En su poema “Cambridge”, Jorge Luis Borges describió la inevitable condición fragmentaria de la memoria: Somos nuestra memoria / somos ese quimérico museo de formas inconstantes, / ese montón de espejos rotos. Bastión de la identidad, la memoria es, con sus falencias y lagunas, la fuente de la que manan las historias que ficcionamos, como dice la narradora y poeta colombiana Piedad Bonnett.
Recientemente pregunté a siete escritores dos cosas: qué papel desempeña la memoria —histórica y personal— en su labor literaria y si es posible fiarnos de ella.
- Te recomendamos Los dátiles del olvido | Por Irene Vallejo Laberinto
La función de la memoria en la creación literaria
Juan Gabriel Vásquez*
La memoria es uno de los ejes sobre el que giran todas mis novelas, que tienen una preocupación esencial: el hecho de resistir. La literatura como espacio de resistencia a las fuerzas del olvido, a las fuerzas de la distorsión de la historia —voluntaria o no—, a los mecanismos con los cuales los poderes políticos y sociales intentan imponer a la sociedad su relato del pasado. La novela está ahí para hacer una especie de contrapeso. La novela es el lugar donde la sociedad civil puede, de alguna manera, dar su versión de los hechos del pasado, recordar las cosas a su manera y enfrentarse a las a las fuerzas —que son muy poderosas— de quienes intentan distorsionar el relato.
* Premio Alfaguara de novela 2011 por El ruido de las cosas al caer y ganador del IV Premio de Novela Mario Vargas Llosa por Volver la vista atrás.
Cristina Rivera Garza*
En El invencible verano de Liliana la memoria toma un papel fundamental. En este caso está basada en los documentos que mi hermana, como personaje de la historia, nos legó. Estas capas de documentación después tienen que ser interpretadas, extrapoladas, reproducidas, multiplicadas por todos los que nos acercamos a sus palabras, a su manera de decir. Ahí viene el momento de la memoria colectiva. Me interesa mucho esa conexión entre el documento, la interpretación y el abrazo de los otros y cómo nos ponemos todos juntos a producir esa memoria.
* Premio Xavier Villaurrutia 2021 y finalista del V Premio de Novela Mario Vargas Llosa por El invencible verano de Liliana.
Piedad Bonnett*
Uno de los ejes fundamentales de mi literatura es la memoria. Pero me interesa no sólo como recuperación y revisitación de mi propio pasado al que vuelvo con mirada crítica, para ver qué huellas y qué heridas dejó. Me interesa proyectarlo a una realidad más amplia, a ese mundo del que yo vengo, para iluminar otras vidas. La memoria puesta al servicio solamente de uno, no pasa de ser una confesión, si acaso con un poco de literatura y de hondura. Me interesa esa otra cosa, iluminar una generación, un mundo de mujeres a las que nos criaron de una determinada manera. Es decir, una memoria colectiva, porque somos los escritores los encargados de dar cuenta de esa memoria colectiva que no sabe ser expresada por la mayoría de la gente.
* Premio de Poesía José Lezama Lima 2014 y finalista del V Premio de Novela Mario Vargas Llosa por Qué hacer con estos pedazos.
Renato Cisneros*
Roberto Bolaño decía que escribir es recordar, así que la memoria es parte sustancial del oficio del escritor. Esta cita de Louise Glück también me parece ilustrativa: “Miramos el mundo una sola vez, en la infancia. El resto es memoria”. Creo, además, que recordar es hacer ficción. La memoria, por sus mecanismos elásticos y caprichosos, produce ficción. La realidad ocurre una sola vez y todo intento por reconstruirla siempre es falsario.
En cuanto a la memoria nacional, pienso que es una tarea siempre imprescindible. Lamentablemente, los actores más conservadores de los distintos países a veces son reacios a construirla, pero es vital por eso que decía Primo Levi en sus memorias de Auschwitz: “esto pasó y significa que puede volver a pasar”. Tanto a nivel personal, creativamente hablando, como a nivel nacional, la memoria es urgente, sobre todo en una región como América Latina, donde ha habido una historia convulsa y donde hemos heredado heridas que no han sido sanadas, que ni siquiera han sido problematizadas y que explican muchos de los flagelos que hoy seguimos padeciendo: el racismo, la discriminación, la violencia urbana.
