Mi pandemia no fue la tuya, la de la gente muy rica no fue ni la tuya ni la mía, hasta la de los políticos fue una pandemia diferente”. Esto comentaba a MILENIO Arnoldo Kraus, a propósito de la aparición del libro Bitácora de mi pandemia, que comenzó a escribir a finales de febrero de 2020 y termina a mediados de año.
El médico volvió a hallar en la escritura una forma de alejar a los fantasmas de la pandemia por el covid-19, como lo hicieron muchos otros, no solo aquellos que tienen en la palabra una forma de expresión, sino artistas de otras manifestaciones, quienes construyeron sus propias bitácoras.
Si la escritura es una herramienta para conservar la memoria, al mismo tiempo hubo quienes buscaron darle coherencia al caos, apuesta de un proyecto impulsado desde la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana, bajo el título de Bitácora del encierro, coordinado por Philippe Ollé-Laprune, como parte de la cátedra Escritura y exilio.
“Tuvimos la impresión de que estábamos viviendo un momento único, al mismo tiempo complejo e inquietante, pero que podría aportar mucho en distintos campos. Vimos la reacción de muchos artistas e intelectuales en el mundo y nos dio la impresión de que sería importante confiar en la escritura”, aseguró en su momento el escritor y gestor cultural.
Un llamado al que respondieron autores como Mario Bellatín, Roberto Brodski, Emiliano Monge, Camila Fabbri, Mercedes Cebrián, Mauricio Montiel Figueiras, Laia Jufresa, Ariana Harwicz, Élmer Mendoza o Isabel Zapata, por mencionar a algunos.
En esta memoria que se construye al dejar los textos para después, lo más importante es saber qué estaba pasando en la cabeza de las personas. Eso produce la escritura, asegura Philippe Ollé-Laprune.
Testimonios a manera de diario
La Revista de la Universidad también hizo un llamado a desarrollar el Diario de la pandemia, que en un primer momento apareció en una versión digital, que luego se transformó en una antología que reúne más de 100 testimonios de los primeros 90 días de la contingencia por el covid-19.
Coordinado por Paulina del Collado Lobatón, Guadalupe Nettel y Yael Weiss, Diario de la pandemia se construye a partir de experiencias de creadores que habitan ciudades como Venecia, Seúl, Milán, Luanda, Buenos Aires o Ciudad de México. En el volumen lo mismo se encuentran las voces de Cristina Rivera Garza y Mariana Enríquez, que de Javier Cercas o Julián Herbert.
Desde que se dieron los primeros visos de lo que venía para la humanidad, se empezaron a desarrollar diarios o bitácoras desde diferentes escenarios; por ejemplo, la Filmoteca de la UNAM también llevó a cabo un concurso, con el propósito de “fomentar la reflexión y la comunicación en imágenes sobre la restricción social y el libre tránsito, así como el impacto económico en los gobiernos, en los capitales y en las empresas, en el marco de la crisis sanitaria que actualmente vivimos”.
Se lanzaron en los primeros meses, quizá, porque en ciertos sectores había la creencia de que no duraría mucho tiempo. José Ramón Calvo, miembro de la Real Academia Europea de Doctores, también hizo un llamado a expertos internacionales para conocer desde cómo se produjo la epidemia de covid-19 y sus consecuencias, hasta la compleja situación que se vendría a partir de la paralización mundial.
Todo ello está presente en un libro como La gran pausa: Gramática de una pandemia, que ha vuelto a circular en nuestros días, como una manera de recordar que la reflexión de hace un año no ha cambiado mucho con respecto a lo que se vive en la actualidad.
Historias para reinventarse
Entre los libros más recientes se encuentra el volumen Experiencias del año cero. Lado B de la pandemia covid-19, coordinado por Mónica Martínez Silva y que cuenta con un prólogo de Alberto Barranco Chavarría. Este proyecto editorial surgió, precisamente, durante
el periodo en el que la compiladora vivió el encierro por haberse contagiado. De acuerdo con Martínez Silva, se trata de “historias aleccionadoras surgidas desde el hogar, hasta el horror de vernos cara a cara con la muerte: la narración de múltiples vivencias que llevaron a sus autores y autoras a reconstruirse y a reinventarse”.