El proceso creativo de la pintura y el desarrollo del paisaje como evocación del territorio contribuyeron a legitimación de la identidad nacional, según se muestra en Miradas ideales. La construcción del paisaje mexicano, inaugurada ayer en el Museo Nacional de San Carlos.
La exhibición, que nace de la colaboración entre la colección de Sura México y el acervo del museo, pone énfasis en la historia de la pintura del paisaje en México de 1830 a 1960. Se trata de un recorrido que reúne 65 óleos, dibujos, fotografías e impresos para conocer a detalle uno de los géneros artísticos más apreciados en nuestro país: el paisaje.
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Mireida Velázquez, directora del recinto, destacó que Sura México “tiene una de las colecciones más importantes de arte mexicano, de arte moderno del siglo XIX y XX. Para nosotros significaba una oportunidad muy importante poder colaborar con ellos. Como se sabe, las colecciones privadas pocas veces se muestran y ahora, en conjunto, podremos mostrar la historia del género del paisaje”.
Los grandes exponentes
La exposición está dividida en ocho núcleos: Artistas viajeros, Eugenio Landesio y la institucionalidad del paisaje en México, Miradas al pasado colonial, El paisaje en los albores del siglo XX, Consolidación del paisaje nacional, Interés por los vestigios arqueológicos, El paisaje cósmico y la perspectiva curvilínea y Diálogo con los paisajistas del pasado.
Es así como se ofrece la obra de artistas como José María Velasco, Paul Fisher, Germán Gedovius, Joaquín Clausell, Gerardo Murillo Dr. Atl, Rufino Tamayo, Jorge González Camarena, Federico Cantú, Károly Markó el Viejo, Fermín Revueltas, Giovanni Brocca y Rosario Cabrera.
'El burrito amarrado' (1930), Rosario Cabrera
La curadora Zyanya Ortega explica que se presenta el desarrollo de la pintura de paisaje en México. Primero, cómo fue que se empezó a estudiar y a representar a partir de los artistas viajeros; después con la institucionalización de la pintura con Eugenio Landesio y su enseñanza en la Academia de San Carlos y, finalmemente, cómo fundó la Escuela mexicana paisajística, cuyo máximo representante del siglo XIX es José María Velasco, quien sostenía: “Un cuadro no es como una fotografía: esta es la copia servil de la naturaleza. El pintor piensa en su asunto, lo expresa con una cuantas líneas sobre el papel, o hace un boceto en color y enseguida se lanza a la naturaleza en busca de los elementos que necesita para realizar su obra”.
Maestro formador
Ortega dice que en 1843 la Academia se renovó como parte del proyecto de nación. El arte y la ciencia fueron los medios para posicionar a México como un país próspero y con una alta cultura, por lo que se abrió la clase de paisaje, la cual le fue otorgada a Landesio (1810-1879).
El pintor italiano formó la primera generación de paisajistas mexicanos y les enseñó que era posible crear el propio paisaje nacional y no solo copiando o estudiando a los artistas europeos, sino que podían enriquecerlo saliendo a la naturaleza para estudiarla y explorarla, disfrutando de la luz, del clima e interactuando con las personas que lo habitaban.
“El paisaje se desarrolló en la pintura como un género que logró la representación del territorio mexicano y consolidó la identidad desde la perspectiva de la luz, de la atmósfera, de los colores, de la pincelada, pero también marcado por las corrientes simbolistas, el impresionismo y la pintura europea".
'Subestación' (1921), Fermín Revueltas
La curadora detalla que la imagen del paisaje fue cambiando con el tiempo y a partir de diferentes significados estéticos pero, sobre todo, desde la mirada de los artistas y su propio contexto. La muestra estará abierta hasta el 4 de marzo de 2023 en el Museo Nacional de San Carlos, que se localiza en Avenida México-Tenochtitlan 50, colonia Tabacalera.
hc