Comunistas cubanos se reunirán el viernes en medio de una economía en crisis en la isla

Los cambios sociales, los efectos del coronavirus y las sanciones impuestas por Estados Unidos son parte de los temas que serán analizados.

Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel durante la celebración de los 60 años de la Revolución Cubana. (Archivo, AFP)
Manuel Juan Somoza
Cuba /

El octavo congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) comenzará el viernes en La Habana, en un escenario caracterizado por la economía de la isla en crisis, el avance de la tercera oleada de covid-19 y el mantenimiento de las sanciones financieras impuestas al país por la anterior administración estadunidense de Donald Trump.

“En el congreso se analizará, entre otros temas de envergadura, los resultados económicos y sociales alcanzados durante el quinquenio precedente, así como las proyecciones de trabajo para los años por venir, en pos de garantizar la continuidad e irreversibilidad del Socialismo”, afirmó el diario Granma, órgano informativo del PCC.

El PCC es la principal instancia de mando en el sistema de partido único de la isla y se espera que al finalizar el congreso, el lunes, su Primer Secretario, Raúl Castro, de 89 años, entregue esa responsabilidad al Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel ,de 60 años, como parte del relevo generacional en el liderazgo de la Nación, en marcha desde hace una década.

La reunión coincidirá además con el cuarto mes de puesta en práctica de la mayor reforma monetaria y estructural del último medio siglo, que ha disparado el costo de la vida y el malestar social. La reforma implica un saneamiento financiero a raja tabla que el ministro de Economía, Alejando Gil, considera posibilitaría “el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 6 al 7 por ciento al cierre de 2021”, aunque otros economistas vaticinan que apenas llegaría al 2,7 por ciento, después de decrecer en 11 por ciento en 2020.

El gobierno asegura que la principal razón de la crisis actual “es el infame bloqueo de Estados Unidos, incrementado durante la administración de Trump” y se disponen a llevar el tema a la Asamblea General de la ONU. En 2019, año de la última votación, 187 país condenaron esa política y solamente los estadunidenses, así como Israel y Brasil la apoyaron.

Caracterización de la economía cubana

El doctor en Economía Juan Triana Cordoví considera que la “economía en decrecimiento, seriamente comprometida en términos fiscales, convaleciente de una estructura del empleo que para nada contribuye al crecimiento deseado (…); con una situación crítica en su balanza de pagos y un déficit secular de su balance de bienes; que ha visto reducidas, de forma significativa, dos de sus principales fuentes de ingresos externos: los arribos de turistas y las remesas”.

Raúl Castro ha declarado que la producción de alimentos es una cuestión de seguridad nacional y ese tema también centrará los debates del congreso. Sin embargo, en la práctica, aunque las reformas potencian a productores privados y cooperativistas, una tendencia favorable al excesivo control estatal, además de las sanciones de Estados Unidos, ha bloqueado la necesaria y urgente producción agropecuaria.

Según el economista Omar Everleny, en Cuba “los privados y las cooperativas son los principales productores de viandas, hortalizas, arroz, granos y frutas; tienen cultivado el 66 por ciento de las tierras aptas; y son responsables del 86 por ciento de la leche que se produce, del 71 por ciento de la carne porcina y el 89 por ciento de la carne ovino caprina”.

Desde enero pasado, cuando el gobierno fijo nuevos precios a los bienes y servicios en el sector agropecuario, bajó la producción y se disparó el desabastecimiento, por lo cual los cubanos tienen que hacer extensas colas para adquirir cualquier alimento o valerse del mercado negro en auge y con costos por productos multiplicados dos, tres, o más veces de lo normal.

Medidas de urgencia para un mal endémico

Para expertos, la economía cubana sufre el mal endémico de baja productividad y desmedida centralización estatal, al parecer, por temor a que los sectores privado y cooperativo se conviertan en una fuerza política.

No obstante, el gobierno aprobó ayer un inédito plan de emergencia que liberaliza la producción y comercialización privada y cooperativa, al tiempo que rebajó el precio de insumos y servicios que el Estado les vende. 

Igualmente elevó el precio que paga por algunas producciones sensibles como la leche fresca y autorizó a los campesinos la venta libre de ese alimento y sus derivados, en un esfuerzo por reabastecer el mercado,

“Ustedes nos han alertado, nos han inducido a buscar un grupo de transformaciones que ya no podíamos postergar más”, dijo el presidente Díaz-Canel a los productores.

Agregó que “nosotros nos comprometemos a que vamos a seguir encontrando caminos, en la búsqueda también de construir el consenso; estas son las medidas más urgentes e inmediatas, pero continuaremos gradualmente implementando otras”.

El punto final de las medidas, esperadas desde hace más de una década y que marcan un viraje en el proceder del gobierno, fue la sustitución del ministro de Agricultura, Gustavo Rodríguez, por su segundo al mando Yadel Jesús Pérez.

​OMZI

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