El poderoso huracán Dorian azotó ayer el norte de las islas Bahamas con lluvias torrenciales y vientos cercanos a los 300 km/h, una potencia sin precedentes en la historia de este archipiélago ubicado entre Florida, Cuba y Haití.
El ciclón de categoría 5, calificado de “catastrófico” por el estadunidense Centro Nacional de Huracanes (NHC), tocó tierra al mediodía en el cayo Elbow de las islas Ábaco, en el noroeste de las Bahamas, un archipiélago formado por 700 islas, islotes y cayos.
“Nos enfrentamos a un huracán (...) como no habíamos visto nunca en la historia de las Bahamas”, declaró el primer ministro Hubert Minnis, quien rompió a llorar en la conferencia de prensa. “Probablemente sea el día más triste de mi vida”, agregó.
El NHC, con sede en Miami, informó que al tocar tierra, Dorian igualó el récord del huracán más potente del Atlántico, que data de 1935. Su director, Ken Graham, aseguró que se trata de “una situación extremadamente peligrosa”.
“La gente todavía está traumatizada por el huracán Matthew (en 2016), pero este es aún peor”, dijo Yasmin Rigby, residente de Freeport, principal ciudad de Gran Bahama.
Gran destrucción
Imágenes publicadas en las redes sociales mostraban gran destrucción en Bahamas. “Es devastador”, dijo Joy Jibrilu, directora general del ministerio de Turismo y Aviación de las Bahamas. “Hubo daños enormes en propiedades e infraestructura. Por suerte no se reportaron pérdidas humanas”.
Hay informes de que partes de las islas Ábaco están bajo agua y los meteorólogos del NHC advirtieron que enfrentaban mareas de cinco a siete metros y vientos de más de 350 km/hora.
En Gran Bahama, miles de personas evacuaron para alejarse de la furia de Dorian, que se espera azote con mayor fuerza esta madrugada.
Ken Graham dijo en un Facebook Live que las Bahamas estarán bajo el azote de Dorian durante unas 30 horas o más.
Se espera que el huracán se acerque a la costa este de Estados Unidos esta noche y la madrugada del martes, pero es difícil predecir con qué intensidad golpeará la costa de Florida.
En Washington, el presidente Donald Trump dijo que “esto parece monstruoso”.
“Esperamos que buena parte de la costa este reciba el impacto o parte del impacto de forma muy, muy severa”, advirtió el mandatario. “No sabemos lo que se nos viene”, aceptó.
Había advertencias de tormenta tropical para partes de la costa de Florida, estado que emitió sus primeras órdenes de evacuación obligatoria para Palm Beach y el condado de Martin.
El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, declaró emergencia en el estado. “La fuerza y la imprevisibilidad de la tormenta nos obliga a estar preparados ante todos los escenarios”, señaló.
El estado de emergencia ya se había declarado en Florida y en una docena de condados en el estado de Georgia. Esta medida permite movilizar mejor los servicios públicos del Estado y recurrir si es necesario a la ayuda federal.
Aunque Miami probablemente se salve de la tormenta, sus residentes se mantenían cautelosos y las autoridades distribuían sacos de arena para enfrentar las inundaciones en la ciudad.
Para la estadística queda el dato de que Dorian empata con Gilbert (1988) y Wilma (2005) y el huracán del Día del Trabajo de 1935 en el segundo lugar con 295 kilómetros por hora y solo por detrás de Allen (1980), que alcanzó vientos sostenidos de 300 kilómetros por hora.
Casi un millón son evacuados
El gobernador del estado de Carolina del Sur, Henry McMaster, ordenó ayer la evacuación obligatoria de 830 mil personas a lo largo de la costa ante la llegada de Dorian.
Mientras tanto, más de 148 mil personas fueron desalojadas en Florida, en el condado de Saint John, en espera del huracán. El estado de alerta fue activado en diversos puntos estatales, incluido Jacksonville.