Cada vez hay más mujeres que buscan nuevas experiencias en su labor de parto, donde exista la mínima intervención médica y el momento sea grato, y qué mejor, que sea en la comodidad del hogar rodeada de sus seres queridos, buscan un parto más respetado, tal como lo comparte Silka Guerrero, creadora del proyecto Nacer Libre.
La asociación Nacer Libre ofrece cursos de preparación prenatal sobre cómo sobrellevar un embarazo y el nacimiento, además de acompañar a quienes tomen la decisión de hacerlo en casa, ya sea en cama o en agua, siempre bajo la supervisión de especialistas médicos como el ginecólogo, un pediatra y en caso necesario, una doula, servicio que también ofrece en este centro.
Brindan cursos de preparación para el parto, yoga prenatal y con bebé en brazos, asesoría de lactancia y clases de estimulación temprana, todo para una experiencia más grata y preparada.
“Si la maternidad y paternidad se hacen de una manera guiada y acompañada, puede convertirse en una gran experiencia”, compartió la coach de maternidad y doula, quien hace más de diez años empezó a guiar a mujeres con sus conocimientos en el tema de maternidad como educadora en psicoprofilaxis perinatal.
Miedo, preocupaciones, retos e incertidumbre, son sentimientos que conlleva la aventura de ser mamá, principalmente en las primerizas, por lo que ahora buscan que sea un nacimiento respetado, más humanizado, menos invasivo, con la menor intervención médica y un mayor disfrute del momento.
“Todas las mujeres deben aspirar a tener un parto respetado, donde se minimicen las intervenciones médicas, que se escuchen las necesidades de la mamá, que esté lo más confortable posible para que sea una buena experiencia. Informarse y prepararse hace mucha diferencia”.
¿Qué se requiere para tener un parto en casa?
La futura madre debe prepararse tanto física como emocionalmente, así como estar informada sobre las fases que vivirá antes, durante y después del embarazo, sobre todo si se desea tener su bebé en casa, donde un ginecólogo determinará qué tan apta está la mujer para llevar a cabo un parto con esas condiciones.
“Un ginecólogo debe aprobar un parto en casa. En el aspecto físico deben cuidar muy bien su salud para evitar presión arterial, sobrepeso. Es indispensable una alimentación sana y el ejercicio, ya que la activación física activa la preeclampsia y diabetes estacionales. Mientras que en el aspecto emocional se deben trabajar los temores que suelen tener las madres”, añadió Guerrero.
Al respecto, la ginecoobstetra lagunera, Jaqueline García Herrera, comparte que en todo tipo de labor de parto puede tener complicaciones que pongan en riesgo la integridad del recién nacido y de la mamá, por lo que debe estar presente todo un equipo multidisciplinario, pues en la obstetricia “nunca sabes cuándo te salte la liebre y venga una complicación”.
“En los partos en casa puede haber complicaciones obstétricas como lo es una hemorragia obstétrica, que la paciente se puede desangrar en 5 minutos por el volumen de sangre que sale en caso de desgarro o laceración, al igual que la posible situación que el bebé tenga algún problema respiratorio”, detalla la ginecóloga adscrita al ISSSTE y al Sanatorio San José en Gómez Palacio.
¿Qué es una doula?
El origen de la palabra “doula” viene de la Antigua Grecia y significa “sierva” o “esclava”. Mujeres dedicadas a una familia que, además, asistían durante el parto y postparto de la mujer.
Explica que cuando la futura madre tiene un seguimiento puntual por especialistas, serán ellos quienes tengan la última palabra sobre la posibilidad de tener un parto natural en casa o en agua, contemplando también el historial de las veces que han tenido bebés.
“Cuando desean un parto natural, hay que ver si hubo previamente cesáreas, por ejemplo si ya hubo dos cesáreas ya hay dos cicatrices en el útero, lo cual al tener trabajo de parto corre el riesgo de abrirse. Hubo un caso donde casi fallece una mujer que tuvo parto en casa y llegó al hospital con nosotros con 4 de hemoglobina porque se desangraba”.
