La lucha contra el cáncer de mama sigue a pesar del covid

SALUD

La pandemia nos distrajo, pero ya es tiempo de volver a la lucha contra esta enfermedad.

El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres. (Archivo)
Georgina Navarrete
Ciudad de México /

E l diagnóstico llegó a su vida en febrero, poco antes de que el covid-19 aterrizara en el país. Además del golpe emocional de saberse enferma, conforme la pandemia avanzaba Ana quedó un poco a la deriva con su tratamiento oncológico posterior a la cirugía en la que le extirparon el seno derecho.

Primero porque no estaba segura de querer salir de la seguridad de su casa y luego porque los hospitales de su estado comenzaron a reconvertirse para atender a los pacientes de coronavirus. No existe manera de prevenir el cáncer. Uno de los principales factores de éxito en el tratamiento de diferentes tipos de cáncer es la detección temprana, lo que deriva en un tratamiento oportuno.

Sin embargo, en países como Chile, Gran Bretaña y Brasil, por mencionar algunos, se reportó una baja en el número de consultas durante los tres meses más duros de la pandemia de coronavirus y, en consecuencia, retrasos en los tratamientos.

Un estudio realizado por el DATA-CAN, Centro de Investigación de Atención Médica para el Cáncer en Reino Unido, señala que el país enfrentará unas 7,000 muertes en exceso en el mejor de los escenarios, y 35,000 en el peor, debido a los retrasos en el diagnóstico y tratamiento del cáncer debido a la pandemia este 2020.

Las cifras se refieren a los cuatro tipos de cáncer con mayor prevalencia en Inglaterra: mama, colorrectal, esofágico y de pulmón; en donde el cáncer de mama está a la cabeza en número de casos, igual que en casi todo el mundo.

Pareciera que en México no afectó de igual manera. Pero la verdad es que no lo sabemos. “No podría decir que en términos de prevención haya afectado, porque en México no tenemos un programa de detección, no existe.

Hay campañas aisladas en diferentes sectores, de manera individual, por ciudad, por estado o por institución, pero no existe un programa nacional de detección oportuna”, señala el doctor Juan Enrique Bargalló, jefe del departamento de Tumores Mamarios del Instituto Nacional de Cancerología (INCan).

Siempre adelante

Aun sin encuestas o un método de medición formal, Bargalló Rocha percibió que en los últimos meses hubo hasta 2.5 veces más pacientes que en el mismo periodo de 2019 en la consulta del INCan. “No aumentó 2.5 veces el cáncer de mama en el país, lo que sucedió es que los proveedores de servicios que atienden cáncer de mama dejaron de hacerlo; algunos hospitales se reconstituyeron en hospitales covid.

“Nosotros abrimos la puerta y adquirimos esas pacientes, a quienes puedo decir que orgullosamente les dimos la misma atención que dábamos el año pasado.

No vimos pacientes con tumores más avanzados y eso fue bueno. Creo que la pandemia nos ayudó, particularmente en el Instituto, en obligarnos a optimizar los recursos con los que contamos: humanos, materiales, organizacionales y en tiempos de quirófano. Las pacientes se han seguido atendiendo, aunque son el doble de las que tuvimos el año pasado”, afirma el cirujano oncólogo del INCan.

En el Instituto de Cancerología y otros hospitales que mantuvieron su esencia durante la contingencia, pues “no hay menos cáncer aunque haya una pandemia de covid”, surgió la necesidad de implementar una estrategia de atención especial para los tiempos, que les permitiera seguir atendiendo a sus pacientes y a sus nuevos pacientes sin mermar la calidad de esa atención, ni arriesgar al personal o pacientes a un contagio de coronavirus.

Las bases estaban dadas, dice Bargalló, pues el Instituto ya operaba con programas y dinámicas de optimización de recursos, que fueron reforzados para lograr la atención de 800 nuevas pacientes en 2020; dar consulta externa a más de 250 pacientes diarias y realizar entre tres y cuatro cirugías por día tan solo en el departamento de cáncer de mama.

Tampoco se suspendieron las cirugías reconstructivas. Uno de los programas más convenientes y exitosos en esta pandemia, que ya se trabajaba desde hace años, es el de Cirugía de Corta Estancia, que no solo optimiza recursos para el Instituto, sino para las pacientes.

“Muchas vienen de lejos, de otros estados, y con este modelo no es necesario que se queden en el hospital ni en la Ciudad de México. Tienen su cirugía y pueden irse el mismo día prácticamente en 90% de los casos”.

Prevención, mucho camino por andar

A partir de abril, algunos hospitales especializados debieron reconvertirse para atender la pandemia y quizá retrasar el diagnóstico o dejar varados los tratamientos de pacientes con cáncer en el país; sin embargo, “no se bajó la guardia en términos de difusión y educación sobre el cáncer de mama.

Y se levantó la voz de que sigue siendo un tema de autocuidado, de cambios en los estilos de vida, de que ante cualquier alteración en la glándula mamaria es necesario acudir a un médico.

La pandemia no cerró esos canales de comunicación”, señala el oncólogo. No obstante, la debilidad de los datos duros en México nos deja desprotegidos como sociedad. Según cifras oficiales, la cobertura nacional de pacientes asintomáticas que se hacen una mastografía son cercanos a 20%. “No sabemos si son las mismas mujeres que se la hacen rutinariamente cada año, o son distintas.

La proyección matemática epidemiológica solo nos permite saber que 2 de cada 10 mujeres (a partir de los 40 años) se hacen esta prueba”, explica Bargalló Rocha.

