*Juana Hernández
El tamaño y forma de la copa cambia la manera en la que se expresan los aromas del vino. La sommelier Georgina Estrada Gil, vicepresidenta de la Asociación de Sommeliers Mexicanos AC, recomienda tener en casa estos tres tipos de copas. Además, la especialista aclara que deben ser lisas, de cristal y sin color.
Por su parte, Sergio González, representante del fabricante de copas Riedel, explica que “para degustar un vino, se espera que la copa proporcione una mayor expresión aromática”. Selecciona la copa correcta y disfruta al máximo tus vinos.
TINTO
Este vino es de sabor fuerte por lo que necesita espacio para poder moverse y respirar.
Abertura: Es la de mayor diámetro para poder percibir y acentuar el aroma de frutas y especias.
Una copa de vino tinto es más grande que la de uno blanco. Esto permite sumergir la nariz en el tazón para detectar los aromas.
BLANCO
Este tipo de copa busca privilegiar la calidad aromática de la bebida, es mucho más alta que cualquier otra.
Abertura: Tiene un diámetro de apertura media, que permite liberar el olor.
Esta copa favorece los vinos blancos ligeros y cítricos, manteniendo los aromas florales en el interior y acentuando los sabores frutales.
ESPUMOSO
Esta copa acentúa la calidad de la burbuja, por lo que es el modelo ideal para evaluar la parte visual.
Abertura: El diámetro es estrecho, con el fin de dirigir el flujo del vino de la punta de la lengua al centro del paladar, acentuando los sabores frutales y balanceado los cítricos.
Algunos expertos difieren de este diseño, ya que privilegia la vista, pero pierde la parte olfativa por su borde estrecho.
Fotos: Cortesía Riedel