Menú ideado de muchas mentes

Entrevista | Eduardo García, chef de Máximo Bistrot

Le emociona trabajar con los productos de temporada como los hongos silvestres, trabajar de forma cercana con los productores y ser generoso con la tierra.

También es fundador de Lalo y Havre77. (Especial)
Martina Spataro
Ciudad de México /

Empezó a trabajar a los cinco años de edad picando fruta. Aunque nunca estudió, la tierra fue su escuela, asegura el chef Eduardo García de Máximo Bistrot, creador de Lalo y Havre77.

Cruzó la frontera de forma ilegal a Estados Unidos en dos ocasiones. La primera acompañando a su papá, quien es su ejemplo de vida. Trabajó en el campo durante un tiempo y posteriormente consiguió un puesto como lavaloza en un restaurante francés.

“Yo tengo la habilidad de hacer las cosas de forma rápida y precisa”, aseguró García. Sus jefes no tardaron en darle más oportunidades por eso; sin embargo, algunos tuvieron sus dudas porque “me veían mi lado oscuro. Hablaba de mi pandilla y de robar a los 16 años”.

El chef García considera que tiene un gran corazón, fuerte y vulnerable a la vez. “No me avergüenza nada decir que estuve en la cárcel. Todos cometen errores y lo importante es ver cómo los resuelves”, dijo.

El tiempo que estuvo en la cárcel le dio mucho que reflexionar. “Lo primero en lo que piensas es en tu familia porque, aunque tienes amigos, te sientes solo, después de eso piensas en lo que viene después y si es posible empezar de nuevo”, explicó el chef.

La segunda vez que cruzó la frontera de forma ilegal lo hizo para visitar a su papá, pues se encontraba enfermo. Empezó a trabajar de nuevo hasta que un día llegó migración y lo deportó. A la fecha tiene prohibido entrar a Estados Unidos.

Llegando a México buscó en internet los mejores restaurantes. Le pidió trabajo al chef Enrique Olvera y empezó a laborar en Pujol. Tiempo después, junto con su esposa y socia Gabriela López, decidió emprender un pequeño proyecto que en poco tiempo se posicionó como uno de los mejores lugares para comer en Ciudad de México: Máximo.

PUNTO DE PARTIDA

Los chefs se llevan más crédito del que se merecen. “Mucha o poca de la fama que tengo se la debo a la gente que trabaja conmigo”, destacó. Cada persona que ha trabajado en Máximo deja un platillo que se vuelve parte del restaurante.

“Aunque algunos no lo vean así, este proyecto está enfocado en el empleo porque creo que es lo más importante”, comentó. En cada una de sus cocinas todos hacen de todo: pican, prepara y lavan, por esto, García considera que un platillo es igual a muchas mentes y manos. El chef está buscando formas de integrar a sus trabajadores al proyecto. Algunos ya son socios, como el gerente de Máximo y la chef de Lalo.

Además de los comensales, la segunda cosa a la que le da más importancia García es el ingrediente. Le emociona trabajar con los productos de temporada como los hongos silvestres, trabajar de forma cercana con los productores y ser generoso con la tierra.

“A estas alturas todos deben preocuparse por el medio ambiente, no puede ser que el lugar más húmedo del mundo, el Amazonas, esté en llamas. El dinero, el ego y el poder nos hacen tomar malas decisiones”, concluyó el chef.

FICHA

LOS ESENCIALES

Si García solo pudiera comer tres cosas el resto de su vida, sin dudarlo serían frijoles, arroz y pollo. “Es algo que puede comer con gusto todos los días”, dijo.

EDUARDO GARCÍA

CHEF DE MÁXIMO BISTROT

Tonalá 133, Roma Nte., 06700, alcaldía Cuauhtémoc, CdMx.

LAS MÁS VISTAS