* English PEN Award 2018 por la novela La distancia que nos separa.
Gustavo Rodríguez*
La memoria es el principal insumo con el que cuentan los escritores de ficción para desarrollar su obra. En mi caso es la veta primordial de donde saco la materia prima para
mis obras. Eso no solamente incluye lo que recuerdas que te ocurrió, sino lo que recuerdas que le ocurrió a otros y lo que recuerdas haber leído o haber visto en la televisión y el cine. Sin memoria no existe la literatura.
* Premio Alfaguara de novela 2023 por Cien cuyes.
Brenda Navarro*
En la creación de Ceniza en la boca, la memoria fue muy importante. No sólo la memoria basada en documentos, también la corporal. Me ayudé muchísimo de la música. Escuché las canciones de Vampire Weekend durante mucho tiempo mientras pensaba en los personajes y en la historia para que, a la hora de teclear, pudiera recordar. Ese mecanismo me ayudó muchísimo, porque era la primera vez que dialogaba con música. Y también me ayudó a entender que la musicalidad y el ritmo no lo son todo, que se necesita una memoria histórica y un contexto. La literatura puede servir para hacer esa memoria histórica, no con el fin de retratar la realidad, sino para mostrar cómo el lenguaje puede dar testimonio de cosas que acontecen en ella.
* English PEN Translation Award 2019 por la edición en inglés de Casas vacías y finalista del V Premio de Novela Mario Vargas Llosa por Ceniza en la boca.
Santiago Gamboa*
Bolaño decía una cosa que a mí me gustaba mucho: las novelas se escriben con dos elementos, imaginación y memoria. Si uno nunca ha vivido un día de lluvia, no puede escribir un día de lluvia. No quiere decir que el día de lluvia en la novela sea idéntico al que uno vivió. Ahí está la memoria: es la que te permite darle verosimilitud a los personajes, hacer historias persuasivas. Cuando cuentas una historia, estás usando la memoria, pero usas una selección, y eso ya es un procedimiento literario. Al contar, tienes un objetivo; lo que cuentas y el modo en que lo haces se ajusta a ese objetivo. La literatura es un procedimiento que proviene de la memoria.
* Finalista del Premio Rómulo Gallegos en 2007 con El síndrome de Ulises y autor de Colombian Psycho.
¿Se puede confiar en la memoria?
Juan Gabriel Vásquez
No, esa es la parte misteriosa. Tengo una novela, Las reputaciones, sobre la falta de constancia de la memoria, el hecho de que la memoria nos engañe o juegue con nosotros. El pasado nunca se está quieto, ni el individual ni el colectivo. Finalmente son productos de un relato que hacemos y, por lo tanto, son vulnerables al cambio, son móviles. Ese es uno de los grandes retos que tenemos los narradores de historias en ficción y en no ficción: tratar de fijar el pasado —en la medida en que eso sea posible— para entenderlo mejor.
Cristina Rivera Garza
El recuerdo siempre es una ficción. Hay que irlo depurando, hay que trabajar con él siempre.
Piedad Bonnett
No, en absoluto. La memoria es siempre una construcción y tiene sus puntos de luz y montones de oscuridad. A mí me interesa mucho ese juego entre la luz y lo que ficcionamos. No somos lo que recordamos, como decía García Márquez, sino lo que nos inventamos de lo que recordamos.
Gustavo Rodríguez
No, todo ser humano es una ficción andante. Todos somos el relato que nos narramos de nosotros mismos, influenciado por las historias que otros hacen de cada uno de nosotros. Eso es lo que hace tan fascinante la existencia humana: el hecho de que uno pueda tener malentendidos incluso consigo mismo. Para mí la literatura es el malentendido más hermoso que existe.
Santiago Gamboa
Uno puede confiar en los libros bien escritos, porque con la mejor memoria pueden también escribirse los peores versos y las peores novelas. El resultado de la operación es el que determina si la memoria sirvió o no. Si el resultado es una mala novela, ¿de qué te sirve que la memoria haya sido fiel? La verdad en la literatura no tiene ninguna importancia, porque la literatura no es el discurso de la verdad; la verosimilitud es más importante.
Ángel Soto
Periodista y escritor. Editor de la versión digital de Laberinto.
AQ