El conductor del camión, en el que el pasado julio murieron asfixiados 10 migrantes indocumentados en Texas, fue condenado a cadena perpetua por un juez de ese estado estadunidense.
James Matthew Bradley, de 61 años, se había declarado culpable en octubre del cargo de conspiración y del de tráfico de personas. De esta forma evitó un juicio en el que podría haber sido condenado a muerte. Inicialmente había asegurado no saber que había personas en la parte trasera del camión.
TE RECOMENDAMOS: Chofer no sabía de la presencia de inmigrantes en camión
El remolque en el que perecieron los indocumentados, que trataban así de entrar ilegalmente en Estados Unidos, fue encontrado en el estacionamiento de un supermercado de la ciudad de San Antonio.
Había cerca de 40 personas, incluidos los cadáveres, pero los sobrevivientes dijeron que habían llegado a ser al menos un centenar. Entre quienes sobrevivieron había dos niños.
"Es una sentencia justa para este terrorífico crimen", dijo el fiscal federal John Bash a las puertas de la corte. "Tener a 39 personas en un trailer sin aire acondicionado es equivalente a una tortura".
TE RECOMENDAMOS: Migrantes se turnaban para respirar a través de un hoyo
Los inmigrantes procedían de México y Centroamérica. El sistema de refrigeración del tráiler no funcionaba y aquel día, la temperatura exterior era de 38 grados centígrados. De los diez fallecidos, ocho murieron dentro del remolque y los otros dos, en el hospital. Los hechos conmocionaron a Estados Unidos el pasado verano.
Bash, fiscal del Distrito Oeste de Texas nombrado por el presidente Donald Trump, puso lo sucedido como un ejemplo de lo peligroso que es el contrabando de inmigrantes indocumentados y responsabilizó a las empresas que los contratan de generar situaciones como esta.
"Están contribuyendo a este problema, están creando el incentivo de traer a personas muy vulnerables que huyen de condiciones horribles en sus países", manifestó.
gcc