A un año de diferimientos, clientes de la banca se ponen a mano

De acuerdo con datos recientes de la Asociación de Bancos de México, a este programa en total se sumaron 9.1 millones de clientes, que por créditos sumaron un valor total de 1.1 billones de pesos.

El efecto total de los créditos que no pudieron pagarse pese a los programas de diferimiento alcanza 107 mil millones de pesos| Especial.
Karen Guzmán
Ciudad de México /

Pese a la severa crisis económica que provocó el covid-19, los clientes de la banca que se adhirieron a los programas de apoyo lanzados en marzo de 2020 respondieron de manera favorable, cumpliendo en su gran mayoría con sus compromisos de pago.

Hace un año, apenas un día después de que inició la Jornada de Sana Distancia, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) anunció un programa de criterios contables especiales para los bancos comerciales, gracias a los cuales los clientes podían diferir hasta por 4 meses, con posibilidad de extenderlo dos meses más, el pago de créditos con garantía hipotecaria, automotriz, personales, de nómina, tarjeta de crédito, entre otros.

De acuerdo con datos recientes de la Asociación de Bancos de México (ABM), a este programa en total se sumaron 9.1 millones de clientes, que por créditos sumaron un valor total de 1.1 billones de pesos, que representó 22 por ciento del crédito al sector privado.

En total se beneficiaron 3.3 millones de créditos dirigidos a micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), así como créditos personales y con actividad empresarial; también lo hicieron 3.4 millones de clientes con tarjeta de crédito; 2.2 millones con créditos al consumo como personales, de nómina y automotriz; 325 mil con créditos hipotecarios y 39 mil créditos de grandes empresas.

Rápidamente surgieron voces que alertaban de una posible crisis de impagos; sin embargo, con cifras a enero de la CNBV, 83 por ciento del monto que fue diferido permanece vigente en pagos sin que hubiera requerido algún apoyo extra; 12 por ciento fue reestructurado, pero también se mantiene vigente; y solo 5 por ciento se encuentra vencido, ya que finalmente los clientes no pudieron seguir pagando, lo que representa una cantidad cercana a los 47 mil millones de pesos.

“Las familias que recibieron este apoyo pudieron usar los recursos para afrontar otros desafíos que enfrentaron por la pandemia”, señaló Juan Pablo Graf Noriega, titular de la CNBV.

La Comisión explicó que “al despertar” las carteras empezaron a configurarse en tres grupos de acreditados: quienes podían reactivar pagos sin ningún problema, aquellos que necesitaban algún tipo de revisión a las condiciones de pago o reestructura de sus créditos para no caer en incumplimiento; y acreditados muy afectados que no iban a poder hacer frente a sus compromisos debido, fundamentalmente, a que perdieron el empleo o sus negocios cerraron.

Refuerzo

Fue en septiembre de 2020 cuando la Secretaría de Hacienda, el Banco de México y los bancos anunciaron la segunda fase de los apoyos que consistieron en reestructuras de créditos, a fin de que los clientes conservaran en buena medida su historial crediticio que les permitiera seguir obteniendo créditos en el futuro. Para ello se revisaron las condiciones de pago para adaptarlas a la nueva realidad económica de los acreditados.

La ABM reportó que, a diciembre del año pasado 1.1 millones de clientes se habían adherido a este plan de reestructuras y los créditos representaban 334 mil millones de pesos, 7.4 por ciento del crédito al sector privado.

De los créditos con reestructuras, 503 mil 492 eran del portafolio de consumo; 377 mil 233 eran microcréditos; 351 mil 373 de tarjeta de crédito; 64 mil 538 hipotecarios; 31 mil 403 de pequeñas y medianas empresas y 11 mil 891 de grandes empresas, para un total de 1.3 millones de créditos reestructurados. El programa terminó el pasado 31 de enero.

Pese a esto, el efecto total de los créditos que no pudieron pagarse pese a los programas de diferimiento alcanza 107 mil millones de pesos, equivalentes al 10 por ciento de los financiamientos acogidos en los programas originales de apoyo instrumentados por la banca y los reguladores.

Con los resultados de ambos programas, los bancos han reconocido el compromiso de sus clientes para continuar con el pago de sus créditos; sin embargo, los niveles de colocación de nuevos préstamos se mantuvieron bajos ante la incertidumbre que prevaleció durante todo 2020.

