Detrás de todo policía, hay una historia de vida; sin el uniforme, son personas que tienen una familia, tienen actividades y otras pasiones, tal es el caso de Ernesto Carlos Barajas, quien desde hace 18 años es parte de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM), pero desde hace 25 domina el arte del baile y forma parte del Ballet Folclórico del Estado de México y se ha presentado en escenarios nacionales e internacionales.
Desde niño, Ernesto siempre estuvo ligado a las artes escénicas, su familia nació con ese don y gusto por la cultura, por la danza e incluso la actuación, motivo por el cual se fue adentrando a este mundo desde joven.
“Mi familia es muy de zona de cultura, unos cantan, unos bailan, otros actúan y yo empecé con el ballet de mi tío Víctor y todavía está el Ballet Nezahualcóyotl”.
Aprendió de los mejores
Si bien no estudió una carrera en danza o ballet, su relación con el baile desde pequeño lo hizo aprender y desarrollarse en este ambiente e ingresar al Ballet Folclórico del Estado de México. Durante su trayectoria ha tenido grandes maestros.
“Tuve muy buenos maestros, la verdad: el profesor Víctor Manuel Barajas que es reconocido, también fue mi maestro por muchos años y le aprendí muchísimo; la profesora Dolores Olivier De Menchaca que es reconocida a nivel internacional también es mi maestra”.
Su pasión por la danza y su dedicación lo ha llevado a grandes escenarios dentro y fuera del país; se ha presentado en el Festival Cervantino, la Feria de Aguascalientes, los Festivales de Zacatecas y Nayarit hasta cruzar las fronteras.
“Visité Jerusalén, toqué la tumba donde debe estar Jesús, me bañé en el Río Jordán, le bailé al papá también en el Vaticano (…) también las olimpiadas culturales de Beijín, fuimos como Ballet y tuvimos mención honorifica”.
Recuerdo más valioso
Sin embargo, el recuerdo más valioso que guarda fue la primera vez que salió de México para presentarse en Italia y subir al escenario con la bandera de México y así representar a su país.
“La más que recuerdo mucho fue la primera vez que salí, la directora en traje de azteca también, un estadio repleto en Cerdeña, una isla que está en Italia, tocan el himno y me dicen te toca a ti solo subirte con nuestra bandera, yo todavía no llegaba y ya estaba llorando”.
Su trayectoria en el ballet ya cuenta con 25 años, pero 18 de ellos lo ha llevado de la mano de ser elemento de la Secretaría de Seguridad Estatal, ya que también algunos de sus familiares fueron policías.
“Inicié bailando jazz, después me metí a folclor y me fue bien ahí, pero siempre mi papá fue policía, mi abuelito marino y mis tíos algunos policías, entonces siempre quise saber que era ser policía”.
Dos pasiones
Desde hace 18 años lleva una doble vida, en ambas es apasionado en lo que hace; por un lado, sigue en el Ballet Folclórico del Estado de México; por el otro, es un destacado policía mexiquense con la responsabilidad de garantizar la paz en la región de Nezahualcóyotl.
“Es un esfuerzo extra, pero son las dos cosas que a mí me gustan y siempre debemos tener tiempo para las dos cosas, para las cosas que a uno le apasionan”
En la Secretaría saben de su pasión por el ballet y reconocen que cumple a cabalidad sus funciones policiacas, por lo que tiene permisos para ensayar y presentarse en los escenarios, razón por la que nunca deja de prepararse para cumplir ambas pasiones.
“Sí. Tengo un permiso o dos a la semana para ir a ensayar y luego regresar a mis labores, y también en mis francas (descansos) trato de hacer lo más que se pueda y lógicamente el ejercicio diario en casa”.
Experiencia policíaca
En su carrera policíaca recuerda mucho un evento de hace aproximadamente ocho años en el cual participó y detuvo a un hombre que pretendía llevarse un vehículo con un bebé abordo.
“Un asaltante se quería llevar un carro, pero estaba el niño adentro del carro, entonces la señora nos fue a pedir apoyo, se detuvo el carro y el delincuente se echó a correr y tuve la fortuna de agarrarlo”
“El policía es un ser humano”, asegura
Ernesto reconoce que los ciudadanos difícilmente saben de las actividades de los policías fuera de servicio y hasta pareciera que se les olvida que también son seres humanos, que tienen familias, que practican deporte o se dedican al arte; sin embargo, al interior de las corporaciones hay un sinfín de historias de vida, de elementos que sin el uniforme son destacados en otras actividades.
Ene se sentido, él ha conocido otros elementos que también se dedican al ballet, incluso ha compartido escenario con algunos, además de que ha encontrado a algunos que están en actuación o que son músicos.
“Me han dicho que es difícil encontrar a alguien así, pero la verdad no sea tan difícil, sino que no nos damos la oportunidad de ver que el policía es un ser humano”, agregó.
ledz