Mientras políticos canadienses, tanto liberales como conservadores, mantienen una postura radical respecto a México, empresarios y analistas de ese país coinciden en que intentar separar a México del T-MEC sería imposible y dañino para todas las partes.
Pierre Polievre, líder del Partido Conservador, no se cansa de reiterar su intención de hacer un acuerdo comercial solamente con Estados Unidos y excluir a México con el argumento de que deberá poner los intereses canadienses antes que al de los demás países.
También ha exigido que el gobierno federal presente un plan ante el Parlamento para reforzar la seguridad fronteriza, mientras el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenaza con imponer fuertes aranceles a Canadá.
Polievre se perfila como el posible sustituto del primer ministro, Justin Trudeau, debido a que las encuestas y preferencias electorales lo marcan como favorito para las elecciones en Canadá de 2025.
Además, no esconde sus intenciones de tirar el gobierno de Trudeau de forma adelantada ante la crisis que ha caído la administración del actual mandatario; acción que podría realizarse en cuestión de un par de meses si sigue el curso de receso parlamentario, o incluso días si prospera su llamado a la gobernadora general.
El líder conservador dijo que el plan debería incluir medidas para aumentar las patrullas y la tecnología para acabar con el tráfico ilegal de drogas, así como endurecer las normas sobre visados y trabajar con las fuerzas del orden provinciales para evitar el cruce fronterizo irregular.
Y lo que pareciera solamente una postura política de oposición en Canadá sigue creciendo en la narrativa del gobierno de Trudeau sobre lo que piensa respecto a México.
Incluso la propia embajadora de Canadá en Estados Unidos, Kirsten Hillman y el ministro de Industria canadiense, François-Philippe Champagne, revelaron que el mensaje principal de la reunión entre Trudeau y Trump, hace unos días, fue que su frontera es muy diferente a la mexicana y que eso fue realmente comprendido por el republicano.
Marta Leardi-Anderson, directora ejecutiva del Cross-Border Institute de la Universidad de Windsor, Ontario, dijo que esas posturas políticas, tanto del gobierno como de la oposición conservadora, responden a la profunda dependencia de Canadá en su relación comercial con Estados Unidos pero deben enfocarse a cuidar el T-MEC como instrumento económico de desarrollo de América del Norte.
Por ejemplo, la provincia de Ontario está en el corazón de la industria automotriz altamente integrada de Canadá, y el comercio entre esa provincia y Estados Unidos totalizó con más de 350 mil millones de dólares en 2023.
"Es una enorme cantidad de energía económica de una sola región del país que se debe cuidar. Las opiniones de Trump sobre los aranceles y la seguridad fronteriza han obligado a México y Canadá a analizar las deficiencias de su relación de una manera que no lo habían hecho antes. Pero ahora es momento de cuidar el T-MEC", dijo Leardi-Anderson.
Para Goldy Hyder, presidente del Consejo Empresarial de Canadá, el T-MEC ha beneficiado significativamente a los canadienses y a la economía, con lo que queda clara la necesidad de fortalecerlo frente al avasallamiento de los chinos.
“Ha proporcionado la certidumbre, la estabilidad y la previsibilidad necesarias para que los grandes creadores de empleo y empleadores de Canadá realicen las inversiones a largo plazo necesarias para mejorar la productividad y la prosperidad de nuestro país. Ha mejorado las vidas y los medios de subsistencia de las familias y ha consolidado el lugar del país como una de las grandes naciones comerciales del mundo”, explicó Hyder.
“Para ser claros, hay mucho que Canadá puede hacer por iniciativa propia que mejoraría la probabilidad de que los tres países acuerden extender la vigencia del T-MEC más allá de 2036. La mayoría de estas acciones se pueden tomar de inmediato, previniendo y evitando renegociaciones disruptivas”, añadió.
Impacto del 25 por ciento de aranceles
Por su parte, el Laboratorio de Datos Empresariales (BDL) de la Cámara de Comercio Canadiense ha publicado nuevas cifras alarmantes sobre las consecuencias económicas del arancel del 25 por ciento a las importaciones estadunidenses propuesto por Trump.
Basándose en su reciente informe Partners in Prosperity, estos nuevos hallazgos destacan las consecuencias de largo alcance para ambas economías en el escenario en que otros países impongan aranceles de represalia a sus importaciones desde Estados Unidos.
El PIB de Canadá se reduciría en 2.6 por ciento, aproximadamente 78 mil millones de dólares canadienses, lo que costaría a sus habitantes aproximadamente mil 900 dólares por persona al año.
Mientras, para Estados Unidos, su PIB se reduciría en 1.6 por ciento, unos 467 mil millones de dólares estadunidenses, lo que le costaría a sus habitantes aproximadamente mil 300 dólares por persona al año.
Ahora con la salida de la ministra de Finanzas canadiense, Chrystia Freeland, del gabinete de Justin Trudeau, las condiciones políticas internas de ese país vuelven a enturbiarse y tendrá que negociar con Trump desde una débil posición.
ksh