La importancia de hacer teatro comunitario, explica el dramaturgo Jaime Chabaud, no radica en generar profesionales, sino en reforzar la integración social a través de la construcción de identidad a nivel individual y de comunidad, así como ser un generador de paz.
Estampas zapatistas, obra que se presenta este 6 y 7 de abril en el atrio de la iglesia del municipio de Ticumán, en Morelos, es una colaboración de Mulato Teatro, La Luciérnaga Teatro-Marionetas y Via Crucis Teatro Ticumán, este último, grupo amateur de la comunidad que se ha empoderado a través de esta disciplina.
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"Muchos de ellos no podían sostenerte la mirada, es decir, tenían un problema de autoestima y autoconocimiento; también había mucha minimización de la mujer. El cambio después de estos cuatro meses de trabajo se nota en la postura corporal, en la mirada; hay un empoderamiento de hombres, pero principalmente de las mujeres", cuenta Chabaud.
La puesta en escena hace gran énfasis en la aportación revolucionaria de la mujer y busca darle visibilidad en la historia oficial, pero también "hay un grito desesperado de respeto por la condición actual de la mujer" que sigue expuesta "al machismo contemporáneo".
La obra Estampas zapatistas, escrita por Jaime Chabaud y dirigida por Marisol Castillo reúne una serie de "episodios, anécdotas, mitos y algunos eventos históricos pasados por la ficción. Son pequeños universos cerrados encarnados maravillosamente por estos actores enamorados del teatro".
ÁSS