¡Un templo milenario! Cómo se construyó Santa Sofía, el 'ícono' de Estambul

Santa Sofía ha sido iglesia ortodoxa, museo y mezquita a lo largo de casi mil 500 años; entre bizantinos, otomanos y turcos, se ha convertido uno de los vestigios de la antigua Constantinopla, que hoy es la ciudad más grande de Turquía.

Santa Sofía es uno de los edificios más emblemáticos de Estambul. (Xinhua / Ilustración)
Diego Rodríguez
Ciudad de México /

Santa Sofía no sólo es uno de los templos religiosos más grandes e importantes en Turquía, sino también lo es a nivel mundial. Hasta antes de la pandemia de covid-19, era uno de los sitios recurridos por los turistas que desean conocer la emblemática Estambul, con los restos de lo que fue la antigua Constantinopla.

Catedral de la Iglesia Ortodoxa, museo y mezquita. Santa Sofía ha estado en pie desde hace casi mil 500 años; pese a su estructura longeva, al igual que el Muro de los Lamentos, ha sido reconstruida mucho antes que su actual estructura.

¿Cómo se construyó Santa Sofía? ¿Cómo sobrevivió a la caída de Constantinopla? ¿Por qué fue y ahora es una mezquita? ¿Había templos antes del actual edificio?

Datos sobre Santa Sofía

  • Es una de las catedrales más antiguas del mundo.
  • Obtuvo el título dela catedral más grande del mundo durante unos mil años desde el momento de su construcción, hasta que se completó la construcción de la Catedral de Sevilla en España en 1520.
  • Es una de las catedrales que más rápido se construyó en el mundo, con sólo cinco años de obras.
  • Su cúpula se considera la cuarta más grande en términos de diámetro entre las cúpulas de la "antigua catedral"

Los templos edificados durante el Imperio Romano de Oriente antes de Santa Sofía

Antes de sus dos famosos nombres, la ciudad era conocida en ese entonces como Bizancio —fundada por los griegos en el año 667 antes de nuestra era (a.n.e)— y fue refundada casi 700 años más tarde por el emperador romano (de occidente) Constantino I tras vender a Licinio —que tenía el poder en el oriente— que le daría el nombre a su honor: Constantinopla.

Hasta ese momento no tenía una relevancia dentro del propio imperio, que ya había sido dividido unos pocos años antes. Las obras de refundada ciudad —que trataron de asemejarla a la Roma de la época, incluso llamándola como la "Nueva Roma", trayendo columnas, piedras y vestigios de lugares como Alejandría y Atenas — culminaron en el año 330 (d.n.e), ya con murallas, un hipódromo y otros elementos imperiales.

Constantinopla fue la capital tanto del imperio bizantino como del otomano durante más de un milenio. (Dominio Público)

Entre los proyectos de la refundada ciudad estaba construir una "magna iglesia" cristiana —ya que durante el reinado de Constantino se acabó la persecución a los cristianos—, que sería inaugurada 30 años después. La "Macna Ecclesia" fue consagrada el 15 de febrero del 360 (d.n.e) al frente de la Gran Plaza de Constantinopla, hoy el actual parque del Sultán Ahmed de Estambul.

La primer iglesia tenía un techo de madera, cortinas, columnas y una entrada que miraba hacia el oeste. Probablemente tenía un nártex —el pórtico— cuya estructura estaba con la forma de un circo romano en forma de "U", como en algunas iglesias en Roma, con un baptisterio y un atrio al fondo. Todo en base a la arquitectura latina tradicional.

Con la separación formal del Imperio Romano en oriente y occidente en el 395, y el conflicto entre la iglesia y el entonces emperador Arcadio, la primera iglesia terminaría incendiada en su parte principal, pero no en sus entonces edificios alternos en el año 404. Del primero templo no se conserva absolutamente nada.

