Desarrollo humano debe ser prioridad de las Pymes

SUSTENTABLE / DESARROLLO HUMANO

Especialistas coinciden en que pequeñas y medianas empresas tienen la posibilidad de ofrecer mejores garantías laborales al asociarse con las grandes compañías.

Uno de los programas de capacitación. (Especial)
Carlos Domínguez
Ciudad de México /

En México, las grandes compañías han comenzado a integrar en su cadena de valor a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), ya que éstas representan más de 95 por ciento de las firmas en México, afirmó Denisse Jiménez, especialista en sustentabilidad, finanzas y planeación estratégica, así como fundadora y directora de la consultoría en sustentabilidad Sustrategies.

“Nos basamos en cuatro líneas: economía circular, sustentabilidad corporativa, valuación sustentable y finanzas climáticas”, explicó.

Jiménez detalló: “La sustentabilidad corporativa que nos acoge en la línea de Pymes la enfocamos desde la cadena de valor. Las grandes firmas ya empiezan a integrarlas en su cadena de proveeduría, ya que las Pymes representan más de 95 por ciento de las empresas en México. Les damos empuje, pues generan aproximadamente 75 por ciento del empleo del país.

“Las grandes empresas representan la oportunidad para que desde el corporativo se empodere a las Pymes a ser socios comerciales y afiancen la compra de su mercancía con ellas, asegurando su flujo de efectivo y operación. Cuando se refuerzan esas cadenas de valor de proveeduría con las Pymes entra la sustentabilidad, tomando en cuenta que para ser socio comercial de alguna organización hay que tener fuertes las áreas funcionales: cumplir con manuales y procesos, así como capacidades y habilidades técnicas y gerenciales. Aquí entra el desarrollo personal, en cuanto a cómo potencializas el capital humano que tienes, al saber que cuentas con excelentes capacidades técnicas”, abundó.

La especialista también habló sobre el efecto de las garantías laborales en los emprendedores: “La situación que lleva a las personas a emprender tiene relación con las garantías laborales, como un despido, horario fijo, o no querer depender de una pensión.

“La mentalidad en muchos casos es tener un negocio y vivir de eso. Es ahí donde hay una brecha entre la garantía laboral, entre tener un seguro o un bono. Las Pymes contabilizan a más o menos 4 millones de empresas, que representan entre 95 y 98.9 por ciento de las compañías a escala nacional. Del total, 75 por ciento son Mypymes, microempresas que tienen como prioridad el capital de trabajo, o sea, el flujo de efectivo constante. ¿Qué tanto de ese capital puede estar destinando a pagar seguros?”, cuestionó Jiménez.

“La mayoría de ese 75 por ciento son firmas que pertenecen a mujeres que tienen que sacar adelante a sus familias. La cuestión es ¿qué tanto estoy dispuesta a generar esas garantías laborales para tener un seguro que cubra a mi familia? En el desarrollo humano, está la parte cultural porque varias de estas empresas no están educadas en esas habilidades o no cuentan con formación necesaria”, abundó.

Respecto a las estrategias que implementa Sustrategies para revertir esta situación señaló que “en la construcción de capacidades, entre esas Pymes y los grandes corporativos, les proponemos programas donde se generan cadenas de valor y les damos una capacitación en la que desarrollamos esas habilidades (...)Uno de los programas es Intrapeneur; por ejemplo, si necesitas desarrollar una plataforma digital, vamos a una comunidad universitaria y desde ahí empiezas a formar a los futuros micro empresarios. Quien presente el mejor proyecto recibe el premio y se vuelve proveedor.

BOLSA ROSA

Otra organización que se preocupa por el desarrollo humano de los colaboradores es Bolsa Rosa. Ana Lucía Cepeda, fundadora de la empresa, explicó que ellos reintegran “a mujeres a la fuerza laboral en empleos con esquema de trabajo flexible y desde nuestra empresa apoyamos la implementación de la flexibilidad como esquema y política de trabajo para aumentar la productividad, y atraer o retener talentos más calificados para su firma. El trabajo y la vida personal se mezclan. Si la persona puede encontrar un lugar de trabajo donde sus necesidades sean compatibles con lo que necesita profesional y personalmente, estará más comprometida y contenta. De esta manera, se contribuye a su desarrollo humano.

En cuanto a las garantías laborales, Cepeda señaló: “Este tipo de trabajo, por ser flexible, no es independiente a las prestaciones de ley. En Bolsa Rosa trabajamos a distancia y tenemos dos coworkings en la ciudad. Uno cuenta con guardería y, como la mayoría del equipo son mamás, pueden llevar a sus hijos al lugar de trabajo.

Cepeda también habló de los retos que enfrentaron antes de que su negocio fuera funcional: “La empresa nació de manera flexible y remota, fue un reto establecer procesos y estructura, y que cada puesto tuviera objetivos medibles o entregables, pero lo logramos.

“De manera externa estamos evangelizando al mercado y buscamos clientes que trabajen bajo este esquema”, abundó.

La directiva finalizó hablando sobre el éxito de la plataforma que conecta a mujeres con la compañías: “Bolsa Rosa tiene registradas a casi 5 mil empresas que han contratado una vacante de manera flexible. Cerca de 280 firmas se han vinculado con alrededor de 400 mujeres para trabajos flexibles y en la bolsa de trabajo se han postulado más de 6 mil vacantes. En consultoría, hemos trabajado con cerca de 60 empresas en la implementación de la flexibilidad laboral”.

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