El gobierno del presidente estadunidense Joe Biden aprobó el jueves nuevas medidas que facilitan el acceso al aborto mediante píldoras, una victoria inusual para el movimiento por el derecho a decidir en la batalla por los derechos reproductivos en el país.
La decisión deroga un requisito que exigía a las mujeres que buscan un aborto inducido por medicamentos a recoger uno de ellos presencialmente, una regla descrita como innecesaria por organizaciones como la Unión Estadunidense de Libertades Civiles (ACLU), pero también por la Asociación Médica Estadunidense (AMA).
La decisión se produce cuando estados liderados por republicanos han promulgado leyes que restringen los derechos de las mujeres a interrumpir su embarazo, mientras la Corte Suprema del país escucha casos que podrían incluso revertir el aborto como un derecho constitucional.
La nueva medida fue descrita en una carta enviada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) a los demandantes en un caso judicial que buscaba un acceso más fácil al aborto.
La ACLU subió la carta a internet y dijo que el medicamento mifepristona ya no tiene que dispensarse únicamente en clínicas, consultorios médicos u hospitales. Eso sí, la FDA agregó el requisito de que las farmacias que lo dispensan deben estar especialmente certificadas.
La regla que exigía presencialidad se dio de baja durante la pandemia de covid-19, reinstituida por la administración del expresidente Donald Trump y luego otra vez eliminada temporalmente por la administración de Biden debido a la pandemia.
El giro del jueves podría dejar una decisión en firme de manera permanente.
El aborto con medicamentos se usa ampliamente e involucra dos medicamentos diferentes, mifepristona y misoprostol, que se pueden usar de manera segura hasta las primeras 10 semanas de embarazo.
La mifepristona bloquea la progesterona, una hormona esencial para el desarrollo de un embarazo y evita que continúe un embarazo existente. El misoprostol, tomado de 24 a 48 horas después de la mifepristona, actúa para vaciar el útero causando calambres y sangrado, síntomas similares a los de un aborto espontáneo prematuro.
Desde su aprobación por la FDA en 2000, el uso de ambos ha aumentado drásticamente y ahora se le atribuyen al menos el 40% de todos los abortos.
"La decisión de la FDA de eliminar permanentemente el requisito de retirar la pastilla en persona es un gran paso adelante que permitirá que muchas más pacientes obtengan este medicamento seguro y urgente tan pronto como estén listas, sin gastos de viaje ni demoras", aseguró Georgeanne Usova, asesora legislativa senior de la ACLU en un comunicado.
Sin embargo, la decisión fue criticada por grupos antiaborto.
"El movimiento imprudente de la administración Biden pone en peligro a innumerables mujeres y niños por nacer", reclamó Sue Liebel, de la organización antiaborto Susan B. Anthony List
RM