Con el fuerte repunte de las acciones chinas este año, los inversionistas globales se preguntan: ¿el país es un lugar en el que se puede invertir después de todo?
La respuesta es sí, y siempre lo fue. El mercado chino en general registró una marcada caída esta década por diversas razones, pero fue un error que los inversionistas descartaran el segundo mercado más grande del mundo como un lugar que no es atractivo para invertir. Incluso ahora nada fundamental ha cambiado. No hay una gran recuperación económica en marcha. La economía todavía tiene la carga de una fuerza laboral que envejece y una deuda agobiante, que probablemente desaceleren el crecimiento tendencial para que se ubique por debajo de 3 por ciento, muy inferior al objetivo de Beijing.
El gran cambio está en la confianza, que se aceleró por la reciente noticia de que DeepSeek ofrece una alternativa china rentable a la inteligencia artificial estadunidense. Los inversionistas --en particular los extranjeros-- ahora redescubren a China como lo que ha sido siempre: un mercado difícil, pero demasiado vasto para ser ignorado.
El mercado chino empezó a recuperarse el año pasado, cuando el gobierno empezó a revelar algunas medidas de estímulo de gran resonancia. La mayoría de los inversionistas extranjeros se mantuvieron al margen, asustados por la desaceleración del crecimiento y las medidas regulatorias enérgicas de Beijing. Luego vino la elección de Donald Trump como presidente de EU, que no hizo más que reforzar la creencia de que este mercado se había vuelto demasiado riesgoso para invertir.
En todo caso, Trump está resultando más blando de lo esperado con China, y la presión de aranceles que ha aplicado hasta ahora empuja al presidente Xi Jinping a hacer que su país sea atractivo para la inversión.
Los riesgos geopolíticos también están retrocediendo. El gran temor era el “escenario Rusia”: Beijing se excomulgaría de los mercados globales al insistir con sus reclamos sobre Taiwán, como hizo Moscú al hacer sus incursiones en Ucrania.
Los inversionistas reconocen cada vez más que China se había vuelto irrazonablemente barata. A pesar de las fuertes ganancias del año pasado, llegó a 2025 como uno de los mercados principales más baratos del mundo, con acciones que operan a la mitad de la valoración promedio en EU.
Eso deja mucho valor sin explotar. China ahora tiene más de 250 empresas con una capitalización de mercado de más de mil millones de dólares y un rendimiento de flujo libre de efectivo de más de 10 porciento; EU tiene menos de 150. De esas 250 y pico acciones chinas, todas menos alrededor de 20 pertenecen a sectores distintos al de tecnología, liderados por empresas industriales y de consumo discrecional, por lo que las oportunidades no solo están en internet y la inteligencia artificial.
La historia de “China como un país poco atractivo para invertir” se basó en parte en índices de referencia que mostraban rendimientos promedio anuales magros desde principios de la década de 1990. Pero las historias tan a largo plazo pueden inducir a error al pasar por alto los períodos de auge, incluidos mediados de la década de 2000 y finales de la década de 2010. Además, aunque varias compañías de tecnología y de consumo arrojaron rendimientos extraordinarios la década pasada, los índices de referencia no incluyeron a esas empresas durante muchos años y, por lo tanto, capturaron esas ganancias sólo parcialmente.
Ese auge tecnológico colapsó poco después de que Beijing tomó la decisión de volver a imponer el control del partido sobre las grandes compañías de tecnología, comenzando con Alibaba en 2020. Para evitar esta presión sobre el sector privado, algunos inversionistas transfirieron dinero a grupos estatales, que todavía incluyen 70 por ciento de las compañías más grandes de China por ingresos.
Pero según algunas mediciones, el capitalismo con características chinas es más competitivo que su rival estadunidense. Las empresas de gran capitalización representan una proporción menor de las empresas que cotizan en bolsa en China, lo que deja más espacio para los recién llegados. Entre los 11 sectores líderes, siete están menos concentrados en China que en EU, lo que significa que las cinco empresas principales constituyen una porción menor de la capitalización de mercado de cada sector. El sector de tecnología de China está mucho menos concentrado, lo que significa que una compañía privada emergente como DeepSeek podría surgir en un entorno menos dominado por gigantes.
Por supuesto, mientras persistan los riesgos, incluida la amenaza de una intervención estatal arbitraria, las acciones chinas se venderán -y deberían venderse- con descuento. El punto es que el descuento se había vuelto indefendible.
Con los inversionistas volviendo a calcular el descuento de China y el Estado entrando en un periodo de dar marcha atrás, el repunte podría durar. Se podrían descubrir más joyas en este difícil mercado. China es muy “atractivo para invertir”, al precio correcto y para los que tienen los ojos bien abiertos a la desaceleración económica.
OMM