Con el reinado de Teodosio II, se reordenó reconstruirla y los trabajos concluyeron en el año 415. De esa segunda estructura se lograron conservar algunos bloques de mármol, pero su techo estaba hecho de madera. Contaba con puertas doradas, mosaicos policromados en el pórtico y frisos como figuras ornamentales.

Pero el segundo templo fue destruido en enero del año 532 tras los disturbios de Niká —las protesta más violenta de la historia de la ciudad, ocasionada por las rivalidades entre fanáticos de equipos del hipódromo que terminó con miles de víctimas y media Constantinopla destruida—, y el emperador Justiniano, del Imperio Bizantino, ordenó su reconstrucción semanas después.

Santa Sofía era la catedral más grande del mundo, que se destacaba desde las afueras de la antigua Constantinopla. (Dominio Público)

Con la ambición de hacer una gran iglesia, Justiniano nombró a dos arquitectos: el matemático Antemio de Tralles y el geómetra e ingeniero Isidoro de Mileto, para diseñar el edificio. Más de diez mil personas fueron empleadas durante el proceso de construcción y el proyecto fue reconocido contemporáneamente como una importante obra de arquitectura. Sería inaugurado oficialmente cinco años después, el 27 de diciembre del año 537 (d.n.e). 


¿Por qué se llama Santa Sofía?

Su nombre completo, la "Iglesia de la Santa Sabiduría de Dios", proviene del griego "-sofía", que significa "sabiduría" y estaba dedicado a la "Divina Sabiduría", imagen tomada del Libro de la Sabiduría del Antiguo Testamento y que hace referencia a la personificación de la sabiduría de Dios o segunda persona de la Santísima Trinidad, cuya fiesta patronal es el 25 de diciembre.

La basílica de Santa Sofía fue la sede del Patriarcado de Constantinopla y el escenario principal para las ceremonias imperiales bizantinas, como las coronaciones. En sus primeros años ofreció refugio de la persecución a los criminales, aunque hubo desacuerdo sobre si Justiniano tenía la intención de que los asesinos fueran elegibles para el asilo.

La basílica que resistió las cruzadas y a la caída de Constantinopla

Veinte años después se producirían varios sismos —ya que la actual Estambul está sobre una zona sísmica—, que generarían daños en la semicúpula y otros objetos al interior del recinto, así como la deformación de las columnas. Justiniano ordenó su restauración inmediata y la bóveda principal tuvo que ser reconstruida, misma que quedó más alta que en el diseño original, hasta su actual altura de 55.6 metros, utilizando materiales más ligeros.

Durante los siguientes siglos enfrentaría tanto varios daños estructurales como cambios al interior. Sismos, incendios, y la iconoclasia bizantina —impulsada en el año 726 por León III El Isaurio, principalmente por vicios religiosos, y para evitar prácticas como los musulmanes y judíos, que creían en objetos— provocaron cambios y adecuaciones al recinto, principalmente a la cúpula y las paredes de Santa Sofía. 

La catedral que "evangelizó" a los rusos

Con la expansión de la Rus de Kiev sobre los actuales territorios de Ucrania, Rusia y Bielorrusia, la catedral de Santa Sofía—que ya estaba bajo la Iglesia Ortodoxa y se empezaba a separar de la Católica Romana— fue la sede en donde se bautizaron el príncipe Igor, su esposa Olga y su hijo Sviatoslav que pasaron de ser paganos a cristianos, alrededor del 955. Incluso, el emperador Constantino VII los recibió con honores pese a que años atrás lucharon entre sí durante la guerra ruso-bizantina del 941. Con los siglos, los rusos y ucranianos posteriormente adoptarían el cristianismo ortodoxo.

