“La poesía de Glück engrandece las pequeñas cosas” | Entrevista a su editor, Manuel Borrás

Premio Nobel

Para el director de Pre-Textos, quien ha publicado la obra de la Premio Nobel de Literatura 2020 en español, su poesía seduce por su austeridad y sencillez.

Louise Glück, Premio Nobel de Literatura 2020. (Foto: Michael Dwyer | AP)
Carlos Rubio Rosell
Madrid /

Premiada por la Academia Sueca con el Nobel de Literatura 2020 por “su inconfundible voz poética que con austera belleza hace universal la existencia individual”, Louise Glück es considerada una de las figuras más relevantes de la poesía contemporánea estadunidense por obras de un profundo calado literario y humanista como Ararat (1990), El iris salvaje (1992), Praderas (1997), Vita nova (1999), Las siete edades (2001), Averno (2006) y Una vida de pueblo (2009), todos ellos publicados en nuestro idioma por la editorial Pre-Textos.

Sobre la edición de sus libros traducidos al español —siete de los trece poemarios y una antología que ha publicado en inglés hasta la fecha—, Manuel Borrás, director de Pre-Textos, detalla que hubo una serie de azares felices que le llevaron a conocer y editar a esta autora.

“Mi primer contacto fue por recomendación de un amigo neoyorquino, quien puso en mis manos su poemario El iris salvaje, que me enamoró por completo por la austeridad y la sencillez de su poesía, por el ámbito de intimidad en que se mueve, aunque esto parezca reducir su obra a un microcosmos; pero no, porque la grandeza de la poesía de Glück es que engrandece las pequeñas cosas de las que trata, haciéndonos copartícipes de esa grandiosidad, por ejemplo, del sosiego de la vida campestre, de una hermana muerta prematuramente o de su padre. Así que uno se siente no sólo aludido, sino implícito en su poesía y se reconoce en esa poesía, que al hablarnos de sí misma nos habla de nosotros. Entonces quise darla a conocer de inmediato en el ámbito de nuestra lengua y adquirí los derechos de sus libros, y cuál sería mi sorpresa cuando supe que ella, a la vez, se había interesado por nuestra editorial para publicar en español, porque había visto en casa de Mark Strand una edición de nuestros libros y le preguntó a Mark qué había que hacer para que le hicieran un libro tan hermosamente editado como ese”.

A partir de ahí, Borrás comenzó a publicar a Glück bajo la premisa de hacer caso omiso a la crítica literaria, que apenas se fijó en la altura literaria de la autora. “El problema —dice—, es que hay un síntoma generalizado con respecto a la crítica, porque a pesar de que se publican cosas excelentes, no dan cuenta de la labor editorial que se hace más allá de lo que editan ciertos sellos de gran potencia comercial. Por esa razón, este Premio Nobel, además de significar el reconocimiento a una gran poeta que siempre se ha movido en un ámbito íntimo, austero, apartado del bullicio mediático, es un premio a la constancia de los que la hemos editado, a la fe en lo que hacemos, porque en Pre-Textos publicamos porque creemos en el valor de una obra. Y la poesía de Louise Glück es la evidencia, ya que de cada uno de los dos primeros poemarios que publicamos, El iris salvaje y Ararat, no vendimos más de 200 ejemplares. Pero nosotros hemos seguido insistiendo en una obra en la que hemos creído más allá del interés económico. Y va siendo hora de distinguir qué sellos honran de verdad la calidad literaria”.

No obstante lo poco que se conoce su poesía más allá de su país natal, Louise Glück, quien ocupa una cátedra de Literatura en la Universidad de Yale, ha sido bien calibrada en Estados Unidos, donde ha obtenido premios como el Pulitzer por el El iris salvaje (1993); el National Book Critics Circle Award por El triunfo de Aquiles o el Academy of American Poet's Prize por Firstborn.

“Pero en nuestro ámbito lingüístico no ha recibido ningún reconocimiento”, insiste Borrás, quien añade que “incluso en todo el ámbito europeo, en Alemania, Francia e incluido Inglaterra, es muy poco conocida”.

Autora de dos libros de ensayos poéticos, Proofs and Theories (1994) y American originality (2017), Glück ha reflexionado en ellos con hondura sobre la creación literaria, afirmando que “la experiencia fundamental del escritor es la impotencia”, una idea mediante la que no pretende distinguir entre escribir y estar vivo, sino “tan sólo corregir la fantasía de que el trabajo creativo es un registro continuo del triunfo de la voluntad, de que el escritor es alguien que tiene la buena suerte de hacer aquello que es capaz o desea hacer: imprimir, de forma segura y regular, su ser en una hoja de papel. Pero la escritura no es una decantación de la personalidad. Y la mayor parte de los escritores emplean buena parte de su tiempo en diversos tipos de tormento: queriendo escribir, siendo incapaces de hacerlo; queriendo escribir de un modo distinto, siendo incapaces de hacerlo”. Porque en el tiempo de una vida, como concluye Glück, “son muchos los años perdidos esperando la llegada de una sola idea”. Y su poesía, como una galaxia resplandeciente, está llena de ellas.

ÁSS

LAS MÁS VISTAS