Protestas anti israelíes, la onda expansiva que podría alterar las elecciones en EU

El voto progresista de los jóvenes de entre 18 y 29 años podría darle la vuelta a las elecciones entre Joe Biden y Donald Trump.

Los republicanos no tienen la intención de permitir que el tema del caos universitario se disipe en la atención nacional | Maurico Ledesma
Diego Salcedo
Washington, Estados Unidos /

La onda expansiva antiisraelí que detonó en más de 40 universidades de Estados Unidos, con saldo de más de 2 mil estudiantes detenidos, amenaza con alterar la dinámica del año electoral y debilitar el crucial voto juvenil progresista, una de las principales columnas políticas de apoyo del presidente Joe Biden y de los demócratas.

Aunque el conflicto entre Israel y Gaza no aparece entre las preocupaciones primordiales de los votantes entre 18 y 29 años, de acuerdo con una nueva encuesta de la Universidad de Harvard, los republicanos lanzaron una estrategia para mantener el tema en un primer plano del radar nacional para culpar a los demócratas del caos universitario.

Biden, quien fue golpeado en las elecciones primarias del Estado de Michigan con un significativo voto de castigo de la comunidad musulmana, protagoniza un singular acto de malabarismo político, defendiendo el derecho a la libertad de expresión y la causa palestina, pero condenando la violencia y el antisemitismo.

“Déjenme ser claro: las protestas violentas no están protegidas (por la ley). Toda protesta pacífica es contra la ley si se desata la violencia. La destrucción de la propiedad no es una protesta pacífica. Eso va contra la ley. Se trata de vandalismo, allanamiento de morada, ruptura de ventanas, cierre de campus, cancelación de clases y graduaciones”, proclamó Biden desde la Casa Blanca al cabo de días de silencio.

Pero sus palabras cayeron en oídos sordos. Los sectores progresistas de su partido, lo apodaron “Genocide Joe”, debido al papel protagónico que jugó para la aprobación del paquete de 26 mil millones de dólares en ayuda militar a Israel, a pesar de qué también incluye 10 mil millones de ayuda humanitaria para los palestinos en Gaza.

Protesta pro palestina en universidad de Texas (Reuters)

La alta visibilidad del apoyo de Biden y de los demócratas al paquete de asistencia, contrasta con una de las exigencias centrales de los estudiantes: que los millonarios fideicomisos de las universidades élite se deshagan de sus inversiones en los títulos bursátiles de empresas con contratos o conexiones con Israel, en especial del aparato bélico.

A contrapelo, la estrategia de Trump y de los republicanos es presentar a Biden como un presidente blando contra la criminalidad y a los demócratas como extremistas que apoyan la causa Palestina, cuando en realidad la ayuda militar a Israel fue posible gracias al voto de los demócratas en la Cámara de representantes y en el Senado.

“Eliminemos de inmediato los campamentos (de manifestantes), acabemos con los radicales y recuperemos nuestros campos para todos los estudiantes normales que desean un lugar seguro para aprender”, dijo Trump en un mitin de campaña en Wisconsin.
Protesta pro palestina en universidad de Texas (Reuters)

El republicano Mike Johnson, el presidente de la Cámara de Representantes, se aventuró a la universidad de Columbia para denunciar los actos vandálicos, y como era previsible fue abucheado por los estudiantes.

Para estrategas políticos, la osadía de Johnson fue un acto deliberado para capturar las imágenes de los abucheos como parte de una campaña mediática y de spots propagandísticos de candidatos republicanos en la recta final hacia las elecciones del 5 de noviembre.

Para Biden y los demócratas la expectativa es que la intensidad de las manifestaciones se disipe en las próximas semanas, en especial si logra convencer al gobierno de Benjamín Netanyahu sobre la necesidad de un cese al fuego temporal de al menos seis semanas de duración.

Protesta pro palestina en universidad de Toronto (Reuters)

Sin embargo los republicanos no tienen la intención de permitir que el tema del caos universitario se disipe en la atención nacional y es previsible que lo empujen como uno de los temas prioritarios de las campañas políticas, a pesar de que no representa una de las principales prioridades del electorado.

aag

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