Lo minaretes de Santa Sofia fueron añadidos mucho tiempo después, tras la caída de Constantinopla en 1453. (Dominio Público)

Durante la Cuarta Cruzada (1203) —la expedición militar proclamada por el papa Inocencio III con el propósito de reconquistar Jerusalén, pero que varió su rumbo y terminó con la conquista y saqueo de Constantinopla— los cruzados, principalmente bajo el mando de Venecia, capturaron la ciudad y saquearon reliquias del templo como objetos adornos de oro, lámparas de aceite de plata, la leche de la Virgen María, los huesos de los santos y hasta el Sudario de Turín, la tela que presuntamente le colocaron a Jesús durante la crucifixión. El templo era el lugar donde se resguardaban algunos de los grandes objetos de la religión cristiana. 

Con ello, Santa Sofía se transformó en una catedral afiliada a los católicos romanos tras estar durante siglos bajo los ortodoxos, que ya se habían plenamente divido en el siglo XI, pero que tras la conquista de Constantinopla, ambas iglesias quedarían divididas para siempre. El imperio latino controlaría la ciudad hasta el 1261.

Con la recuperación de Constantinopla, Santa Sofía se encontraba en estado de ruina, devastación y colapso, pero sería hasta el 1317 cuando el emperador Andrónico II Paleólogo ordenó su reconstrucción con la edificación de los contrafuentes —refuerzo de las esquinas de las columnas, que fueron financiándolos con la herencia de su difunta esposa. 

Pero el terremoto de 1344, aparecieron nuevas grietas en la cúpula, y posteriormente varias partes del edificio se derrumbaron. Santa Sofía, que ya había regresado a ser una iglesia ortodoxa, permaneció cerrada hasta que en 1354, debido a una nueva restauración. 

El último intento de unificar el cristianismo

Para 1452, en plena decadencia de Constantinopla —ya que sólo controlaban pequeñas regiones en el Mar Egeo—, Santa Sofía intentó ser el lugar donde se volverían a unir las iglesias católica y ortodoxa, pero no tuvo éxito el Concilio de Florencia —el último acuerdo para buscar unificar ambas ramas del cristianismo—, por profundo rechazo de los monjes griegos a la unión de los latinos romanos.

Después de la conquista de Constantinopla por otomanos en 1453, la iglesia de Santa Sofía fue inmediatamente convertida en mezquita como símbolo de la conquista, que en ese momento ya se encontraba en ruinas tras los saqueos y las batallas en la ciudad. Durante el asedio, las personas atrapadas en la ciudad terminaron refugiándose en Santa Sofía, pero al caer la urbe, los feligreses fueron esclavizados, y algunos, asesinados, durante la conquista. El templo fue profanado y saqueado.

Los otomanos serían quienes dieran el especto actual de Santa Sofía, aunque fuese convertida en mezquita. (Dominio Público)

La transformación de Santa Sofía en mezquita... y en museo

El nuevo sultán del Imperio Otomano, Mehmed II, ordenó ese cambio, pero sin modificar el nombre al recinto. Durante su reinado se construiría el primer minarete —las torres de las mezquitas musulmanas—, siendo inaugurada hasta 1481. Su sucesor, Bayaceto II, construiría el segundo.

Aunque los otomanos preferían usar piedras en esas estructuras, el minarete estaba hecho de ladrillos para poder construirlo rápidamente. También se añadieron tiendas aledañas a la primera gran mezquita del imperio, pero el antiguo suelo instalado por Justiniano ya había desaparecido.

Durante el mandato de Solimán El Magnífico, ordenó traer los candelabros gigantes desde Hungría —que había conquistado en 1526 durante en la batalla de Mohács— que hoy están ubicados a ambos lados del mihrab, la hornacina de las mezquitas con dirección hacia la Kabah, en La Meca.

La estructura tuvo que ser reforzada debido a la fatigo estructural —por la zona sísmica en la que se encuentra— durante el reinado de su sucesor, Selim II. Mimar Sinan —uno de los primeros arquitectos del mundo que desarrolló la ingeniería antisísmica— no sólo mejoró la estructura con más contrafuentes, sino también pudo concluir con los minaretes restantes de Santa Sofía. 

