En tiempos de gran efervescencia política y social en Estados Unidos, cuando las minorías de ese país se sienten agredidas por el discurso oficial, hay voces que se resisten al silencio. Entre ellas, las de escritores, académicos y agentes culturales de origen latino, afincados en esa nación, que han hecho de la literatura en español su mejor arma para expresarse y defender su identidad.
“Los inmigrantes latinos no estamos aquí únicamente para trabajar de sol a sol. Tenemos una voz en la formación de la idiosincrasia de este país y alzamos esa voz a través de nuestra literatura”, dice en entrevista con MILENIO, la escritora Naida Saavedra (Venezuela, 1979), quien reside en Massachusetts, donde es profesora de Literatura Latinoamericana en la Universidad Worcester State.
Saavedra decidió documentar este movimiento, del cual ella también forma parte, que empezó a gestarse a finales de la década de 1990 y que va cobrando mayor fuerza. Su investigación está publicada en el libro cuyo título da nombre a este fenómeno literario: #NewLatinoBoom: Cartografía de la narrativa en español en EE.UU. (El BeiSMan PrESs, 2020).
“No se trata sólo de autores que escriben en español, es todo un movimiento en el que intervienen editoriales y revistas que publican exclusivamente en español; escritores que organizan concursos, coloquios y ferias de libro en español, y académicos que promueven en las universidades la creación literaria en español”, explica Saavedra.
“Escribir y publicar en español en Estados Unidos es un acto de resistencia”, asegura la autora de libros como Desordenadas y Vestier y otras miserias, quien describe su cartografía como “multigénero”, ya que en ella conviven ensayo académico, crónica, entrevista y fotografía, y muestran una fascinante y copiosa producción literaria donde las mujeres tienen un rol determinante.
—Aunque el New Latino Boom es un movimiento nacional, te enfocas en Nueva York, Chicago y Miami. ¿Por qué estas ciudades?
Elegí estas ciudades por considerarlas fuentes de creación y pilares en el movimiento, pero el New Latino Boom se da a nivel nacional. Un elemento importante fue que en esas tres ciudades existe un número considerable de editoriales independientes que publican en español.
En Chicago me encontré, además, que la historia de la narrativa en español data de los años noventa. Podría decirse que ahí surgieron las bases del New Latino Boom y ahí se estableció la conexión entre muchos de los artistas del movimiento.
Por otra parte, en Nueva York hay una presencia muy fuerte del español en las universidades, en gran medida por el aumento de maestrías en Creación Literaria en español (MFA). Muchos egresados tienen una voz fuerte en la narrativa latina actual. Algunos continúan con su labor creativa en otras ciudades y eso ha contribuido a extender el movimiento.
Finalmente, en Miami residen muchos autores latinos y hay numerosas actividades literarias en español, que van desde las que realiza la Feria del Libro de Miami hasta concursos de escritura como “Cuentomanía”, que organiza el novelista peruano Pedro Medina León, quien además es fundador de la editorial Suburbano, dedicada a la difusión de la literatura latina.
—¿Cuáles son las características del New Latino Boom?
Es un movimiento literario único y propio de Estados Unidos cuyo emblema es el idioma español. En el ambiente político actual y en vista del ataque frontal dirigido a todo lo que no es mayoritario, escribir y publicar en español en este país es un acto de resistencia.
Los artistas del movimiento, quienes llegaron después de la adolescencia, son el arquetipo atacado en el discurso presidencial de estos tiempos. Todos ellos han escogido el español para su labor creativa, una herramienta para mostrar que los que hablamos español somos parte de este país y que nuestro idioma es importante. Los latinos no estamos aquí únicamente para trabajar de sol a sol. Tenemos un papel crucial en el desarrollo de la sociedad estadunidense.
En el New Latino Boom, los autores son al mismo tiempo actores. No se dedican sólo a escribir, también son difusores de su trabajo y promueven la obra de otros; son editores, críticos, reseñistas y agentes culturales. Esto ha permitido que los latinoamericanos radicados aquí no tengan que mirar hacia España, México o Argentina para publicar sus obras. Hay una puerta abierta para la publicación en español en Estados Unidos y esto es algo trascendental.
