En el lugar donde se rompen las aguas, Atltzayanca, municipio localizado al oriente del estado de Tlaxcala, se mantiene la tradición de elaborar y ejecutar salterios, costumbre conservada por generaciones. En esta localidad, pionera en la fabricación de tan antiguo instrumento musical en México y América, el salterio tiene presencia desde el siglo XVII y sigue hasta la fecha.
El salterio está construido con madera, formando un trapecio. Se compone de una caja acústica, clavijas de tensión y puentes de hileras de cuerdas de metal. Puede ser desde 10 y hasta 120 cuerdas, mismas que se distribuyen en forma individual o por grupos de dos, tres y hasta cuatro, sin guardar un orden gradual por tonos. Estas son pulsadas por los dedos o golpeadas con baquetas. Aunque en la actualidad se conforma de 93 cuerdas.
Con él se pueden ejecutar diferentes géneros musicales como rock, corridos, polcas, valses, boleros, pasodobles, música popular o clásica.
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Claudio Israel Vázquez Herrera, maestro de laudería y de formación musical de la asociación Huellas de Arte, la cual promueve el desarrollo de ejecutantes de este instrumento, comenta que algunos consideran que su nombre se dio porque se empleaba para cantar los salmos y algunos otros porque sus notas están salteadas, es decir, carece de un orden en sus tonos a diferencia del resto de los utensilios musicales.
La etimología del nombre proviene de la palabra griega “psalterion”, referida al arpa. Normalmente se le denominaba salterio, chorus o tambor de cuerdas. Explica que este objeto tiene sus más remotos ascendientes en Persia y tiene unos 3 mil 500 años de antigüedad.
Asimismo, marca que ya era conocido en tiempos de la Biblia, y que el salterio fue importado durante el virreinato y adquirió carta de ciudadanía hasta convertirse en instrumento favorito para la interpretación de variados géneros y valses mexicanos.
“Desde el Rey Salomón, luego se dice que el Rey David tocaba los salmos con arpa y salterio, luego se vuelve europeo y de ahí se extiende por todo el continente europeo y asiático, y adopta ciertas características. En Asia se toca con unas baquetas; y en Europa y América con los dedos, lo que hace que cambie el sonido”.
Asegura que el salterio es el antecesor del piano, “porque es el mismo mecanismo y solo (cambia) porque en el piano hay unos martillitos que pegan a las cuerdas, convirtiéndose en un instrumento de percusión, y en el salterio es de pulso”.
Explica que es el único aparato musical que carece de un método de ejecución y mínimo se requiere de un año de práctica para aprender a entonarlo en lo más básico. Informa que al principio el salterio se creaba con madera de cedro, encino, salino, oyamel o pino, madera conseguida en la región; lo que ahora ha cambiado.
“(Por ejemplo) Este salterio está hecho de madera africana, no tiene ninguna gota de pintura, solo la tapa. El color negro es originario de la madera. Antes se utilizaba para pegar la cola de conejo, la cual había que estarla moviendo”.
Otro de los cambios que aplican en la actualidad son las medidas, el empleo de más cuerdas y los materiales, así como la procedencia de estos, lo que le amplió los sonidos.
“Antes los maestros hacían tenores y sopranos (...) había salterios de diferentes medidas y eso no ayudaba tanto porque había diferentes sonoridades. Entonces a partir de ahí fuimos viendo qué medidas le ayudaban al instrumento y se fuera aplicando para que se hiciera de una mejor forma”.
Precisa que los esqueletos actuales son diferentes a los que en antaño se empleaban, esto se dio porque descubrieron que quitándole más madera y colocándola en otro sitio les daba otra tonalidad.
Incluso lograron que el sonido mejorara, “como si tuviera años tocándose aunque solo llevara un mes de fabricado. Gracias a que la tapa es de tacota, la madera es diferente y las clavijas son también de otra calidad, estas son importadas. Antes las hacían de un clavo y a martillazos”.
Añade que es fundamental que en la elaboración se emplee madera de árboles viejos o que no haya sido cortada recientemente. Expresa que su sueño es que el gusto por este artilugio musical se desarrolle y permita convertir al municipio en algo similar a lo que ocurre con Paracho, Michoacán, donde por todas partes se encuentran guitarras a la venta.
