Todos los mexicanos tenemos derecho a la educación según dicta la constitución mexicana, sin embargo, en tiempos de coronavirus, los sectores más pobres en Durango se ven marginados por la falta de tecnología.
En una comunidad que vive aislada, con cerca de 30 casas, edificadas de madera, lamina, plástico y en el mejor de los casos cuentan con una lamina como techo, aquí las oportunidades se han frenado, no llega la luz, sus habitantes deben “colgarse” de la energía para lo más indispensables.
La mayoría vive del comercio informal, otros recolectan basura para sobrevivir, tal es el caso de Pilar Martinez, mujer que reoconoce la carencia en tiempos del coronavirus.
Les piden Internet, computadora y televisor para tomar las lecciones de manera virtual, sin embargo Claudia Santiago, apenas y tiene un celular, pero con la pantalla rota, allí le llegan las tareas y le envían las lecciones.
Doña Victoria es una mujer de 60 años, fuerte, muestra de ello es que aún se hace cargo de su nieto, José, un menor de 8 años quien dice no tener dudas en las lecciones
Lo mismo ocurre con Paulina, a quien le parece frustrante no encontrar una solución, pues aveces no hay señal, se va la luz, o simplemente no hay ni cómo hacerle.
Sin embargo y pese a las adversidades, muchos alumnos siguen preparándose aunque, hay otros, que por su condición deben recibir atención especial, como la pequeña Dulce, quien su mamá Isabel, explicó teme pierda el año y exista un retroceso de todo lo avanzado.
EGO