Por otra parte, los escritores latinos van ganando espacios en el ámbito académico y eso ha contribuido mucho al movimiento. Desde la creación del primer MFA (máster en Escritura Creativa) en la Universidad de El Paso, después en la de Nueva York y en la de Iowa, hasta el primer doctorado en Escritura Creativa en la Universidad de Houston, lo cual ayuda a potenciar la creación literaria en español.
Finalmente, está el uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales como plataformas para la difusión literaria; gracias a ellas se ha establecido la comunicación entre autores y lectores.
—Además del uso de la tecnología, ¿cuáles son las diferencias con otros movimientos literarios como, por ejemplo, el boom latinoamericano?
En el New Latino Boom el papel de la mujer es crucial. Esa es una de las principales diferencias: la presencia indiscutible no sólo como autoras sino también en puestos de liderazgo: editoras, directoras de revistas y de editoriales, académicas, coordinadoras de ferias de libros, etcétera. Están Mariza Bafile, en Nueva York, periodista, guionista, directora de la revista ViceVersa; Greity González, narradora, editora e historiadora del arte, en Florida; Rosalía Reyes, coordinadora de la Feria Internacional del Libro de Nueva York, organizada por el Centro Mexicano de Estudios de CUNY.
Es algo que no se dio nunca en el boom latinoamericano, donde la figura masculina se impuso y dejó fuera de su canon literario a grandes escritoras como Elena Garro o Cristina Peri Rossi. En el boom latinoamericano la novela es la joya; en el New Latino no hay un género predominante. Tenemos cuento, crónica, poesía, ensayo y novela.
Respecto al llamado Latino Boom de los años noventa, encabezado por narradores cubanoamericanos que nacieron en Estados Unidos o llegaron aquí muy pequeños, la principal diferencia es la prevalencia del inglés en sus obras y la nostalgia por sus orígenes.
—¿Qué temas aborda el New Latino Boom?
Son muy diversos y eso hace muy rico al movimiento. Encontramos textos posmodernos, mundos paralelos, temas feministas, espías, crímenes. La migración está presente porque al fin y al cabo todos los autores somos inmigrantes pero no es el tema predominante.
—¿Qué tan fuerte es la presencia de artistas mexicanos en este fenómeno literario?
La tradición literaria mexicana en Estados Unidos es una de las más antiguas; se remonta a la época en la que Estados Unidos se apoderó de territorio mexicano. Además, está la literatura chicana, tanto en inglés como en español, que tiene representantes tan vigentes como Tomás Rivera, Gloria Anzaldúa o Sandra Cisneros. Los escritores mexicanos han aportado mucho al New Latino Boom. Puedo mencionar a Cristina Rivera Garza, quien ha tenido un rol determinante dentro del movimiento (como novelista y catedrática en la Universidad de Houston, ha impulsado el español como lenguaje creativo); el novelista y dramaturgo Raúl Dorantes, quien vive en Chicago; el poeta Omar Villasana, fundador de la editorial Katakana, que difunde la obra de autores mexicanos, venezolanos y cubanos; Rosalía Reyes, Carolina A. Herrera, sólo por citar a algunos.
—A partir de la publicación de tu libro, otros autores se reconocieron como parte de este movimiento. Es el caso de las escritoras que crearon el hashtag #NiLocasNiSolas…
Fue el caso de la española María Mínguez Arias, autora de Patricia sigue aquí, novela ganadora de un International Latino Book Awards. Ella dice que cuando empezó a escribir su libro creía que estaba loca por hacerlo en español después de dos décadas de vivir en Estados Unidos. Además de loca se sentía sola, no sabía que había otros latinos escribiendo en español y cuando vio la cartografía descubrió que “no estaba loca ni sola”. A mí me pasó lo mismo con mis primeros libros. Pensaba que estaba sola hasta que me di cuenta de que hay toda una red de autores en español. Encontré mi lugar como artista en el New Latino Boom. Tengo la esperanza de que este movimiento no parará.
ÁSS