“Aquí llegas y tienes que buscar a las familias o personas (que los fabrican). Tampoco hay una boutique o tienda donde haya salterios al por mayor”.
Dice que para ello es fundamental la labor de involucrar a los jóvenescomo ejecutantes y lauderos, así como que la población se sienta atraída por este avío y contrate a las bandas que se formen: “Esto irá haciendo un mercado que genere más producción de los instrumentos y de los ejecutantes”.
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Su proceso de fabricación
El maestro laudero señala que el proceso de elaboración de un salterio sencillo requiere en promedio 20 días y algunos hasta medio año, en los que se deberá poner atención en la colocación de las cuerdas, pues de ello dependerá el buen sonido en su ejecución: “Algunos llevan más octavas”.
El laudero explica que para darle forma a la caja de resonancia o tambor primero se hace el esqueleto. Son dos cuadrados y dos laterales. Después se hace el trapezoidal y se le monta el esqueleto.
Indica que para ello prefiere trabajar con cedro porque es una madera muy porosa y tiene buena resonancia. Mientras que para las tapas y chapas prefiere emplear pino canadiense, caoba o nogal.
Luego, se empieza a enchapar. Primero se ponen las laterales, luego la tapa superior, la inferior y al último las chapas que tapan al resto del cuerpo. El siguiente paso es el lijado para tapar los poros de la madera. Luego se traza con la regla escuadra falsa donde irán colocados los clavos y las clavijas. Comprende de uno o dos clavijeros, donde están los clavos y clavijas para fijar la soga para las cuerdas.
Tras el trazado, se pica y se perfora, esto permitirá el barnizado y la colocación de los clavos y las clavijas. Se pone un hilo de clavija a clavija que simulan las cuerdas. Encima de la soga se colocan unos palos cuyas medidas son de 2.8 por 1.6 donde se marcará dónde van las clavijas.
El siguiente paso es el marcado de cuerda por cuerda y luego se traza el puente. Se marca donde deberá perforarse y se procede a ello. Se colocan los puentes, se lijan, se barnizan y se pone el alambre de acero galvanizado y luego se empieza a encordar.
“Es cuerda por cuerda, todo es hecho a mano, cada gasa. Un salterio promedio tiene 93 cuerdas, antes eran 120 porque tenía juegos de cuatro, ahora nos damos cuenta que los juegos de tres funcionan de la misma forma y te ahorra material y trabajo. Es un tricordio”.
Después, se ponen todas las clavijas y se calibra. Aclara que los puentes no están pegados solo sobrepuestos, “pero por la tensión de la cuerda, que está sobre ellos, es que no se mueven”.
La primera afinación es la calibración del puente, que se irá desplazando como se requiera. Habrá partes donde se deberán meter cejillas, lo que la sonoridad irá pidiendo.
Algunos salterios llevan marquetería, que son figuras de madera, lo que requiere más tiempo para su elaboración.
Sus costos van desde los 4 mil hasta los 20 mil pesos según el tipo de maderas que se emplea, de la marquetería, acabados distintos, con incrustaciones finas, puentes más finos, así como cejillas de acero, bronce o de hueso: “Se pueden elaborar por pedido de acuerdo al gusto del cliente”.
El laudero recuerda que para la ejecución se utilizan ambas manos, mediante la técnica de cuerdas pulsadas con el auxilio de plectros metálicos colocados en los dedos pulgar e índice. Acto seguido se coloca el instrumento longitudinal a su cuerpo y lo sujeta con las piernas o sobre una base.
En 2016, el municipio de Atltzayanca recibió la declaratoria de Patrimonio Cultural Inmaterial por el Salterio y su música por parte del Congreso del estado de Tlaxcala, entidad que cuenta además con la única escuela de música de todo el país donde se enseña la ejecución del salterio.
Por último, el laudero considera que la conexión entre Atltzayanca y el salterio se dio “por el trabajo de todas las personas que han estado detrás, no hay otra forma”.
mpl