Japón seguirá investigando efectos de radioactividad en población de Fukushima

Distintos informes posteriores al accidente de Fukushima coinciden en que es necesario un seguimiento de hasta 20 o 30 años para extraer conclusiones más fiables sobre los efectos de la radiación en los japoneses.

La ONU afirmó que no existe una correlación entre el aumento en la incidencia de una enfermedad y las emisiones de residuos radioactivos. (EFE)
Editorial Milenio
Tokio /

El gobierno de Japón señaló que las autoridades de Fukushima siguen investigando los potenciales efectos de la radioactividad en la salud de los habitantes de esa región, a raíz del accidente nuclear de 2011, y después de que en la víspera la ONU publicara un informe sobre ese tema.

Las pesquisas japonesas buscan "poder responder a las preocupaciones de la gente" sobre el asunto, dijo en una rueda de prensa el portavoz del gobierno, Katsunobu Kato, quien aseguró que "garantizar la salud de los residentes es una de las prioridades de la reconstrucción y recuperación" de la damnificada área.

Kato respondió así al ser preguntado por el informe que la ONU publicó el día anterior, donde señala que no existen evidencias que vinculen los residuos radioctivos, liberados por la fusión nuclear triple en la central de Fukushima Daiichi, con el aumento de la incidencia de una enfermedad y, en concreto, con el incremento de casos de cáncer de tiroides entre jóvenes de la región, que achaca a otros factores.

El informe coincide con otros estudios encargados por el gobierno japonés y publicados en 2017, que llegaban conclusiones parecidas y no pudieron establecer una correlación entre la radioctividad y este cáncer, aunque apuntaban a que era necesario un seguimiento a largo plazo (de hasta 20 o 30 años) para extraer conclusiones más fiables.

El escrito del Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de la Radiación Atómica (Unscear), que llega a una conclusión parecida, atribuye el aumento de los casos al uso masivo de modernos métodos de diagnóstico para detectar problemas en esa glándula, que podrían haber pasado desapercibidos sin esos test.

El temor a la radiactividad es una de las principales razones por las que en torno a la mitad de las más de 36 mil personas que siguen desplazadas por la crisis atómica no tienen deseos de volver aunque se levante la evacuación y sigue generando rumores, junto a la incertidumbre sobre el desmantelamiento de la accidentada central.

Kato señaló, en este sentido, que el gobierno central seguirá "apoyando continuamente las actividades para explicar los riesgos de la radiactividad" y despejar temores, el día antes de que se cumpla el décimo aniversario del terremoto y el tsunami de marzo de 2011 que desencadenaron la crisis atómica.

AESC

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