Este sábado se le presentó un duro reto al Fulham, pues tuvo que enfrentar al Manchester City en la jornada 7 de la Premier League, un duelo que desde antes de empezar ya lo estaban perdiendo; sin embargo, Raúl Jiménez se encargó de hacer que el arranque fuera de la mejor manera.
Jiménez sigue demostrando su gran estado de forma con el Fulham, y en esta ocasión se encargó de hacerlo por medio de una gran asistencia que significó el 1-0 para el cuadro londinense sobre el gigante inglés.
Corría el minuto 26 del encuentro, cuando los cottagers merodeaban con peligro el área del Manchester City. Adama Traoré filtró un balón para Jiménez, quien bajó el esférico de pecho y al ver que le quedó botando, decidió meter un taquito que encontró a Andreas Pereira para el primer tanto del juego.
Manchester City pisa el acelerador y remonta el juego
De nuevo, como en el milagroso empate final ante el Arsenal en el último suspiro, al City le tocaba remar en su estadio. Y lo vio complicarse por momentos, cuando al borde de la media hora de nuevo aparecía Traoré en zona de peligro y con todo para marcar, chutaba arriba el pase medido de Iwobi en un contragolpe de tres contra dos. Pep Guardiola desesperaba en banda.
Al rescate salió Kovacic para castigar el error. Tras un córner y un balón muerto que enganchó a placer desde el punto de penalti. Aliado con la fortuna al desviar la dirección Andersen y convertir en inalcanzable la trayectoria para Leno. Era el premio previo al asedio. El momento en el que se puede llevar a cualquier equipo por delante pero que no supo concretar en gol el City. Los disparos a un muro defensivo de Foden y Lewis. La paraba abajo de Leno a Gvardiol.
El Fulham no merecía irse al descanso por debajo en el marcador tras el brillante primer acto de Raúl Jiménez, impecable en cada lectura ofensiva, generador de peligro cada vez que pisó área rival. Pero fue castigado nada más reanudarse. De nuevo Kovacic, omnipresente. Robó en el centro del campo, se incorporó al ataque, controló de zurda el centro de Bernardo Silva y la rompió de diestra.
Era el momento de anestesiar el partido por un City en el que Grealish aportaba poco en banda y Haaland menos en ataque. Era Foden el que buscaba el gol con sus disparos lejanos y Lewis llegando desde atrás con peligro. Guardiola aumentaba la amenaza con Doku, casi una invitación a ser valiente al Fulham para castigarlo al contragolpe.
Lo aceptó Marco Silva. Su Fulham pasó a adueñarse del balón y acusó la tarde aciaga de Adama Traoré, que, de nuevo a los 68 minutos, exhibía su punta de velocidad para quedarse en un duelo ante Ederson del que salía perdedor. Nadie creía las tres acciones perdonadas. Y un rival de la grandeza del City no perdona. Le enseñó a definir Doku, inventando de la nada un gran gol. Recibió en banda izquierda, fue hacia dentro entre amagos y soltó un latigazo con efecto a la red.
Restaban ocho minutos para el final y todo parecía sentenciado, pero de nuevo un exceso de confianza defensivo del City metió el miedo en el Etihad. Rodrigo Muniz, libre de marca, recibió en el punto de penalti, se giró sin marca y colocó el disparo en la escuadra gracias al desvío que provocó el golpeo en Stones. Los intentos de cambiar el rumbo de su mal día de Traoré ya no encontraron remate para un Fulham que lo buscó hasta el último segundo.
AVV