Me siguen dando personajes de señora "fifí" : Norma Lazareno

Entrevista

La actriz, quien protagoniza la obra Maduras, solteras y desesperadas, habla de su gusto por hacer comedia, de las amigas que tiene en el medio y de que después de tantos años de carrera, en la tv la siguen encasillando.

Dice que Ernesto Alonso le decía que nadie le creería un personaje humilde. Édgar Negrete
Ciudad de México /

Norma Lazareno apenas llega al teatro Julio Prieto y de inmediato saluda a sus compañeras Luz María Aguilar, Raquel Pankowski y Maribel Fernández, La Pelangocha, quienes en sus camerinos ya esperan la hora de subir al escenario y ofrecer una propuesta “divertida que por espacio de dos horas provoque que el público se olvide de todo y se divierta al punto de la carcajada”, dice la actriz.

Procedente de Monterrey, a donde “fui a hacer promoción, pues en unos días estaremos por allá con la obra”, reconoce que está un poco cansada, pero que la alegría de mantenerse vigente la hace sobreponerse ese estado físico; aunque se sincera y dice que después de tantos años de trayectoria sigue pensando que se le ha negado la gran oportunidad de mostrar que puede hacer cualquier tipo de personaje.

Y es que salvo en dos ocasiones, en la telenovela Caminemos de Miguel Sabido en la década de los 70 y en un capítulo de La rosa de Guadalupe, ha tenido la oportunidad de interpretar a una mujer pobre pues: “como que los productores no me dan chance, ya les dije que me dejen quitar toda esta tlapalería y verán que puedo interpretar a una mujer humilde”.

En la obra provocan risas…

Sí es una obra muy gratificante, en toda mi carrera he hecho todo tipo de papeles, de obras, dramáticas, de suspenso, de comedia, pero esto es lo más cómico que me ha tocado. Y en el fondo de mi corazoncito lo que más me ha gustado es hacer reír a la gente. Mi mamá me decía que era la payasita de las fiestas, pero bueno, mi carrera se ha ido por rumbos diferentes, hasta villanas y todo. Sin embargo, me gusta mucho escuchar la risa de la gente. Hice una obra que se llamó Cómo envejecer con gracia, que eramos dos actrices nada más, mi comadre Susana Alexander y yo, era un drama porque era la soledad a la que llegan las personas mayores, que los hijos y los nietos los van relegando, pero estaba escrita de tal manera que eran carcajadas de la gente y era un gozo para mí. Y yo dije: ‘Esto es lo que yo quiero seguir haciendo’. Claro que si me ofrecen otro tipo de personaje, lo haré porque es mi profesión, pero se siente menos, mucho menos el cansancio, si va acompañado de la risa de la gente.

Con tantos años de carrera, ¿sigue descubriendo cosas?

Sí, mira una de las cosas que me sedujo de esta obra fue cuando le pregunté al productor quiénes más actuarían. Y me dijo: Luz María Aguilar, Raquel Pankowski y La Pelangocha. Y si usted quiere. El elenco me fascinó porque somos amigas de toda la vida, a la que menos conocía, más que en su carrera y trayectoria, es a La Pelangocha. Con Luz María empezamos juntas en la carrera, y con Pankowski hice mucha obras, entonces eso ya te garantiza que va a ser un ambiente agradable, que no hay egos, que cada una de nosotras sabemos dónde estamos paradas, porque sabemos el lugar que nos ha dado el público; además hay mucha admiración mutua.

¿Es difícil mantener una amistad?

Es que cada quien toma su camino, que una se va a ser teatro, otra una película y así, pero tengo a tres grandes amigas, Susana Alexander, Jaqueline Andere y Carmen Salinas. He trabajado con todas, y dejamos de trabajar y seguimos fomentando esa amistad. Por ejemplo, ahora que asaltaron a la hija de Carmen, yo fui de las primeras que estuve ahí para ver en qué la podía ayudar. Con Carmen he hecho muchas películas y telenovelas, y nos une una experiencia muy dolorosa la pérdida de nuestros hijos. Ella se acercó a mí a raíz de que supo lo de mi hija Paulina (su muerte), ella me buscó, me apapacho, me cobijó, es como una hermana y todas los Años nuevos, siempre estoy en su casa, me invita a celebrarlo con su familia.

¿Ha logrado sus objetivos?

Tuve mucha suerte en el cine, porque a pesar de que pasaron 9 años de que me había iniciado para que me dieran mi primer estelar, después seguí de estelar en estelar; en teatro he podido hacer buenos papeles. En donde sigo pensando que algo me deben es en televisión, a pesar de que he hecho muchos personajes, solo en dos ocasiones me han dado papeles de mujer humilde. Ernesto Alonso me decía: ‘Es que no te imagino pobre’, pero yo decía: ‘Es que me arreglo, pero soy actriz, y después de treinta y tantos años de hacer a una portera en la telenovela Caminemos, en un capítulo de La rosa de Guadalupe me volvieron a dar ese chance, porque me siguen dando papeles de mujer nice o fifí, como dicen ahora, así que me queda el deseo de que aprovechen algo que traigo dentro, porque nací en Veracruz, pero me crié en un barrio populachero, en la colonia Guerrero.

Entonces, me gustaría que me dejaran quitar esta tlapalería (y señala su maquillaje) y me dejen hacer lo que sé hacer; aunque si me tuviera que retirar en este momento, me voy más que satisfecha porque nunca pensé tener una carrera tan larga y constante”.

  • Adriana Jiménez Rivera
  • jiramil@hotmail.com
  • Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectivo, egresada de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, ENEP Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con más de 32 años de experiencia en el periodismo escrito, en los diarios El Esto y La Afición, y las revistas Tele Guía y Oye mi canto; y desde 2000 en MILENIO DIARIO como reportera, y Coeditora desde 2009 a la fecha.

LAS MÁS VISTAS