La especialista recomienda a las pacientes informarse sobre lo que vive y estar acompañada de un ginecólogo, quien pueda resolver a tiempo cualquier tipo de complicación, con lo cual también se puede llevar a cabo un parto humanizado.
“Es todo un ‘boom’ lo que se ofrece en un parto humanizado, más que nada por invadir lo menos posible, hacerlo de manera natural o sin ningún corte”, señala Jaqueline García Herrera.
Nacimiento en agua
Otra de las opciones que se busca cada vez con mayor frecuencia es el parto en agua, que se ofrece en, al menos, tres lugares en la región lagunera en estancias particulares, en tanto para hacerlo en una tina o piscina, estará de igual manera supervisado.
En su experiencia como doula, Silka Guerrero ha tomado en cuenta algunas ventajas que tienen las mujeres que logran tener la aprobación de su ginecólogo para dar a luz en agua, entre las que se encuentra la relajación de la mamá al ayudar a relajar el cuerpo y reducir considerablemente la percepción de dolor en el trabajo de parto.
“Tengo pacientes que dicen que es una experiencia donde el dolor se reduce mucho, además el agua permite mayor movilidad a la mujer porque se puede poner en cuclillas, de pie, en cuatro, puntos o de rodillas, como ella lo decida”, comparte Silka, quien añade que el agua caliente reblandece los tejidos, en este caso el perineo, cuya piel tiene mayor probabilidad de tener un desgarro perineal.
En lo que respecta al bebé, se toma en cuenta que viene de un ambiente cálido al interior del vientre y es recibido en similares condiciones con el agua caliente, lo que logra un nacimiento más suave y menos intenso para el bebé.
De igual manera, en un parto de agua tiene que estar presente un ginecólogo y el pediatra para estar listos y recibir al bebé, y también la doula, quien se encargará de apoyar a la madre en la experiencia de parto.
El proceso de parto suele ser inolvidable para la gran mayoría de las madres, momento único de introspección y dolor que pone a prueba la resistencia del cuerpo humano al dar vida a un nuevo ser, una acción que en la actualidad se protege y se busca la mayor comodidad posible a la mujer para que disfrute del momento.
Sin embargo, la realidad en México apunta a que los hospitales públicos tienen una sobrecarga de atención a madres por dar a luz, lo que hace que se busquen alternativas para agilizar los partos y atender a la totalidad de mujeres que en ese momento presentan una emergencia.
La ginecóloga Jaqueline García ha sido testigo de lo que se vive en una institución de seguridad social, donde los ginecólogos que hay en cada centro médico resultan insuficientes.
Comparte uno de aquellos días que estuvo en el área de parto o tococirugía en el Hospital General de Gómez Palacio, donde llegó a atender siete partos naturales, dos cesáreas además de legrados y revisiones de las embarazadas que faltaban.
“Es un tema precioso y estoy de acuerdo con que el parto sea humanizado, que la paciente tenga el trato y la atención que se merece, en la práctica privada sí es posible, pero en la práctica institucional nos falta mucho. Hay una crisis de salud a nivel nacional, nos falta mucho pero aspiramos a tener los ginecólogos y pediatras necesarios”.
Silka Guerrero, quien está en constante comunicación con ginecólogos y pediatras, coincide con Jaqueline García en que el problema no rodea en torno a las capacidades del personal médico, sino del sistema que en la actualidad sigue con carencias en equipo, infraestructura y el insuficiente número de especialistas disponibles.
“No hay que culpar a los médicos, hay que voltear a ver al sistema que no está poniendo los recursos suficientes, a diferencia de lugares privados que se puede dar mejor seguimiento a la paciente”, añade. Ya sea en un centro médico público o particular, incluso en el mismo hogar o en un espacio con agua, especialistas coinciden en que toda labor de parto debe estar supervisada por especialistas para reaccionar a tiempo ante posibles complicaciones, esto ante la creciente demanda de mujeres que buscan nuevas experiencias o un parto más respetado.
EGO