La música resuena en el techo de una de las casonas del Centro Histórico de la capital de Querétaro, junto con risas y el descorche de bebidas; se trata una terraza, sitios que han crecido en esta ciudad de manera desmedida.
Están instaladas en casas antiguas que fueron habilitadas para este funcionamiento y que son consideradas uno de los principales sitios de atracción para los visitantes, pero también representan un riesgo.
Con la llegada de la pandemia y con la nueva ley sobre fumadores, muchos de los negocios que funcionaban como bares o restaurantes decidieron abrir nuevo nicho de oportunidades, crecer al exterior superior, y crear las llamadas terrazas.
Sin embargo, estas se encuentran rompiendo con la dinámica y normas que tiene establecidas el Instituto Nacional de Antropología e Historia sobre el uso de casonas en sitios históricos.
Pero la cuestión de lo que llama la atención no sólo es que no se están cumplimiento las normas, sino del riesgo que implica para quienes asisten a esto lugares, que además no están cumpliendo con normas de Protección Civil en materia de seguridad, pues las estructuras no tienen los refuerzos suficientes para que puedan brindar las garantías a los visitantes.
“Han adquirido casas que se convierten en hoteles, restaurantes y otros negocios que han generado el uso de azoteas como terrazas y su estructura no está hecha para ello. Eso para nosotros es un tema muy delicado que derivado de la pandemia y la situación económica que nos dejó, ha hecho una explosión tremenda de esta necesidad de recursos y por lo que se ponen estas terrazas”, aseguró la delegada del INAH, Rosa Estela Reyes García
“Se han adquirido casonas, se han convertido en hoteles, negocios, que han generado el uso de las azoteas como terrazas y las casas no están hechas para eso. Es un tema muy delicado”.
Sin embargo, destacó que no cederán al mantenimiento de la imagen urbana, pero con el cuidado correspondiente, debido a que se han registrado casos de personas que caen de las azoteas.
“Las casonas no están hechas para ese peso. No siempre se fortalecen las vigas para resistir ese peso, y no tenemos la altura necesaria y luego los peligros. Ya ha habido gente que cae de las azoteas y otros riesgos (…) Y entonces se ponen barandales y estructuras, que al final termina siendo otro piso”.
Ante esos riesgos, la especialista se manifestó dispuesta a asesorar a los propietarios a fin de que hagan un correcto uso de sus inmuebles.
En las asesorías que ya han realizado, a los restauranteros, hoteleros y encargados de bares les proporcionan los pasos a seguir para fortalecer las estructuras de los inmuebles, y que además implique la no afectación sobre la imagen urbana.
“En los temas del patrimonio siempre serán las constantes, son las terrazas las que nos preocupan muchísimo como todas las ciudades cercanas a la Ciudad de México, que han sido explotadas económicamente”.
Aseguró que se pueden convenir los usos de las casonas sin olvidar la imagen urbana, que le permite mantener el nombramiento; pero además hay que evitar los riesgos para los usuarios.
Trabajamos con las autoridades: Canirac
Rosalinda Hernández, presidenta de la Cámara de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), aseguró que la proliferación de estas terrazas surgió fue a raíz de que los ciudadanos salían a pesar del encierro de la pandemia.
“A partir de la pandemia se hicieron estas terrazas pues la gente quería espacios libres y abiertos, sobre todo para no contagiarse del virus, por eso fue la creación de estas terrazas. Antes ya las había en otros restaurantes, pero como que se cayeron, pero con la pandemia los restaurantes que tenían esos lugares abiertos tuvieron un boom”.
Por ello, esos lugares, se usaron para fumadores, luego con la ley antitabaco, esas áreas, el gremio se afectó con el 40% con la sobre mesa y por ello, se reforzó más la creación de estas áreas.
Por esto, ya mantienen trabajos coordinados con las autoridades para que las terrazas cumplan con lo solicitado en materia de seguridad y protección civil y además trabajan con Turismo del Estado.
“Tenemos mesas de trabajo justo en el INAH y otras instituciones para salvaguardar y para que estas terrazas cumplan con todos los lineamientos establecidos por el municipio, ya afiliados a la Cámara deben cumplir con todo lo de Protección Civil y todo lo que se ha dictaminado”.
La realidad de las viviendas
Existen 64 casonas en el primer cuadro de la ciudad, Patrimonio Histórico de Querétaro, que presentan daños estructurales y condiciones de abandono.
De estas, al menos tres inmuebles de diversos tipos se encuentran en riesgo de colapso.
Algunas de estas casonas tienen retos jurídicos pues algunas han sido invadidas, otras están en juicios sucesorios intertamentarios o algunas no han localizado a los dueños.
“Todas estas circunstancias diversas, hace que este fenómeno de casas abandonadas tenga un abanico muy amplio de solución. Hemos impulsado algunas recuperaciones. Unas se han vendido y otras se restauraron. Hay algunas a las que no se les ha hecho nada y nunca dejará de ser un patrimonio en riesgo”.
“Actuamos de manera más o menos coordinada para prevenir ciertos riesgos; apuntalamos, algunas intervenciones y hay muchos factores. Funciona esta coordinación para casos específicos como el de las casas”.
Desde el 2018 a la fecha, se ha podido disminuir el número de casonas en estado de abandono, al pasar de 90 propiedades a 68.
MO