Estudio advierte que trabajo no remunerado de mujeres aumenta con la maternidad

La investigación muestra cómo la brecha de género, en cuanto a la cantidad de tiempo dedicado al trabajo no remunerado, es de 16 horas semanales.

Desigualdad laboral en el tiempo de embarazo (AFP)
Alma Paola Wong
Ciudad de México /

Las mujeres incrementan 20 horas de trabajo no remunerado por semana a partir del primer trimestre del nacimiento del bebé, debido a que es el tiempo que dedican a la atención del menor y a las tareas domésticas, según la investigación Inside the Black Box of Child Penalties en la que participó el Departamento de Economía de la IBERO.

El estudio encontró que en el mismo periodo el tiempo de trabajo no remunerado de los hombres es de cuatro horas por semana tras el nacimiento del bebé.

En este estudio participaron Eva Arceo Gómez, académica del Departamento de Economía de la IBERO, las investigadoras Sandra Aguilar-Gómez, de la Universidad de California, y Elia de la Cruz Toledo, de la Universidad de Loyola Marymount.

La investigación muestra cómo la brecha de género, en cuanto a la cantidad de tiempo dedicado al trabajo no remunerado, es de 16 horas semanales, lo cual puede explicarse por la recuperación posparto y el tiempo que se le dedica al cuidado del recién nacido.

Arceo Gómez, quien presentó este estudio durante el Tercer Seminario Académico que organizó el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE), señaló que estos resultados son importantísimos, pues nadie había analizado el efecto del nacimiento de los hijos en el trabajo no pagado; así como el aumento de trabajo que tienen las mujeres que no son las mamás, pero que viven en el mismo hogar de la pareja que tuvo bebé.

Arceo-Gómez, quien es doctora en economía por la Universidad de California en Berkley, dijo que encontraron que en el caso de las mujeres que no son las mamás, el trabajo no remunerado aumenta alrededor de siete horas, mientras que en los hombres que no son los padres, pero que viven en el mismo hogar, no aumenta.

“Es un resultado que apunta a que se debe más a un tema de roles de género que a cuestiones biológicas, pues si fuera por este caso, se vería el aumento de trabajo no remunerado en las mujeres que acaban de tener bebé. De tal forma que se debe a una cuestión de a quién se le asigna la labor de cuidado”, explicó la académica.

Al respecto, Arceo Gómez señaló que el hecho de que persistan estas penalizaciones a la maternidad se debe mucho a las normas de género y políticas públicas. Y que en el caso de países en desarrollo tienen sus particularidades: diferentes retos a la hora de cerrar estas brechas de género, las normas de género suelen ser más tradicionales y hay mucho mayor apoyo de parte de la familia extendida.

Impactos en el mercado laboral y en los ingresos

En Inside the Black Box of Child Penalties: Household Structure, Gender Norms and Public Policies, investigación que ganó el segundo lugar del Premio a la Investigación en Economía Víctor L. Urquidi 2019, también se encontró que las mujeres tienen penalizaciones por maternidad en el mercado laboral mexicano, tanto en el margen extensivo, es decir, en quienes trabajan o no, como en el intensivo, es decir, en las horas que trabajan. Así como una disminución sustancial en los ingresos mensuales.

Las investigadoras analizaron el impacto que tiene el tener un hijo/hija en variables del mercado de trabajo y del uso de tiempo. El periodo de tiempo de análisis que utilizaron fue algunos meses preembarazo, todo el embarazo, el momento en el que se tienen el bebé y un año de periodo posnatal.

“Encontramos un efecto muy fuerte de tener un hijo/hija en los resultados en el mercado laboral. En el caso de las mujeres en México, este efecto inicia desde el embarazo hasta después de 15 meses del nacimiento del bebé. Encontramos que las mujeres tienen 17 por ciento menos probabilidad de participar en el mercado laboral. Mientras que la oferta laboral de los hombres permanece básicamente sin cambios”, dijo Arceo.

Asimismo, las mujeres observan una disminución del 20 por ciento en sus ingresos laborales. Estos cambios van acompañados de patrones divergentes entre trabajo pagado y no pagado. O el uso de tiempo que se dedica a las actividades.

Se encontró heterogeneidad en los efectos de tener un hijo/hija entre personas que pertenecen al sector forma e informal.

“Vimos que formales, a pesar de que tienen un decremento en la probabilidad de trabajar se recuperan rápidamente en contraste con los informales que, aunque caen en 20 por ciento su participación laboral, no se recuperan”.

De acuerdo con la investigadora, las mujeres hacen malabares con nuestro tiempo tratando de combinar el trabajo remunerado con el no remunerado,

en un momento en el que las responsabilidades dentro de los hogares se hacen más patentes.

“Esto tienen mucha relevancia de política pública porque es una gran motivación para mejorar el trabajo que se ha hecho desde el sector público para la mejora de guarderías, otros tipos de trabajo de cuidado otorgado de manera pública, así como tomar más acciones legales para eliminar las brechas legales entre hombres y mujeres como las licencias de maternidad y paternidad”, dijo Arceo-Gómez.

RM

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