Grupos étnicos, entre la modernidad y el urbanismo

Reportaje

Tehuacán se ha convertido en un lugar donde se han establecido personas procedentes de distintas etnias, en la región existe un vasto mosaico cultural, donde la gente cuida celosamente sus costumbres, que las diferencia del resto de la población.

De los 19 municipios que conforman la región, en once hay gente que habla una lengua materna, predomina el náhuatl con sus distintas variantes.
Apolonia Amayo
Tehuacán, Puebla /

Son herederos de las tradiciones, lengua, vestuario y toda una gama cultural que los ubica perfectamente a cada uno de ellos en la región que los vio nacer, allá donde aprendieron y valoraron lo suyo, donde están sus orígenes de los que se sienten orgullosos y pregonan a donde van.

Esos son los grupos étnicos que hablan náhualt, popoloca, mixteco y mazateco, estos últimos a pesar de ser procedentes del estado de Oaxaca, se sumergieron en la urbanidad de esta ciudad, donde a pesar de estar por más de tres décadas radicando en un lugar apartado a sus orígenes, siguen preservando sus costumbres.

Independientemente de que Tehuacán se ha convertido en un lugar donde se han establecido personas procedentes de distintas etnias, en la región existe un vasto mosaico cultural, donde la gente cuida celosamente sus costumbres, que las diferencia del resto de la población.

En esta región, de los 19 municipios que la conforman, en once hay gente que habla una lengua materna, predomina el náhuatl con sus distintas variantes y le sigue el popoloca del cual únicamente los habitantes de tres juntas auxiliares lo hablan: San Juan Atzingo perteneciente a San Gabriel Chilac; Los Reyes Mezontla, en el municipio de Zapotitlan Salinas; y San Luis Temalacayuca, en Tepanco de López, todas están distantes una de otra, pero hermanadas por la comunicación hablada.

Al ser este un idioma que cada vez pierde más hablantes, investigadores nacionales y extranjeros han hecho residencias en esos tres lugares, para elaborar diccionarios que contienen el significado de cada una de las palabras que ocupan en su comunicación, estos trabajos los han escrito en lengua materna y español. El trabajo más reciente fue realizado por un investigador japonés que estuvo poco más de un año en la comunidad de San Luis Temalacayuca, perteneciente al municipio de Tepanco de López.

En Coyomeapan, Zoquitlan, Eloxochitlan y Tlacotepec de Porfirio Díaz, la gente mayoritariamente habla el náhuatl, en esos lugares la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, ha aplicado programas para el rescate de danzas y música. El Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA), ha establecido programas de alfabetización, primaria y secundaria en lengua materna.

En estos municipios, una gran parte de la población indígena carece de vivienda digna, muchos radican en casas construidas con materiales propios de la región y no cuenta con servicios básicos que estén cercanos a sus domicilios como son el agua potable y el drenaje.

En esta región la mayoría de los preescolares, primarias y secundarias son bilingües; la falta de población escolar ha hecho que albergues escolares que anteriormente funcionaban con este mismo sistema de educación, dejaran de dar ese servicio por falta de alumnos. La ampliación de cobertura por la SEP al poner en servicio más instituciones, hizo que este modelo educativo dejara de tener la misma demanda y hubo la necesidad de dejar de dar este servicio.

En Zinacatepec, municipio situado en el Valle de Tehuacán, la gente sigue hablando el náhuatl, en las instituciones educativas principalmente de educación básica han buscado fomentar la danza autóctona, el jarabe del Colexo.

En esta diversidad cultural esta Ajalpan, donde no solo preservan su traje típico, sino también su gastronomía, actividades artesanales que se han heredado de generación en generación como es el tejido de lana, carrizo para hacer una gran diversidad de canastos y figuras ornamentales de carrizo, la artesanía del barro con el tabique y teja.

En su gastronomía, el Tempesquistle es una de las materias primas a utilizar en una gran diversidad de platillos, en los que algunos se pueden complementar con la salsa de chicatanas, hormigas que son recolectadas por los nativos en los meses de mayo y junio.

Para preservar esto que les da identidad, la cronista de este lugar, Margarita Villaba Gómez, hizo un llamado a los habitantes oriundos de esta ciudad a preservar las tradiciones y los apellidos que son únicos en este lugar. Para dar realce a los mismos, recientemente el artista plástico Rafael Mauro Reyes, plasmó en un mural del Palacio Municipal los 32 apellidos naturales de Ajalpan.

Algunos de estos son; Zacatzi (Zacatito) Quixtiano (Catrin); Tepacatl (vasija de barro); Tepeyotl (cerro pedregoso); Tepantle (pared); Toxpa (lugar de conejos) Cogque (el que compra); Chilchotl (de sabor picante), Palantoc (Apolillado) Piantzi (Pollito), entre otros.

En San José Miahuatlán, un municipio asentado en el inicio de la mixteca, su gente ha mostrado resistencia a perder sus tradiciones y a pesar del elevado número de migrantes que hay principalmente hacia Estados Unidos, quienes aquí se quedan o llegan de visita, se sienten orgullosos de hablar el náhualt. Este es de los pocos municipios donde sus habitantes conversan en su lengua materna, por eso este idioma aun lo habla más del 90% de su población.

En este lugar la gente viste con orgullo su traje típico, mantiene actividades artesanales que datan de más de un siglo, como es la elaboración del pan de burro, se le conoce así porque cuando este municipio carecía de carreteras, los tahoneros trasladaban este producto en canastos a lomo de bestia. En una de las caras del pan, está la figura de un burro, por eso este municipio es conocido en la región como el principal productor de este pan artesanal, que se comercializa en mercados de la zonae incluso de la capital del estado y del país.

En este gran mapa cultural de la región de Tehuacán, está inmerso el municipio de San Gabriel Chilac, uno de los lugares donde su gente sigue conservando su lengua náhuatl y las tradiciones que son un ejemplo a seguir, como es la festividad de Todos los Santos y Fieles Difuntos.

Este lugar se distingue por los altares monumentales que se colocan en cada uno de los hogares donde la gente llega a comprar fruta, pan, entre otros productos y enceres por 50 u 80 mil pesos; además del arreglo previo de cada una de las cruces que están en el campo santo.

La gente de San Gabriel Chilac se distingue también por sus bordados en manta hechos a mano, una tradición de varios siglos que se conserva en casi el 80 por ciento de su población, esta es una de las principales actividades que desempeñan mujeres.

Por la demanda que tienen, las prendas de vestir no solo se bordan en este municipio, el trabajo lo reparten en distintas comunidades, tanto del Valle como de la Sierra Negra, a quienes les pagan por cada lienzo que borden.

Pero no solo hacen ropa bordada, este lugar se caracteriza además por la confección de prendas de vestir para menores, que se ocupan para hacer la presentación de niñas o niños el 12 de diciembre en la festividad de la Virgen de Guadalupe.

En estos días son varios miles de este tipo de prendas de vestir las que son confeccionadas para ser llevadas a distintos mercados del centro y sureste del país, donde ya tienen su clientela y la venta segura.

Toda esta amalgama de colores, sabores y costumbres, le han dado identidad a esta región del estado de Puebla, donde su gente valora la historia y hereda sus tradiciones.



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