Como parte de las señales de nuestros tiempos, siempre es interesante ver qué se genera tras los foros donde se presentan los grandes artistas, porque ahí nacen y se reproducen nuevas formas de recepción de la música, tanto en quienes son grandes espectadores, como en los que las llevan al texto, la nota, la crónica. Así surge “Prensafans” (editorial Oficio, 2023), la reciente obra de Gerson Gómez.
En esta obra el autor nacido en Jojutla, Morelos, pero de arraigo regiomontano, presenta a un nuevo híbrido que acude al sitio preciso de la efervescencia: las tocadas, los conciertos, los grandes festivales. Así se desenvuelven los prensafans, “celebridades, influencers, nuevos reporteros”. Y sí, de esas no se salva ni el autor, para acudir a los “plasmódicos rotinglosos, derrubios indehiscentes, pometos, los conciertos de rock” (de la contratapa del libro), pero también de otros géneros musicales, en esta urbe que arde, donde lo multicultural se respira en todos sus sentidos, no se diga en el ruido, los decibeles que se mezclan con gritos de los asistentes.
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El 2022 dejó crónicas de conciertos con todo y set-list, impresiones, y por qué no, críticas en momentos precisos. Las contradicciones de los rockeros, por ejemplo, aunque la idea es perderse entre las ondas sonoras, aunque afuera, quizá donde se deja el carro para llegar a un recinto, pueda que abunden los cristalazos; son los riesgos de todos los días, a fin de cuentas.
Pero ya en materia, el autor lo mismo se pone melancólico y poderoso con Soen, “una maravillosa mezcla de metal progresivo, atmósferas musicales, voz hipnótica y letras directas”, en el Café Iguana, lugar mítico de conciertos del Barrio Antiguo, que algo pragmático a su asistencia puntual a la Arena Monterrey con Plácido Domingo a escuchar ópera y zarzuela.
Al buen rock se le añade la arena porque en recintos de ese tipo, las bandas demuestran de qué están hechas y un ejemplo plausible es Journey, quien en su visita reciente convocó a 11 mil 500 seguidores, así lo dicta Gerson en su crónica “La tos del gato”: Hoy es otro día. Steve Perry abandonó la banda hace años. Los puristas creen en Journey como un remedo de la original. Con un vocalista filipino.
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“Tienen razón, no suena como cuando el frontman Perry llevó la batuta de las emociones. Con Arnel Pineda, suena rejuvenecido. Por encima de los años atrás” (pág. 26), y agrega más adelante: “Journey no es un grupo tributo, sino una esencia viva del rock” (pág. 27).
Pero en 2022 hubo otro suceso que puso la “sensibilidad a piel abierta”. “Por favor, apaguen sus celulares. Y olviden a esa banda llamada Pink Floyd. Soy Roger Waters” (pág. 35). Con todo y momento cumbre: “In the flesh, Run like hell, Déjà vu, Is this life we really want? Saca a pasear el cerdo capitalista. Jode al pobre. No más drones de guerra. Al piggy lo mueven a distancia con motores inteligentes. Contradicción. También la carrera militar se cuela con sus avances tecnológicos. Para bien. Por supuesto” (pág. 35). Todo un espectáculo.
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Ya se ha dicho hasta la saciedad que esta ciudad se convierte cada cierto tiempo en la capital del metal pesado, como el martes seis de diciembre de 2022. Y allá va Gerson, puntual a la cita con el headbanger: Stryper, Behemont, Mercyful Fate, Pantera, Judas Priest. De este último dice: “Rob Halford avecindado en Phoenix. Leather clothes. La neblina inglesa fue demasiado. Nada como vivir al sol del desierto. Entre sahuaros y arena” (pág. 49). Este es el mítico festival: “Monterrey Metal Fest es utopía. Barcaza. Caronte lleva a la profundidad a las almas. Proceso al purgatorio” (pág. 49). Mismo lugar en el que también se capturó en video al fan más acérrimo, don Javier, quien a sus 71 años le da el toque especial a los conciertos, y Gerson se lo encuentra en el simposio de rock progresivo de Opeth, en el Showcenter, en Fashion Drive, Plaza Fiesta San Agustín, San Pedro.
¿Te perdiste alguno? El autor te dice si valió la pena el gasto, el boleto, el quedarse sin dinero para la quincena, el mes.
Los conciertos incendian corazones y por esta ciudad han pasado los grupos de rock más famosos del mundo. Qué tal la cita del 21 de febrero con “Le terrible enfants” Def Leppard que “jamás se ha ido con su New Wave of British Heavy Metal”, y Mötley Crüe que “regresó a la vida”. De quienes indica en su crónica:
“El set list, la paradoja. Está sacado del Década de Decadencia y ampliado con los últimos sencillos. The Dirt no es una serie o una película. Es el testimonio del libro ‘Los Trapos Sucios’.
“Mötley se desdice de lo ya dicho. En mi pueblo, se dice que es de sabios cambiar de opinión. Shout at the devil, Looks that kill, Don’t go away mad o Home sweet home, además de Kickstart my heart y Girls girls girls, dignifican la presentación de la banda glam de los chicos terribles” (pág. 89).
Todo buen concierto tiene un encore, con la breve historia de lo que ha representado esta ciudad desde carpas, caravanas, cines terraza, centros nocturnos hasta que todo explotó con el estadio Universitario, que albergó a Queen, Alice Cooper, Rod Stewart; los masivos de la feria de Monterrey; el ETEC, del punk con Disolución Social, Derechos Humanos; el auditorio Coca-Cola de Duran Duran, Pantera y Anthrax; los primeros Monterrey Metal Fest que organizó DVE. La Arena Monterrey a un lado del Fundidora. Y además los grandes eventos como Pa’l Norte o México Metal Fest: “Los festivales son la única posibilidad de viaje para muchos de aquellos sin pasaporte o visa vigentes” (pág. 97).
En fin, este es el Regioland de la machaca y del Machaca, al que llegan además Santa Fe Klan, Los Bukis, vaya diversidad, al que pese a todo aún le faltan muchos artistas por venir, y crónicas por escribirse, para las que de seguro ya se apuntó Gerson Gómez."