Carmen Gaitán, directora del Museo Nacional de Arte, definió a Germán Cueto como un artista incomparable, genial y poco valorado.
El Munal inaguró la exposición Germán Cueto una visión vanguardista, que reúne más de 70 piezas y conmemora el aniversario 40 del recinto.
“Esta revisión nos permite hacer un recorrido a través de la obra de este genial artista. Creo que Cueto, a pesar de que ha tenido revisiones importantes en el Palacio de Bellas Artes y en otros museos, significativamente no está en el sitio que le otorgaría su talento y su creatividad tan absolutamente original, por lo que para nosotros es verdaderamente un honor tenerlo aquí”.
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Gaitán agradeció al Museo Federico Silva y a su director, así como a la coleccionista Isabel Galán, quien prestó obra del artista para que se concretara esta magnífica muestra.
La funcionaria recordó que Cueto (1893-1975) fue un revolucionario dentro de la revolución, influido por el futurismo, que exaltaba a la máquina como forma suprema de la belleza de la épica moderna.
“El creador concursó para el diseño del Monumento a la Revolución. En su estancia en Europa de 1927 a 1932, acompañado de su esposa Dolores Cueto, llegó a París, donde estaba su prima María Blanchard. Ella fue una pieza muy importante para ponerlo en contacto con personajes como Picasso, Modigliani y Kandinsky, por supuesto”, dijo la funcionaria.
Foto: Araceli López
Cueto se incorporó a un grupo que existía en la Ciudad Luz, que se llamaba El círculo y el cuadrado. “Como entró en contacto y se familiarizó con figuras importantes, trabajó con láminas y metales, con piedras policromadas, porque esa es otra de las características de Cueto, quien fue un artista muy plural y trabajó con material de todo tipo. Por ejemplo, sus arabescos en alambre son memorables. Experimentó con la cerámica, los esmaltes y las cuentas de cristal, además del cemento, la madera, el yeso y la pasta de papel, asimismo exploró la escultura, el dibujo y la pintura”.
El artista también estuvo ligado al estridentismo y fue uno de los pioneros de este movimiento, pero a su regreso a México no fue bien valorado.
En el MoMA
Enrique Villa, director del Museo Federico Silva, destacó que tras su retorno de París, Cueto se encontró con que estaba en plena apogeo la Escuela Mexicana de Pintura. “Entonces lo que él hacía no interesaba en nuestro país. Yo creo que regresó de Europa en mal momento. Hasta últimamente debo apuntar el gran esfuerzo que Isabel Galán ha hecho por promever a Cueto para que esté presente en las grandes exposiciones internacionales. Ella se ha afanado y ha contactado con la gente de los grandes museos del mundo”.
Villa enfatizó en que Cueto se ha redimensionado, aunque le ha costado tiempo, dinero y esfuerzo a Isabel Galán, y dijo que recientemente el MoMA adquirió cuatro obras de él, dos de ellas son dos máscaras. “Son espectaculares y en mi opinión no debieron haber salido de México, pero Isabel Galán también vio esta posibilidad de proyectar a Cueto. Me da mucho gusto que se le esté revalorando porque en México desafortunadamente somos cortos de memoria”.
Foto: Araceli López
El director del Museo Federico Silva comentó que en el MoMA montaron una exhibición para la que hicieron un rediseño a fin de incluir a Cueto en las vanguardias europeas.
Carmen Gaitán dijo que es orgullo que la obra de Cueto esté en el MoMA. “Lo que él hace es interpretar al mundo de una manera muy original, por eso a mí me llena de tanta alegría que esté ahí”.
La directora del Munal comentó que mientras en la Escuela Mexicana de Pintura estaban siguiendo otros patrones y modelos, ni Diego, Siqueiros y Orozco estaban en lo abstracto. “Cueto no incursiona en esos temas y creo que la fuerza de la palabra que tenían Diego y Siquieros fue tan poderosa y tan colosal, que hizo a un costado a Cueto y a otros artistas. Cueto no entra en esa expresión nacionalista de moda, se hace a un lado porque no tenía la personalidad de Siqueiros o de Diego, quien decía: ‘Dios soy yo’”.
“A Cueto le importan la pobreza y el analfabetismo, y se va a las jornadas culturales a trabajar en serio, y esa es una cosa que nos debe llenar de orgullo porque pocos hicieron lo que él hizo, junto con su esposa”, concluyó Gaitán.
Foto: Araceli López
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