En países de primer mundo, esta cobertura alcanza 70%, de modo que “como población mexicana le debemos a la prevención 50% de población que, por la razón que sea, no está acudiendo a hacerse ese estudio de detección oportuna”, agrega el especialista en cáncer de mama.

Todavía hoy, en México 14% de las defunciones se deben a un cáncer, 30% de los casos son prevenibles y 30% se pueden diagnosticar oportunamente, lo que permitiría curar a 60% de esa población, según datos del INCan.

El cáncer más frecuente en México es el de mama, con 27,500 casos, de los cuales 7,000 terminan en deceso, de acuerdo a los datos que el Globocan reportó para nuestro país en 2018 (los más recientes). En este contexto, debemos recordar que si bien el cáncer no es prevenible en ninguna de sus manifestaciones, la detección oportuna hace toda la diferencia entre curarse o morir.

El Dato.

250

mujeres o más atiende el INCan diariamente en su consulta externa de cáncer de mama

PARA TOMAR EN CUENTA

Los síntomas

Las señales de advertencia del cáncer de mama pueden ser distintas en cada persona e incluso algunas mujeres pueden no presentar alguno.

También es importante saber que los síntomas no son exclusivos del cáncer de mama. Entre los más frecuentes están los siguientes:

• Un bulto nuevo en la mama o la axila (debajo del brazo).

• Aumento del grosor o hinchazón de una parte de la mama.

• Irritación o hundimientos en la piel de cualquier zona de la mama. • Enrojecimiento o descamación en la zona del pezón o la mama.

• Hundimiento del pezón o dolor en esa misma zona.

• Secreción del pezón, que no sea leche, incluso de sangre.

• Cualquier cambio en el tamaño o la forma de la mama.

• Dolor en cualquier parte de la mama.

Los riesgos

En México, la Norma Oficial Mexicana 041-SSA2-201 recomienda que las mujeres entre 40 y 69 años se realicen una mastografía (también llamada mamografía) cada dos años.

Asimismo, los ginecólogos recomiendan practicar la autoexploración mamaria cada mes, en busca de bultos, ronchas, grietas, dolor poco habitual o secreciones, que indiquen que algo no está bien con nuestros senos. Por otra parte, debemos estar conscientes de que, si bien no existe una forma segura de prevenir el cáncer de mama, hay ciertos factores de riesgo, algunos modificables y otros no, que encienden las alertas y exigen un seguimiento puntual del estado de nuestro pecho.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, estos son los condicionantes a considerar. No modificables:

• Edad. El riesgo de cáncer de mama aumenta con los años; la mayoría de los cánceres de mama se diagnostica después de los 50.

• Genética. Cambios (mutaciones) heredados en ciertos genes, tales como en el BRCA1 y el BRCA2. Las mujeres que han heredado estos cambios genéticos tienen mayor riesgo de presentar cáncer de mama y de ovario.

• Historial reproductivo. Inicio temprano de la menstruación (antes de los 12 años) o un comienzo tardío de la menopausia (después de los 55 años de edad), exponen a las mujeres a hormonas por más tiempo, lo cual aumenta el riesgo de que desarrollen cáncer de mama.

• Tener mamas densas. Es cuando los senos tienen más tejido conjuntivo que tejido adiposo, lo cual, a veces, puede hacer difícil la detección de tumores en una mamografía. Las mujeres con mamas densas tienen más probabilidades de tener cáncer de mama.

• Antecedentes personales de cáncer de mama o ciertas enfermedades de las mamas que no son cancerosas. Las mujeres que ya lo han padecido, tienen mayores probabilidades de tener esta enfermedad una segunda vez. Algunas enfermedades de las mamas que no son cancerosas, como la hiperplasia atípica o el carcinoma lobulillar in situ, están asociadas a un mayor riesgo de tener cáncer de mama.

• Antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario. El riesgo de una mujer de tener cáncer de mama es mayor si su madre, una hermana o una hija (parientes en primer grado) o varios integrantes de la familia por el lado paterno o materno han tenido cáncer ya sea de mama o de ovario. Tener un pariente en primer grado de sexo masculino con cáncer de mama también aumenta el riesgo para la mujer.

• Tratamientos previos de radioterapia. Mujeres que han recibido radioterapia en el pecho o las mamas antes de los 30 años de edad (por ejemplo, para el tratamiento del linfoma de Hodgkin) tienen un riesgo mayor de presentar cáncer de mama más adelante en la vida.

Modificables

• Sedentarismo. Las mujeres que no se mantienen físicamente activas tienen un mayor riesgo.

• Sobrepeso u obesidad después de la menopausia. Las mujeres mayores que tienen sobrepeso u obesidad tienen mayor riesgo de tener cáncer de mama que las que tienen un peso normal.

• Tomar hormonas. Algunas formas de terapia de reemplazo hormonal (las que incluyen estrógeno y progesterona) que se toman durante la menopausia pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama si se toman por más de cinco años. Ciertos anticonceptivos orales, también aumentan el riesgo de desarrollar este mal.

• Historial reproductivo. Quedar embarazada por primera vez después de los 30 años de edad, no amamantar o nunca tener un embarazo que llegue a término puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama.

• Ingerir alcohol. Algunos estudios muestran que el riesgo de la mujer de tener cáncer de mama aumenta cuanto mayor sea la cantidad de alcohol que ingiere.

Según apunta el CDC, hay investigaciones diversas que sugieren que otros factores, tales como el tabaquismo, la exposición a sustancias químicas cancerígenas y cambios en otras hormonas causados por trabajar en el turno de la noche, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama.

yvr

LAS MÁS VISTAS