El gobierno de Bolivia y la OEA pactaron este miércoles una auditoría de carácter “vinculante” de las elecciones que dieron un polémico triunfo al presidente Evo Morales, pero el opositor Carlos Mesa rechazó el acuerdo, al que calificó de “unilateral”.
El canciller Diego Pary anunció la firma de un acuerdo con la OEA (Organización de los Estados Americanos) para “realizar la auditoría integral a las elecciones generales del 20 de octubre”, en busca de una salida a las protestas que desde hace 10 días sacuden al país.
“El resultado del informe de auditoría será vinculante para las dos partes”, agregó Pary.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, precisó luego en un tuit que “los resultados de la auditoría (...) demorará entre 10 a 12 días” y se basarán en cuatro aspectos: “Verificación de cómputos: actas y papeletas”, “verificación de proceso informático”, “componente estadístico y proyecciones”, y “cadena de custodia”.
El embajador alemán, Stefan Duppel, dijo que su gobierno “ofreció apoyar la misión con 100 mil euros”.
Mesa, que ha denunciado un fraude electoral, afirmó el martes que solo aceptaría una auditoría si Morales desconocía su elección y si el resultado del análisis era vinculante.
Sin embargo, el líder opositor, un centrista que ya fue presidente entre 2003 y 2005, rechazó este miércoles el acuerdo: “No aceptamos la auditoría en los actuales términos pactados unilateralmente”.
El ministro de Comunicación del gobierno, Manuel Canelas, pidió a Mesa enviarle “cuáles son las condiciones que tienen para poder acompañar y apoyar el proceso de auditoría y el resultado”, exigiendo que “sean condiciones viables, porque todos queremos un resultado pronto”.
La auditoría había sido planteada la semana pasada por Morales a Almagro, después de que la oposición denunciara un fraude para garantizar un cuarto mandato al líder indígena.
Un primer sistema de conteo rápido de votos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) anticipó la noche de la elección una segunda vuelta entre Morales y el ex mandatario.
Pero tras un silencio de más de 20 horas sobre el avance del escrutinio –que despertó sospechas y denuncias– el TSE anunció un cambio de tendencia y finalmente declaró la victoria de Morales en primera vuelta con 47.08 por ciento de los sufragios frente al 36.51 por ciento de Mesa.
La ley boliviana atribuye la victoria en primera vuelta con 40 por ciento de los votos y una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo.
Mesa, de 66 años, planteó inicialmente ir a la segunda vuelta, pero luego expresó su adhesión a organizaciones civiles que piden la anulación de las elecciones.
Duros choques esta semana entre manifestantes oficialistas y opositores en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, dejaron un saldo preliminar de más de 40 heridos, entre ellos cinco de bala.
Morales, de 60 años y en el poder desde 2006, reiteró este miércoles su apoyo a la auditoría de la OEA: “Dicen que hay fraude, que hagan control, que revisen, que hagan auditoría, no tengo nada que ocultar”, dijo a sus seguidores en el área rural de Cochabamba (centro).