Hace un año, en el Día de San Valentín, un atacante armado con un fusil de asalto AR-15 comprado legalmente entró a una escuela en Parkland, al sur de Florida, y mató a 17 personas. Desde entonces, el debate sobre las armas en Estados Unidos cambió.
Cuatro meses antes, un hombre mató a 58 personas en un concierto en Las Vegas, Nevada. Un año y medio antes, 49 murieron en un ataque armado en un bar en Orlando, Florida. Según Gun Violence Archive, ya se han registrado 37 tiroteos masivos en lo que va de 2019, cada uno hasta con cinco víctimas mortales.
Buscando combatir esa “normalidad”, Parkland consiguió cambiar la conversación. Tras el ataque, los estudiantes convirtieron el duelo en activismo e iniciaron un movimiento nacional contra la venta libre de armas.
“Ocurren demasiados tiroteos masivos y todo lo que uno obtiene son pésames, pero luego no pasa nada”, dice Ryan Servaites, de 16 años, un sobreviviente del tiroteo en la secundaria Marjory Stoneman Douglas. “Es una vergüenza que nuestro gobierno no haya hecho absolutamente nada al respecto. Y estamos hartos”, enfatiza.
Un mes después del ataque, cientos de miles de manifestantes se reunieron en Washington en la Marcha por nuestras vidas, recorrieron 26 estados, escuelas, vieron a legisladores, publicaron un libro, participaron en un documental de HBO y consiguieron cambios de legislación.
“Nuestra infancia terminó en 11 minutos”, escribieron los líderes estudiantiles David Hogg y Emma González en noviembre en The Washington Post, refiriéndose al tiempo que duró el ataque.
En Florida, gobernado por republicanos, el movimiento logró la promulgación de leyes antipáticas para la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), que cabildea a favor de las armas.
Entre otras, se creó una “alerta roja” para que los jueces puedan confiscar armas a las personas consideradas inestables, aumentó a 21 la edad mínima para adquirirlas y prohibió la compra y tenencia de bump stocks, dispositivos que permiten disparar ráfagas más rápidas. En diciembre, Donald Trump prohibió a escala federal estos dispositivos.
El viernes pasado, legisladores de ambos partidos enviaron al Congreso un proyecto de ley que exige un control universal de antecedentes para vender armas.
Este lunes un grupo de sobrevivientes y familiares de víctimas de Parkland introdujo una petición que, si reúne las firmas necesarias (766 mil 200) en un año, enviará a referendo la decisión de prohibir la venta de rifles de asalto en Florida.
Mientras, el atacante de Parkland, Nikolas Cruz, aguarda en una prisión el inicio de su juicio. La fiscalía pedirá la pena de muerte por los 17 cargos de homicidio y 17 de intento de homicidio.