Las fotógrafas mexicanas Carla Verea y Francisca Rivero-Lake, reconocidas por su concepto artístico como Lake Verea, comparten su más reciente exposición Bloom, en línea, promovida desde la galería de diseño AGO Projects, AGO PH(O)TO, en Ciudad de México.
Las artistas presentan 25 fotografías de las más de 2 mil que registraron con un iPhone durante su estancia en la Casa Wabi, en Puerto Escondido, Oaxaca, experiencia que las cautivó y las motivó a capturar imágenes que no hubiesen obtenido con una cámara análoga.
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A decir del galerista Rudy Weissenberg, Bloom es una exhibición accesible, completamente en línea, que puede ser apreciada desde cualquier parte del mundo. “Lo interesante es que ellas llevan ya 16 años trabajando juntas, enfocadas en la historia de la fotografía y la técnica fotográfica. Aunque esta presentación fue todo un reto porque esta experimentación artística se hizo con un iPhone, un dispositivo diferente para ellas”.
Frente a su obra, las dos artistas hablan al unísono, porque su deseo es que se les identifique como equipo, no como creadoras en lo individual, aclara Francisca Rivero Lake: “Vamos como Lake Verea cuando hablamos de toda nuestra actividad. No hay una disociación de quién es quién, es un conjunto indisociable”.
Y Carla Verea la secunda: “Igual cuando usamos cámaras somos dos cámaras y las intercambiamos para que nunca sepamos quién puso el dedo y quien hizo el clic”.
Las 25 fotografías fueron seleccionadas por un curador. Sin embargo, sintetizan las vivencias de ambas fotógrafas durante su residencia en la Casa Wabi, donde permanecieron durante cinco semanas, a principio de año.
Aseguran que el espacio es increíble, ya que es un diseño del arquitecto japonés Tadao Ando (Premio Pritzker, 1995), espacio al que se han sumado tanto el Pabellón de Barro, de la autoría del arquitecto portugués Álvaro Siza (Pritzker, 1992), como el Pabellón del Guayacán, realizado por el estudio mexicano Ambrosi-Etchegaray. También figuran el Pabellón de la Composta, del estudio paraguayo Solano Benítez, y más recientemente el Horno de Alta Temperatura y el proyecto de paisajismo del arquitecto mexicano Alberto Kalach.
Las artistas afirman que el Gallinero del arquitecto japonés Kengo Kuma es su espacio su favorito, y muestran a detalle lo que pudieron hacer en este lugar, donde la luz de la luna fue su cómplice.
“Nuestro interés era no ver las gallinas, sino que se entendiera la forma como la planteó Kengo Kuma, pues su idea era hacer un multifamiliar. Y logramos unas impresiones increíbles, hechas con luz. Con todo y que son digitales, están impresas de forma análoga”.
Para Lake Verea la arquitectura es un pretexto para hablar de la vida, pues la conciben como un ente vivo que está siempre cambiando, y por eso piensan que cualquier retrato que se realiza a la arquitectura, es un retrato irrepetible. “Hay una teoría que dice que toda foto que se toma es un autorretrato, entonces nosotras estamos plasmadas en cada una de estas 25 fotografías de la exposición Bloom.
Al establecer la diferencia entre la fotografía con un iPhone y la fotografía análoga, indicaron: “la primera cosa que amamos del iPhone es la portabilidad y la inmediatez, lo que nos permite llegar enseguida a los momentos porque todo el tiempo traes al dispositivo contigo, pegado a tu cuerpo. Eso te permite que no se te vaya ningún momento, que siempre estés alerta y lo tengas como aliado. Mientras que cuando quieres sacar una foto análoga puede ser que no tengas un rollo a la mano o decidir qué tipo de cámara se debe usar”.
En cambio, con el iPhone, pudieron hacer sus diarios. Por ejemplo, en Instagram subieron su diario de los 35 días que estuvieron en Puerto Escondido. Aseguran que lograron mostrar espacios que aunque los conozca la gente, no los logra identificar a simple vista en las fotografías.
PCL