Sinan, el real arquitecto del imperio otomano

Mimar Sinan (1488/1490-1588) fue el gran arquitecto del imperio otomano, que diseñó la construcción de varias mezquitas dentro del territorio, cuyas obras más importantes fueron la Mezquita de Selim en Edirne (edificada en 1575 cuyos minaretes son los más altos de Turquía) y la Mezquita de Solimán (1588), el segundo mayor templo de Estambul.

Su legado es tan importante que es comparado con Miguel Ángel en el mundo oriental, fue el arquitecto del imperio y sus alumnos fueron quienes diseñaron otros edificios importantes como el Taj Majal en la India (Ustad Ahmad Lahori), la Mezquita Azul de Constantinopla (Sedefkar Mehmet Aga) y el Puente de Mostar en la actual Bosnia y Herzegovina (Mimar Hajrudin).

Durante los siguientes siglos se añadieron las tumbas de los sultanes, que eran enterrados en Santa Sofía, así como otros elementos visuales como minbar decorado con mármoles, una madrasa —una escuela islámica, hoy la actual biblioteca del templo— cocina, una fuente para rituales, un complejo social y otro mihrab.

Pero sería hasta 1847 cuando se daría la mayor (y la más famosa) remodelación de Santa Sofía, a cargo del sultán Abdulmecit I que pidió a los hermanos arquitectos suizo-italianos Gaspare y Giuseppe Fossati consolidar la cúpula con una cadena de hierro, reforzar las bóvedas, enderezar las columnas y limpiar los mosaicos, así como homologar los colores de los minaretes, cambiar las lámparas, colocar un calendario —para determinar la hora de las oraciones musulmanas— una maqsara (palco califal), y una nueva galería de estilo neobizantino. Las obras terminaron hasta 1849.

Tras la caída del Imperio Otomano y la independencia de Turquía, Santa Sofía fue un museo durante casi 80 años. (Dominio Público)

El templo de Santa Sofía se mantuvo "intacto" tras la caída del Imperio Otomano después de la Primera Guerra Mundial —que derivó en la guerra de independencia, cuyo territorio fue ocupado por las potencias y derivó la creación de la actual República de Turquía en 1922; hasta que durante el gobierno de Mustafá Kemal Atatürk se impuso la laicidad del estado.

Estambul deja de ser la "capital" de Turquía

En el gobierno de Kemal Atatürk, un militar destacado en la guerra de independencia que llevó a cabo diversas reformas en el país, entre ellos el cambio del turco hacia el alfabeto latino y la laicidad del estado —ya que se escribía en caracteres árabes— decidió trasladar de Estambul a Ankara —que sólo tenía 15 mil habitantes y sólo era una pequeña urbe en el centro del país— la nueva capital en 1923, debido a su ubicación que dificultaba un potencial ataque.

Fue en 1931 que Santa Sofía se cierra al público por orden de Kemal Atatürk para que se reabra como un museo cuatro años más tarde, en 1935 tras un nuevo proceso de restauración. Entre estos trabajos se encuentran varias restauraciones, el cinturón de hierro de la cúpula, y el desenterramiento y limpieza de los mosaicos. 

Durante la restauración, se planteó la idea de reconvertir Santa Sofía en iglesia cristiana, que era el propósito del principio de laicismo de la nueva República turca, pero la falta de demanda debido al escaso número de cristianos que vivían en la región, la posible posibles acciones a emprender contra tan magnífica iglesia en la región, teniendo en cuenta las provocaciones y la importancia histórica de la arquitectura, se dedicó por hacerla un recinto cultural.

El proceso de convertir a Santa Sofía nuevamente en una mezquita comenzó nuevamente en 2005, pero fue negado bajo una orden judicial, pero fue hasta 2016 cuando se empezó la "reconversión" permitiendo rezos en los pasillos del recinto y haciendo remodelaciones adicionales para hacer el cambio de forma oficial en 2020, por orden del presidente Recep Tayyip Erdogan, pese a la protestas de Grecia, la iglesia ortodoxa y diversas organizaciones.

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