Los bancos paralelos (instituciones financieras que pueden prestar dinero pero no recibirlo) experimentaron su primera caída en los activos desde 2008, de acuerdo con los nuevos datos del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), ya que una ofensiva china y las caídas del mercado de valores hicieron retroceder el crecimiento del sector.
Las compañías fiduciarias en China, que ofrecen una variedad de servicios financieros fuera del sistema bancario formal, cayeron 22 por ciento en sus activos en 2018 después de que los reguladores reforzaron su supervisión y adoptaron medidas coercitivas. Las caídas del mercado de valores durante el periodo afectaron a una mayor variedad de vehículos no bancarios en todo el mundo.
En general, los activos dentro de la definición más flexible del FSB de entidades no bancarias disminuyeron 0.1 por ciento a 183.7 billones de dólares en 2018, lo que indica los límites de la expansión de los bancos paralelos desde la crisis financiera.
Los datos son los últimos en un ejercicio anual del FSB con sede en Basilea, que monitorea el sector de la banca paralela y hace recomendaciones a los países que pertenecen al G20.
Sin embargo, la complejidad de reunir los datos significa que un largo tiempo de espera, y los dos factores principales que golpearon a la industria en 2018 ya se aliviaron desde entonces, con China relajando su ofensiva y los mercados de valores en crecimiento.
El FSB dio el paso poco habitual de dedicar casi tres páginas de su informe al colapso del emblemático fondo de capital de 3 mil millones de libras de Neil Woodford en el Reino Unido el año pasado, que atrapó el dinero de los inversores minoristas. Los reguladores dijeron que el colapso fue “idiosincrásico”, pero destacaron que un fondo abierto que no había gestionado adecuadamente su riesgo de liquidez “podría no ser capaz de satisfacer las solicitudes de reembolso significativas sin perjudicar los intereses de sus inversores”.
A la banca paralela, las partes del sistema financiero que desempeñan funciones similares a las de los bancos, como los préstamos, pero no tienen las mismas garantías, se le responsabilizó de manera generalizada de exacerbar la crisis financiera hace 12 años. Desde entonces está en marcha una reforma, dirigida por el FSB, para tratar de ejercer más control sobre el sector.
Pero definir la banca paralela puede ser un negocio resbaladizo. El ejercicio del FSB comienza con el análisis de los activos de cualquier cosa que no sea un banco o banco central, incluidos los fondos de pensiones, las aseguradoras y “otras instituciones financieras” (OFI, por sus siglas en inglés). Ese último ecosistema representó 114 billones de dólares de activos en todo el mundo en 2018, en comparación con 378.9 billones de dólares de los activos financieros totales a nivel mundial, dijo el FSB.
El FSB también pidió a los países que informaran sobre nuevas tendencias en préstamos no bancarios. El préstamo entre pares, que une a los solicitantes de préstamos con personas o empresas que desean prestar y ganar intereses, es un fenómeno en rápido crecimiento en 23 jurisdicciones alrededor del mundo, de acuerdo con el informe.
Pero no sin problemas: en el Reino Unido, Funding Circle informó de mayores pérdidas y el aumento de deudas incobrables, y Lendy, que se enfocaba en desarrollos inmobiliarios, se fue a la quiebra.
EN CIFRAS
0.1% Disminución de los activos de entidades no bancarias a 183.7 billones de dólares en 2018, demostrando así la expansión que tienen desde la crisis financiera de 2008.
“Algunas jurisdicciones siguen enfrentándose a importantes desafíos para recopilar estos datos”, dijo el FSB.