Banca, en buen momento

Los índices elevados de capitalización, la baja cartera vencida y la buena cobertura de reservas mantienen a la banca comercial con buena salud y liquidez suficiente para ofrecer más préstamos, sin embargo las personas han preferido ahorrar en lugar de utilizar un crédito bancario.

Al cierre del año pasado, el crédito al sector privado tuvo en términos reales una caída de 4.3 por ciento en comparación con mismo periodo de 2019. El crédito al consumo es el rubro de la cartera que más se ha visto afectado, con una caída de 7.2 por ciento; mientras que el crédito a las empresas mostró una baja de 2.2 por ciento. En contraste, el crédito a la vivienda creció 9.3 por ciento en 2020.

En lo que corresponde a las empresas, la cartera a las grandes empresas mostró una reducción de 2.3 por ciento al cierre de diciembre de 2020; con diferencias entre sectores; el crédito a las MiPymes se redujo 6.5 por ciento, al respecto, la ABM aseguró que este no muestra señales de recuperación.

En contraste con esto, aseguró que en todo 2020 las tendencias se mantuvieron: los clientes prefieren ahorrar antes que endeudarse y acceder a más créditos. La captación bancaria aumentó 9.7 por ciento, el incremento más alto de los últimos 10 años.

A enero de 2021 la tendencia de los clientes se ha mantenido, el monto facturado en tarjetas de débito sigue siendo mayor, con un aumento de 11.5 por ciento en comparación con enero de 2020, mientras que en tarjetas de crédito muestra la cautela de los clientes con una baja de 2 por ciento.

Cartera vencida es la preocupación

De acuerdo con datos de la CNBV el índice de Morosidad Ajustada (Imora), un indicador que permite observar la morosidad de forma precisa, dado que suma la cartera vencida y las quitas y castigos en los pasados 12 meses, se ubicó en 14.83 por ciento, un alza de 1.92 puntos porcentuales. El monto de cartera vigente hasta el primer mes del año alcanzó 940 mil millones de pesos, 12.7 por ciento menor con respecto a igual mes de 2020.

Esta cartera representa el mayor deterioro en cuanto a vencimientos de créditos. Dentro de ella, la morosidad de las tarjetas de crédito se ubicó en 7.49 por ciento, que significó un aumento de 2.60 puntos porcentuales más que en 2020.

Los datos del Banco de México revelan que la cartera vencida de los créditos al consumo alcanzará un monto sin precedente en enero pasado, cuando la cartera vencida de las tarjetas de crédito, créditos nómina, personales y bienes de consumo duraderos fue de 40 mil 709 millones de pesos, el más alto desde que se tienen registros.

Esta cifra supera significativamente el registro de 2008, por una diferencia de 39.9 por ciento, cuando se ubicó en 29 mil 086 millones de pesos.

Según el registro el banco central, los créditos personales alcanzaron un saldo de 159 mil millones de pesos, lo que representa una reducción de 15.7 por ciento de la cartera; en contraste, la cartera vencida de este segmento se situó en 10 mil 451 millones de pesos, lo que representa una reducción de la cartera vencida en comparación con los 12 mil 144 millones de enero de 2020.

En tanto, los créditos nómina tuvieron un resultado de 248 mil millones de pesos, monto 5.8 por ciento más bajo comparado con enero de 2020. El saldo vencido fue por ocho mil 385 millones de pesos, un aumento de 8.1 por ciento en comparación con el año pasado y el Imora se colocó en una tasa de 10.37 por ciento, alza de 0.05 puntos porcentuales.

Finalmente, la cartera de bienes de consumo duradero, integrada por el crédito automotriz y adquisición de bienes muebles, tuvo un resultado de 164 mil millones de pesos, 3.7 por ciento menor en el primer mes de 2020. La cartera vencida fue de cuatro mil 819 millones de pesos, un aumento de 45.5 por ciento y con un Imora de 20.7 por ciento, un incremento de 2.7 puntos.

Cabe señalar que el repunte de la cartera vencida comenzó desde agosto del año pasado, justo cuando vencieron los plazos de los apoyos covid-19 de los bancos, que consistieron en el diferimiento de los pagos.

Así, al primer mes de este año, los bancos acumularon reservas 220 mil millones de pesos en estimaciones preventivas, mismas que se utilizarán para hacer frente a cualquier deterioro en las carteras crediticias en caso de que estas presenten problemas.

lvm

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