El trabajo remoto se consolidó como el gran protagonista de la nueva normalidad en 2020. Desde las compañías más pequeñas hasta las más grandes, todas tuvieron que adaptar sus modelos a equipos distribuidos. Lo que empezó como un experimento masivo forzado por las circunstancias, resultó en una solución donde todos ganan: Enterprise Technology Research predice una productividad del doble en trabajo a distancia para 2021.
El trabajo remoto se consolidó como el gran protagonista de la nueva normalidad en 2020. Desde las compañías más pequeñas hasta las más grandes, todas tuvieron que adaptar sus modelos a equipos distribuidos. Lo que empezó como un experimento masivo forzado por las circunstancias, resultó en una solución donde todos ganan: Enterprise Technology Research predice una productividad del doble en trabajo a distancia para 2021.
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Talento y flexibilidad
Luego de las incertidumbres del “año cero”, un horizonte con mayor oferta y demanda de trabajo a distancia parece cristalizarse. Superadas las obvias restricciones del espacio físico y los desplazamientos, empleados y empleadores han descubierto que al talento ya no le queda ninguna frontera geográfica.
Para muchas compañías, esto supone una doble ventaja. Primero, la flexibilidad a la hora de administrar los recursos humanos asegura mayores posibilidades de éxito. De hecho, un estudio de Harvard Business School señala que las empresas con mayor competitividad serán aquellas que combinen empleados a tiempo completo con contratistas de tiempo parcial seleccionados por su habilidad para insertarse en proyectos específicos.
Por otro lado, el talento deslocalizado está permitiendo a muchas compañías la contratación de hombres y mujeres con perfiles precisos y habilidades muy definidas, un fenómeno conocido como “uberización del talento”.
Equipos y salarios en la nueva era
La capacidad para insertarse exitosamente en equipos de trabajo remotos está directamente ligada al desarrollo de habilidades digitales. El remotelearning no solo implica que las empresas entrenen a su fuerza laboral sino que se incorporen nuevas herramientas tecnológicas en la supervisión de procesos a un nivel gerencial.
La reconfiguración del trabajo a distancia también impacta en el concepto de salario universal. Si antes la remuneración se definía casi exclusivamente con base en referencias locales, cada vez más se establece según pautas internacionales. Tal vez el valor promedio resulte un poco más bajo que los que se manejan en los países más desarrollados, pero permiten acceder a oportunidades transatlánticas en las mejores compañías.
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Diversidad con pulso femenino
El nuevo escenario del trabajo remoto ha posibilitado que las empresas se beneficien del talento ubicuo y para muchos profesionales ha sido una auténtica oportunidad para compatibilizar la vida personal con la vida laboral.
Segmentos tan diversos como jubilados, personas con discapacidades o residentes de áreas rurales han encontrado menos obstáculos para su empleabilidad. Sin embargo, 2020 también fue un año lleno de obstáculos para las mujeres, particularmente para quienes tuvieron que conjugar maternidad y “oficina en casa”.
El estudio Women in the Workplace, que publica anualmente McKinsey, revela que el impacto de la pandemia en la escena laboral fue más negativo para ellas que para ellos. Pero a la vuelta de página se abren mejores oportunidades de trabajo remoto para ellas.
Si en el mundo pre-covid 51% de las mujeres dejaban su empleo cuando se convertían en madres debido a esquemas rígidos, el nuevo contexto ha tornado más amigable la posibilidad de habitar el hogar y la oficina al mismo tiempo.
Aunque el impacto del escenario 2020 todavía se analiza a detalle, el trabajo remoto muestra señales contundentes de reafirmación a medida que empresas y trabajadores descubren múltiples ventajas y oportunidades. La innovación “obligatoria” de las primeras horas está dando paso a la consolidación de entornos profesionales más eficientes y satisfactorios para unos y otros.