La tragedia apareció de principio a fin en el romance que Silvia Pinal sostuvo por más de una década con su ‘último amor': un político de cejas pobladas y nariz prominente, originario de Tlaxcala y con una belleza que parecía ser perceptible sólo a través de los ojos de la matriarca del cine.
“Me criticaban por salir con alguien tan feo, pero es culto, inteligente y cachondo”, recuerda Pinal en su autobiografía Esta Soy Yo.
Tulio Hernández Gómez fue el último hombre con el que Silvia Pinal contrajo nupcias. Sus caminos se unieron en el remoto 1977 y desde entonces la crítica los refirió como “La Dama y el Vagabundo”.
La sencillez y simpatía del tlaxcalteca de entonces 40 años había enamorado a la diva de oro de 46, quien gozaba de verlo cantar y bailar en las fiestas a las que ambos acudían: “Todo el mundo le aplaudía y pedía canciones. Y no sólo eso, me descubrió un México que yo no conocía”.
Pero ganarse el corazón de Silvia no era lo único que Hernández Gómez quería conquistar, pues también tenía en la mira la gubernatura de Tlaxcala— y cuya aspiración llevó en paralelo al romance que sostuvo con la artista—. Finalmente, en 1981 el tlaxcalteca y militante del PRI se convirtió en gobernador de su tierra natal.
Tulio Hernández subió al poder de su estado con Silvia Pinal aún como su pareja, más no como su esposa. Sin embargo, él anhelaba “darle su lugar” y evitar que la opinión pública insinuara “algo que ella no era”; y de ahí su persistencia por consolidar su amor en matrimonio.
“Para llevarte a donde quiero, del modo que yo quiero, tienes que estar casada conmigo. (...) Para mí, tú vales mucho, quiero que todos sepan que me casé contigo y te respeten como la esposa del gobernador”, dijo Tulio a Silvia quien, galanteada por su labia, se convenció de casarse con el tlaxcalteca.
La unión Hernández-Pinal juraría su amor ante el Estado el 27 de octubre de 1982, pero la muerte de una integrante de la dinastía Pinal interrumpió los planes de boda, orillando incluso a Silvia en pensar en el suicidio.
La tragedia pre-nupcial
Tulio Hernández y Silvia Pinal alistaban los últimos detalles de su boda cuando a sus oídos llegó la peor noticia que la diva del cine pudo haber recibido: la muerte de su hija Viridiana Alatriste a la temprana edad de 19 años.
Un fatal accidente automovilístico le había quitado la vida a la menor del matrimonio de Silvia con el actor Gustavo Alatriste (1961-1967) el 25 de octubre de 1982; dos días antes de la fecha de la boda Hernández-Pinal.
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La tragedia impactó a Silvia Pinal. En shock y con una inmensa tristeza, la diva del Cine de Oro mexicano canceló la ceremonia programada para el 27 de octubre; el dolor de la pérdida fue tal que consideró quitarse la vida. Pese a ello, Tulio Hernández se quedó a su lado.
Al final la anhelada boda se pospuso diez días y Silvia Pinal se convirtió en la primera dama del estado. Con el apoyo de su ya esposo la actriz afrontó el duelo por la muerte de su hija, mientras que a la par daba sus primeros pasos en la política mexicana como titular del DIF estatal.
Pero el amor que se sembró entre ambos comenzó a decaer. El gobernador de Tlaxcala sufrió un accidente en motocicleta que lo dejó varios días inconsciente. La matriarca del cine estuvo a punto de perder a otro de sus amores.
Tulio Hernández despertó doce días después del incidente, pero no como el hombre simpático, simple y cariñoso del que Silvia Pinal se había enamorado: “Se volvió huraño, irritable, dejó de disfrutar la vida”.
La oposición exigió la inhabilitación del tlaxcalteca por las secuelas que habría sufrido tras el edema que le dejó el accidente, aunque éstas no prosperaron y el priísta culminó su mandato en 1987 tal cual se tenía previsto. Sin embargo, los problemas con Silvia se intensificaron y lo que alguna vez fue un romance mutuo terminó en adicciones, distanciamiento e indiferencia.
“Cuando dejó de ser gobernador y perdió poder, sufría y se hizo mucho daño solito. Fue teniendo problemas de alcohol, nos fuimos distanciando y eso detonó la separación”, recordó Pinal en su libro.
La pareja se divorció en 1995, siendo éste el cuarto y último matrimonio de la diva del Cine de Oro Mexicano: “Traté de que (el matrimonio) durara toda la vida, pero no ocurrió así”.
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“Mi tlaxcalteca”, recuerdo del último amor
En 2015 Silvia Pinal presentó su autobiografía publicada bajo el título Esta soy yo, en la cual abordó desde sus inicios y conflictos de su carrera artística, hasta los recuerdos de cada uno de sus matrimonios; entre ellos, el que tuvo con Tulio Hernández.
“Mi tlaxcalteca fue un hombre extraordinario. Todo lo que me gustaba, le gustaba a él. Fue una tristeza que perdiera su memoria”, se lee en una de las páginas en referencia al Alzheimer que padeció el ex gobernador de Tlaxcala.
El Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar. Y fue dicha enfermedad la que se especuló como posible causante de la desaparición de Hernández Gómez en 2017 en Ciudad de México (CdMx).
El priísta fue localizado un par de días después en buen estado de salud y entregado a sus familiares. Se especuló que habría sufrido un episodio de alzheimer tras el encuentro celebrado en la zona de Buenavista.
Tulio Hernández falleció en su tierra natal a los 85 años en septiembre del 2023. Y aunque no se dieron a conocer las causas del deceso, medios locales refirieron que la salud del ex gobernador se mantenía en estado delicado tras ingresar de emergencia a un hospital en julio de ese año.
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Adiós, Silvia Pinal
Las manecillas del reloj marcaban las 18:00 horas del 28 de noviembre— justamente en el décimo aniversario luctuoso de Roberto Gómez Bolaños— cuando México se enteró de la muerte de su última gran diva de la Época de Oro del Cine Mexicano.
La protagonista de cintas como Viridiana y El ángel exterminador falleció tan sólo unos días después de ser hospitalizada por una infección urinaria. Empero, las causas de su muerte son aún desconocidas.
El mundo del entretenimiento y la cultura, así como el de la política, externaron sus condolencias a la familia y las amistades de la actriz de 93 años. "Su talento cinematográfico y teatral es parte de la memoria cultural de México", reconoció la presidenta Claudia Sheinbaum en X.
Así es que a partir de las 11:00 horas del 30 de noviembre las puertas del Palacio de Bellas Artes se abrirán para realizar el homenaje póstumo a la última gran diva del cine-
"Deja un legado indiscutible en el teatro, en el cine y en grandes musicales", escribió el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
ASG