La falta de mujeres en industrias esenciales ante la pandemia de covid-19 influyó en una menor recuperación en su participación dentro del mercado laboral.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) alrededor de 60 por ciento de las mujeres que trabajaban se encontraban dentro de las áreas que resultaron más impactadas por la emergencia sanitaria, lo que hizo que su situación laboral fuera más compleja.
“Latinoamérica sufrió sin duda la mayor contracción con motivo de la pandemia, lo cual profundizó la disparidad de empleo entre hombres y mujeres. Básicamente porque las mujeres estábamos sobre representadas en industrias como servicio, turismo, enseñanza y salud”, dijo en entrevista con MILENIO Beatriz Robles, directora de cuentas clave de ManpowerGroup.
Al tercer trimestre de 2021, en el país había 51.7 millones de mujeres de 15 años o más de edad. De esta cifra, 44 por ciento se encontraban dentro de la población económicamente activa (PEA). Se estima que 55 de cada 100 mujeres desarrolla actividades dentro del segmento de comercio, industria manufacturera y servicios sociales.
El Informe Especial covid-19: La nueva autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con la igualdad, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la pandemia generó un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región.
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A esto se suma una cifra que sigue fungiendo un papel importante en el desarrollo profesional para el género en el país: las mujeres dedican hasta 2.5 veces más tiempo a los cuidados de la familia, tema que se acrecentó con la implementación del trabajo y la escuela vía remota, a lo que se sumó, en algunos casos, el cuidado de adultos mayores.
“Hay varios momentos que siguen siendo decisivos para las mujeres. Muchas de ellas cuando tienen hijos abandonan su carrera profesional; cuanto tienen que dedicar más tiempo al cuidado de los padres también lo hacen. Es una realidad que tomará todavía muchas décadas para buscar una equidad laboral”, indicó Robles.
Ante ello, precisó que es necesario que se fomenten políticas de equidad de género, con elementos como mayores días en cuidados paternales para hombres, permisos de ausentismos para ellos; más trabajos híbridos y con espacios flexibles; así como la promoción de incentivos y el fomento de las condiciones necesarias a la inversión para la creación de empleos. A esto, se suma nuevamente la necesidad de fomentar la incorporación de más mujeres a carreras relacionadas con la tecnología, la ingeniería, entre otras, agregó.
Nenis, el escaparate
La emergencia de salud supuso para algunas mujeres un reto que enfrentaron a través de la promoción de productos y servicios por medio de redes sociales. Así, la economía “neni” (derivado de la palabra nena, con la que se refieren las vendedoras a sus clientes) suma más de nueve millones de personas e impacta a los ingresos de más de 12 millones de hogares en el país.
“Muchas mujeres emprendieron negocios en la economía informal; recuperaron trabajos, pero básicamente labores que no están dentro del pago de impuestos y seguridad social y esto genera que están más desprotegidas. Se dieron cuenta que para generar un ingreso para su hogar no tenían que estar con ciertos indicadores y objetivos, propios de los corporativos; y emprendieron negocios que trajeron ingresos”, dijo Beatriz Robles.
En enero de este año, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) destaca que la población desocupada del país alcanzó una cifra de 2.1 millones de personas, una baja de 19.2 por ciento comparado con los 2.6 millones de personas respecto al mismo mes del año pasado.
Mientras, la población que trabaja en la informalidad alcanzó los 30.5 millones de personas al arranque de año.
Alrededor de 47 por ciento de la recuperación en empleos es para las mujeres y 53 por ciento para hombres; aunque el mayor regreso para ellas es dentro del segmento informal.
“La llamada economía neni es algo que ya viene existiendo en México desde hace bastante tiempo, pero la venta por catálogo es algo bastante exitoso en México; ya hay círculos bastante grandes de personas que se enfocan en eso. Con la adopción de nuevas tecnologías, ese sector creció desde antes de la pandemia, con el fin de compensar el ingreso que tienen actualmente o en caso de una pérdida de empleo, un ingreso directo”, señaló David Lask, general manager para Tala.
Las estrategias de los corporativos en términos de incentivos de retención y atracción de talento, afirmaron, serán decisivos para el regreso de dicho sector de la población a la economía formal.
En un estudio realizado por Aon México a 262 compañías, 49.3 por ciento de los encuestados afirmó que cuentan con políticas de pagos igualitarios; alrededor de 8.1 por ciento afirmó que identificaron estar dando una menor remuneración a las mujeres, quienes reciben en promedio 13 por ciento menos salario que la compensación de sus pares masculinos.
“Para fomentar la retención de talento es necesario que las empresas pongan atención en temas como el salario, condiciones de trabajo. Si algunas mujeres prueban ser independientes y emprendedoras, se convierte en un factor por el cual compiten las empresas”, sostuvo Rocío Hernández, directora de Consultoría en Compensación de Aon México.