Por segundo año consecutivo, miles de fanáticos de los Warriors de Golden State asistieron el martes al desfile de la victoria para celebrar a un equipo que algunos ya consideran una dinastía de la NBA, y se llevaron una agradable sorpresa cuando varios jugadores se bajaron de los autobuses para convivir con ellos.
Cientos de miles de aficionados vestidos con prendas doradas y azules sostenían letreros en los que se leía “dinastía” y “campeones consecutivos” y saludaban detrás de unas barreras colocadas a lo largo de la ruta en el centro de Oakland, California, mientras los Warriors pasaban en autobuses descubiertos de dos pisos.
Stephen Curry, Kevin Durant _el Jugador Más Valioso de la final_ y el resto del equipo, que la semana pasada consiguió su tercer título en cuatro años, se turnaron para levantar el trofeo Larry O’Brien ante la multitud, la cual las autoridades dijeron que podría haber sido de hasta un millón de personas.
Los Warriors volvieron a conseguir el título por segundo año consecutivo al vencer a LeBron James y a los Cavaliers de Cleveland 108-85 el viernes por la noche y con ello barrerlos en cuatro juegos. Es la cuarta final seguida de la NBA que ambos equipos disputan.
Las autoridades habían prometido un desfile “interactivo” en el que algunos de los fanáticos podrían preguntarle cosas a los jugadores, y enormes pantallas de televisión para que los presentes pudieran verlos y escuchar sus respuestas, pero no hubo pantallas. Cuando Klay Thompson utilizó un megáfono para saludar al público, los gritos de la multitud ahogaron sus palabras.
Curry pudo conectar con la gente de otra forma al abrir una botella de champaña, agitarla y rociar al público. Se bajó del autobús brevemente y caminó hacia los fanáticos, les aventó camisetas, brazaletes y otros objetos de recuerdo y posteriormente sostuvo en alto el trofeo mientras docenas de fotógrafos lo rodeaban.
Curry portaba un amplio sombrero para el sol y debajo de él una gorra de béisbol con la leyenda “RUN TMC” en honor a Tim Hardaway, Mitch Richmond y Chris Mullin, jugadores de los Warriors dirigidos por Don Nelson durante las temporadas 1989-90 y 1990-91.
“Realmente nunca imaginamos que tendríamos un desfile, mucho menos dos y ahora tres”, dijo Curry durante una breve entrevista previa al evento. “¡Pero esto es para ustedes! Vamos a tratar de ser ambiciosos e ir a buscar un poco más”.
JaVale McGee, Nick Young y Jordan Bell posaron para fotografías, se mezclaron con los fanáticos e incluso abrazaron a algunos de ellos, lo que animó aún más a la multitud. Hasta el entrenador Steve Kerr se unió a los festejos y caminó hacia los asistentes para firmar autógrafos.
“Solo estoy emocionado de estar aquí con estos muchachos”, dijo McGee, quien vestía unos pantaloncillos, a la televisora KGO. “¡Nuestros fanáticos son increíbles! Todo el amor que nos muestran es simplemente hermoso”.
Young, quien también vestía unos pantaloncillos cortos durante una calurosa tarde californiana, corrió hacia abajo y arriba de la calle, chocando las manos de los fanáticos. Luego tomó una escoba que traía un aficionado y posó para fotografías mientras docenas de personas lo retrataban con sus teléfonos.