No se puede negar que los operadores de cruceros están sufriendo. Desde que el coronavirus comenzó su rápida propagación mundial en marzo, la industria quedó en suspenso. Con pocos ingresos y un montón de facturas por pagar, compañías como Carnival, Norwegian Cruise Line y Royal Caribbean llevan a cabo recortes de costos y recaudación de fondos para mantenerse a flote hasta que puedan regresar al mar.
Es posible que no sea suficiente. Las compañías depositaron sus esperanzas en una recuperación en 2021, deseando que una vacuna estuviera ampliamente disponible para entonces.
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Eso resultó ser puros buenos deseos. Carnival declaró el miércoles pasado que cancelaría algunos de sus viajes programados para principios de 2021. Si bien esto solo afectará a dos barcos, es un recordatorio de que la pandemia seguirá pesando sobre la industria durante muchos meses más.
Todo esto debería poner un mayor escrutinio sobre las finanzas de los operadores. Carnival consume 650 millones de dólares (mdd) al mes en gastos operativos. Desde el comienzo de la pandemia, recurrió a sus líneas de crédito y recaudó más de 10 mil mdd con la venta de acciones, bonos y activos.
Los analistas no esperan que las utilidades se recuperen hasta 2022. Los operadores de cruceros hablaron de un aumento de las reservaciones para 2021. Sin embargo, toda la demanda en el mundo no ayuda si las empresas no pueden reiniciar sus operaciones. El estancamiento continuo dejará a los operadores navegando por un rumbo precario.
srgs