La caravana migrante de más de 6 mil personas surgida hace 15 días y que buscaba llegar a Estados Unidos por el estado de Chiapas comenzó a desintegrase quedando poco más de 300 personas en el grupo.
El contingente salió el pasado 30 de octubre y avanzó 42 kilómetros para luego detenerse en el municipio de Huixtla, donde permanecieron ocho días, entre protestas incluyendo un bloqueo carretero de 32 horas.
Algunos migrantes se desesperaron y decidieron abandonar la caravana e irse en transporte público o seguir caminando en grupos de 200 a 300 personas.
Otros regresaron a Tapachula para solicitar cita en oficinas migratorias y en Huixtla, unas 500 personas fueron atendidas por el Instituto Nacional de Migración (INM) que les entregó permiso de estancia por 30 días para estar sólo en Chiapas.
Hasta hoy sólo hay poco más de 300 personas que levantaron el campamento que tenían en el municipio de Mapastepec y reanudaron su caminata hacia Pijijiapan y luego en próximos días, buscarán seguir la ruta por Oaxaca.
Sin la compañía de corporaciones de emergencias ni elementos de seguridad y vialidad, fue como la caravana con más de mil migrantes retomó su camino hacia el municipio de Tonalá, Chiapas, la madrugada de este lunes.
Poco antes de las tres de la mañana los extranjeros recogieron sus pertenencias y casas de campaña donde pasaron la noche, posteriormente se reunieron en la entrada a la demarcación donde realizaron una oración para pedir por su seguridad en el camino.
Irineo Mujica Arzate, director de Pueblos Sin Fronteras, dijo que las retenciones y violaciones a sus derechos humanos por parte de los agentes de migración es una clara muestra de la pesadilla mexicana por la que atraviesan a diario los miles de migrantes que ingresan por la frontera sur.
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