Autos eléctricos de Alemania darán impulso a su economía

FINANCIAL TIMES

Unión Europea. El objetivo que se plantearon las autoridades es que para 2030 entre 7 y 10.5 millones de vehículos alimentados por baterías estén en las calles germánicas hacia el final de la década.

VW prometió invertir 60 mil millones de euros para vender 26 millones de vehículos eléctricos para 2029. (Shutterstock)
Martin Arnold
Frankfurt /

En 2017 un ejecutivo de Volkswagen (VW) presumió acerca de la estrategia de grupo automotriz alemán para “superar” a Tesla, el fabricante estadunidense de vehículos eléctricos. “Cualquier cosa que pueda hacer Tesla, nosotros lo podemos superar”, dijo Herbert Diess, en ese entonces jefe de la marca VW.

Desde que hizo la atrevida predicción, las cosas no han ido exactamente de acuerdo al plan de Diess, de VW o de la industria automotriz alemana. Los economistas dicen que el sector se enfrenta a una “tormenta perfecta” con profundas ramificaciones para la economía de la zona euro, aunque al final podría proporcionar las semillas de una reactivación.

Para agravar los problemas de la industria, las ventas y la producción mundiales de automóviles se han invertido en los últimos años y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sigue amenazando con aranceles punitivos a las importaciones de autos y sus piezas de Europa.

“Fue la tormenta perfecta para la industria automotriz el año pasado, con la guerra comercial de Trump, el escándalo del diésel y las regulaciones de las emisiones”, dijo Dirk Schumacher, jefe de investigación macro europea de Natixis.

Tesla, por el contrario, sigue creciendo más fuerte. La semana pasada, su capitalización de mercado superó los 100 mil mdd, convirtiéndose en el segundo fabricante de automóviles más valioso, por encima de VW y detrás de Toyota. La compañía californiana incluso tuvo la osadía de elegir un sitio cerca de Berlín para su primera “gigafactory” europea, decisión que el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung calificó como “una declaración de guerra”.

Hasta ahora, los grandes perdedores parecen ser los grupos automotrices alemanes. Además de los crecientes gastos legales, enfrentan el alto costo de cambiar a vehículos eléctricos y reducir las emisiones de los modelos actuales para cumplir con las estrictas normas de la Unión Europea.

Esto es importante tanto para Alemania como para la economía de la eurozona en general. Los automóviles de alto rendimiento fabricados por BMW, Porsche, Mercedes y Audi son parte de la identidad nacional de Alemania, ya que el país no tiene límites de velocidad en las autopistas.

El temor general es que los problemas de las automotrices se filtren al sector de servicios centrado en el país, hasta ahora resistente. Esta preocupación se acentuó por la predicción del peor de los casos de este mes en un informe aprobado por el gobierno de que se podrían perder 400 mil empleos en Alemania en la próxima década debido al cambio a los vehículos eléctricos.

Sin embargo, no todos están deprimidos por toda esta agitación. Kristalina Georgieva, directora general del FMI, dijo en el Foro Económico Mundial de Davos que creía que las enormes sumas que se necesitan para abordar la transición a una economía baja en carbono “pueden ser el santo remedio” que traiga el “impulso de inversión” para reactivar el crecimiento.

Los objetivos de la Unión Europea para 2030 significan que entre 7 y 10.5 millones de automóviles alimentados por baterías tienen que estar en las calles alemanas para el final de la década, un gran salto al tener en cuenta que solamente había 220 mil en agosto pasado.

La industria automotriz de Alemania finalmente parece estar despertando a los grandes retos de alejarse de los motores de combustión interna. VW prometió invertir 60 mil millones de euros en cinco años para cumplir con su objetivo de vender 26 millones de vehículos totalmente eléctricos para 2029. Su primer hatchback alimentado por baterías para el mercado masivo, el ID.3, saldrá a la venta este verano.

El gobierno alemán prometió gastar 3 mil 500 millones de euros en la instalación de un millón de puntos de recarga en todo el país y aumentar los subsidios para alentar a las personas a comprar vehículos eléctricos. Se espera pronto más ayuda de Berlín.

El sector tiene el poder financiero para enfrentar sus problemas. La buena noticia para la economía europea es que toda esta inversión podría ayudar a sacarla de su reciente caída.

Y ADEMÁS

UN COSTOSO ESCÁNDALO

En los últimos años VW quedó atrapado en un gran escándalo por la instalación que hizo de “dispositivos de desactivación” en millones de autos diésel para hacer trampa sobre los límites de las emisiones de gases perjudiciales que salen por el escape. El escándalo le costó más de 30 mil millones de euros en multas, honorarios legales y compensación de clientes.

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