De origen rarámuri y autodenominada “feminista institucionalizada”, la vocera y presidenta de la Red Nacional de Consejeras y Consejeros Electorales por una Democracia Incluyente (Renacedi), Claudia Arlett Espino, es una mujer destacada dentro del ámbito político-electoral por su participación en temas de género y derechos humanos.
La doctora en derecho, académica y consejera del Instituto Estatal Electoral de Chihuahua, asegura que la democracia debe ser incluyente y participativa frente a los procesos electorales, toda vez que se vive un momento trascendental e histórico.
“Finalmente el tema de las mujeres es un poco más normal que en el pasado. Hoy, aunque seamos incómodas, se nos reconoce legalmente y, en la práctica, al estar en los espacios públicos tenemos el mismo derecho de participar y de ser valoradas que cualquier otra persona, aunque sé perfectamente que hay oportunismos institucionales y políticos”, expresó a MILENIO.
Desde su trinchera, la experta en temas de participación y violencia política contra las mujeres trabaja en 12 temas de derechos político-electorales de grupos que han sido históricamente vulnerados.
“En el tema de la mujer indígena hemos trabajado intensamente con ellas para que puedan ser incluidas en sus consejos indígenas. Sobre todo con las mujeres de Cherán, para que puedan tener espacios, porque sabemos que en el centro y sur los usos y costumbres en pueblos y comunidades indígenas también han prevalecido con sistemas patriarcales”, dijo.
Desde el conocimiento de sus raíces, Espino explicó que en el caso de Chihuahua hay un número importante de mujeres gobernadoras, derivado de la cosmovisión de los rarámuris, al explicar que dentro de estos pueblos indígenas, cuando la mujer nace se le reconoce que lleva cuatro almas por su capacidad de parir.
Distinto al mundo mestizo patriarcal y a las otras culturas de los 68 pueblos indígenas que hay en el país, lo anterior permite la posibilidad de que las rarámuris se empoderen desde que nacen, ya que a ellas se les heredan propiedades y bienes materiales, mientras que los varones deben adquirir otras propiedades en el transcurso de su vida.
“El contexto que estamos viviendo en nuestro país le ha dado la posibilidad a las mujeres rarámuris de ser gobernantes, de tener el mandato de la comunidad y de ser representantes políticas dentro del estado. Hoy tenemos dos regidoras indígenas”, indicó.
“La reforma de la paridad es importante y tenemos que ir más allá para quienes lleguen a esos puestos. Debemos incentivar a mujeres indígenas, a personas trans, a jóvenes como parte de esas visiones”, señaló.
“No quise quedarme desde el escritorio y decidí entrarle a compartir con los movimientos feministas bajo una conciencia de mi origen familiar, como mujer que proviene de un grupo indígena me adhiero, coopero y aprendo a trabajar en colegiado y en comunidad, fuera de protagonismos personales. No estoy exenta de convivir con hombres porque pertenezco a instituciones que son altamente patriarcales, pero mi camino ha sido incluyente”, asegura.
Subrayó que hay quienes aún niegan que exista la violencia política por razones de género, toda vez que es una violencia muy sutil y difícil de detectar.
“Quienes deciden participar en la política no se salvan de chistes o de memes misóginos y que van más allá de las redes sociales y suben a los medios de comunicación. La crítica a la mujer en materia política es fatal. De ahí que tengamos que subirlo a la agenda de género para discutirlo. La problemática en el país es que en materia penal las razones de género son muy difíciles de probar ante un juez, igual que en el feminicidio. Necesitamos cambio de mentalidad por eso, ante un paro nacional, el que otros se sumen son bienvenidos”, agregó.
Más casos de éxito.
Funcionarias, investigadoras y activistas
Siomar Estrada
Secretaria de Gobierno, Aguascalientes
Se convirtió el pasado 30 de diciembre en la primera mujer en asumir como secretaría general de Gobierno de Aguascalientes. “También fui la primera mujer que salió de su pueblo, La Rivera, Jalisco, a estudiar, porque la preparatoria quedaba a hora y media de camino”. Fue secretaria de Acuerdos en el Tribunal de Justicia Fiscal de CdMx. “El reto es con nosotras mismas; no es sencillo, todavía no hemos conquistado los espacios que necesitamos, pero tampoco nos tenemos que sentar a esperar", señala.
Patricia Ponce Jiménez
Investigadora y activista, Veracruz
Desde hace casi 18 años lucha por los derechos humanos y la atención de la población con VIH-sida desde Veracruz con el Grupo Multisectorial, del cual es fundadora. Se atrevió a alzar la voz por quienes eran discriminados en una época en que el desconocimiento del tema equiparaba la enfermedad a un castigo por los excesos o las preferencias sexuales. Es catedrática de maestría y además tiene doctorado en ciencias sociales con especialidad en familias y relaciones de género. Es autora de ocho libros.
Guadalupe Dewey
Fundación Cumple un Sueño, SLP
Su hijo Salvador murió de cáncer en 1998 cuando solo tenía 14 años, pero no se dejó abatir por la el dolor y depresión iniciales. Contrario a eso, retomó la filosofía de la Fundación Internacional Make a Wish y la aplicó en San Luis Potosí, donde desde hace 20 años proporciona alegría a los niños con esta enfermedad. En 2001 creó su propia fundación. “En los sueños de los niños está ser policía por un día, presidente, enfermera, bombero, subirse a un helicóptero, tener una fiesta de cumpleaños”.