El arquitecto británico Norman Foster dijo ayer que el arte se ha convertido en una especie de “nueva religión” en los tiempos actuales y que los museos son sus “catedrales” o “nuevos templos de fe”.
Sustentó esta afirmación en la “extraordinaria explosión” de visitantes que han experimentado en los últimos tiempos los museos más importantes del mundo, con entre 2.5 y más de 8 millones de visitantes al año.
“Esta explosión de visitantes ha creado un fenómeno, una nueva religión, si me lo permiten. Hemos creado unos nuevos templos o centro de fe, que son los museos; si antiguamente las catedrales albergaban las obras de arte religioso, yo tengo la sensación de que hoy los museos se han convertido en los nuevos templos de fe”.
Foster, férreo defensor de la relación entre el arte y la arquitectura, subrayó que es “imposible” separar ambos mundos, y dio a conocer en su disertación las intervenciones arquitectónicas que ha dirigido en distintos museos y espacios de arte, tanto públicos como privados, a fin de ampliar o mejorar sus instalaciones y la experiencia de sus visitantes.
Indicó que posee una gran colección personal de obras de los mejores artistas tanto contemporáneos como clásicos, y que intenta “disolver las fronteras entre arte y la arquitectura, el diseño y los cuadros. Para mí todos estos elementos forman parte de la misma historia visual”.
El ganador de los premios Pritzker y Príncipe de Asturias de las Artes admitió que “lo más radical” que ha hecho en sus intervenciones arquitectónicas para espacios artísticos ha sido “explorar la idea de una galería de arte sin paredes fijas, lo que daría una gran flexibilidad para poder cambiar las obras”.
Foster realizó la mejora de las instalaciones del Museo Británico, donde un patio que había sido utilizado como zona de almacenamiento él lo usó para crear la Biblioteca central del recinto. Además le instaló una gran burbuja transparente que creó un luminoso espacio de encuentro: “Ahora esa zona es como un gran foro romano destinado a distintas actividades y como distribuidor del público entre las distintas galerías del museo”, explicó.
El arquitecto mantuvo que “si uno quiere integrar arte y arquitectura en una construcción, ha de hacerlo desde el inicio de su diseño y no a posteriori. Hay que concebirlo desde el inicio del proceso creativo”.
Norman Foster: el arte se ha convertido en nueva religión
El diseño y los cuadros “forman parte de la misma historia visual”.
Bilbao /
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