacimiento.
Charles Atlas y el legado en la cultura popular
Charles Atlas (cuyo nombre original era Angelo Siciliano) fue un fisicoculturista italiano nacido el 30 de octubre de 1893 en Acri, Calabria, Italia; a los 11 años de edad se mudó a Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos; debido a su adolescencia traumática debido a su tamaño y contextura física decidió cambiar su físico e inspirado en Hércules, un héroe de la mitología griega debido a sus portentosos músculos, comenzó su carrera en el fisicoculturismo. Realizó un intenso periodo de entrenamiento en el gimnasio de la YMCA o Young Men Cristian Association (Asociación de Jóvenes Cristianos), para desarrollar su físico, el cual era comparado con una estatua de Atlas, quien de acuerdo a la mitología griega cargaba en sus hombros el mundo, recibiendo ese apodo que lo llevó a la fama mundial y que en 1922 lo llevó a ser elegido como “el hombre más perfectamente desarrollado en el mundo” por la revista Cultura Física.
Durante varios años se dedicó a realizar programas de entrenamiento y cursos de desarrollo muscular por correo basados en ejercicios isométricos, con más de seis millones de suscriptores a nivel mundial, la publicidad de estos cursos en publicaciones e historietas alentó a muchos jóvenes a iniciarse en el entrenamiento con pesas para mejorar su aspecto físico y emular el físico de los superhéroes del cómic, pues quien no quería parecer Superman, Batman, Capitán América, quienes tuvieron una infancia con cuerpos “flacuchos” y débiles y de pronto son semidioses que no deben tolerar a nadie.
Charles Atlas falleció el 23 de diciembre de 1972, dejando un amplio legado en el mundo del fisicoculturismo y el desarrollo físico; así como en algunas historietas y programas de televisión, pues en 1991 la animación de Nickelodeon Ren y Stimpy, retomaron su legado a través de un personaje llamado “Charles Globe” o en español Charles Mundo, quien tenía un físico envidiable que quería tener el perro chihuahua Ren, pero que en lugar de cabeza humana tenía un globo terráqueo, pero mantenía sus programas para desarrollar un cuerpo perfecto.
De igual forma en algunas series animadas se hace referencia a esta práctica física, desde los Looney Tunes, hasta sátiras modernas como South Park , Padre de Familia o Los Simpsons, pues aunque el culturismo o fisicoculturismo es una actividad física basada en un programa exigente de entrenamiento con pesas, para el desarrollo y control de la musculatura, así como algunos lo catalogan como un estilo de vida basado en el ejercicio físico y una alimentación adecuada; la práctica obsesiva de este deporte puede generar trastornos psicopatológicos, como la musculodismorfia, conocida igualmente como dismorfia muscular o vigorexia.