La cumbre del clima de la ONU estableció las reglas para un nuevo mercado mundial del carbono después de seis años de preparación, allanando el camino para un auge en el comercio de créditos de emisiones.
Las denominadas reglas del Artículo 6 surgieron tras días de discusiones sobre los detalles para establecer un marco para el comercio de créditos que representan una tonelada de carbono que se ha reducido o eliminado de la atmósfera.
Se espera que esto canalice una oleada de fondos hacia los sistemas que generan créditos —como los proyectos de plantación de árboles y los sistemas mecánicos de captura de carbono— que adquieren los gobiernos, empresas e inversionistas que buscan compensar sus emisiones.
El nuevo mecanismo de reglas está formado por dos partes: un sistema centralizado abierto a los sectores público y privado, y un sistema bilateral separado que permitirá a los países comerciar con créditos que pueden utilizar para ayudar a cumplir sus objetivos de descarbonización.
Sin embargo, los expertos expresaron su preocupación por un acuerdo en las normas que permitirá que millones de antiguos créditos entren en el nuevo sistema. Estas antiguas unidades se crearon en el marco del protocolo de Kioto y se consideran de baja calidad, por lo que los críticos afirman que no representan los beneficios climáticos que dicen tener.
Dirk Forrister, director ejecutivo de la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones (IETA, por su sigla en inglés), dijo que el resultado es “sólido y ambicioso”. Ahora “le corresponde al sector privado canalizar la inversión verde utilizando estas nuevas estructuras de mercado y acelerar la carrera hacia el cero neto”, afirmó.
La popularidad de las compensaciones de carbono, que las organizaciones utilizan para nivelar sus emisiones, aumentó este año, y los posibles participantes estiman que el comercio de estas unidades puede superar los mil millones de dólares en diciembre.
En la actualidad, el mercado está fragmentado, no está regulado y su precio es opaco, problemas que los expertos esperan que el nuevo marco de la Organización de las Naciones Unidas ayude a resolver.
“De manera crítica para las empresas, las reglas del artículo 6 ya están en vigor y proporcionan un marco que permite la inmediata puesta en marcha de los mercados mundiales de carbono”, señaló John Connor, director ejecutivo del Carbon Market Institute de Australia.
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Las nuevas reglas exigirán a los promotores de proyectos que depositen 5 por ciento de los créditos generados por un desarrollo en un fondo para ayudar a los países en desarrollo a buscar la adaptación al cambio climático, y también que hagan una contribución monetaria.
Otro 2 por ciento de los créditos se cancelará de manera automática para facilitar una reducción a escala global de las emisiones, en lugar de que las unidades se limiten solo a equilibrar las emisiones. Ni esta cancelación obligatoria, ni la tasa obligatoria de 5 por ciento se aplicarán a los créditos del sistema bilateral.
Sin embargo, la inclusión en el acuerdo de los millones de los antiguos créditos —que se estiman en alrededor de 300 millones, según la organización sin fines de lucro Carbon Market Watch— sigue siendo una preocupación a escala global.
Además, estos créditos creados entre 2013 y 2020 pueden potencialmente inundar el mercado con unidades baratas que depriman los precios, indicaron los expertos.
“A los créditos zombis se les otorgó una vida renovada y ahora podrán seguir utilizándose durante la próxima década, limpiando los objetivos climáticos en el papel, pero generando deterioro a la atmósfera en la realidad”, señaló Gilles Dufrasne, responsable de políticas de Carbon Market Watch.