El "Mayflower" surcará el mar sin un alma a bordo

Barcos autónomos. El trimarán ultramoderno de 15 metros es una iniciativa de alto perfil cuyo objetivo es revolucionar un transporte de 10 mil años de antigüedad.

El navío que zarpará en septiembre estará a cargo de un “capitán” habilitado por inteligencia artificial. Especial
John Thornhill
Londres /

El próximo mes, un trimarán ultramoderno de 15 metros llegará al puerto de Plymouth en la costa sur de Gran Bretaña, marcando el camino hacia un nuevo futuro en el transporte marítimo. El barco llama la atención por su diseño elegante, paneles solares y sistemas de navegación de última generación, pero también va a ser notable por lo que no está a bordo: los marineros.

El Mayflower Autonomous Ship (Barco Autónomo Mayflower), que intentará recrear el viaje original del Mayflower a través del Océano Atlántico hace 400 años, es una de las iniciativas de más alto perfil que tiene como objetivo revolucionar una forma de transporte de 10 mil años de antigüedad.

La revolución de los robots, que ya está transformando el transporte vía aérea y por carretera, también toca cada vez más nuestros mares. A la fecha, el empuje hacia un transporte marítimo totalmente autónomo ha recibido menos atención e inversión que otros sectores del transporte, pero puede tener el impacto más profundo de todos.

En 2018, Rolls-Royce y Finferries, la empresa naviera estatal de Finlandia, demostraron el primer ferry de coches totalmente autónomo del mundo cerca de la ciudad de Turku. En Corea del Sur, SK Telecoms y Samsung desarrollaron un barco de prueba autónomo habilitado para la tecnología 5G. Allied Market Research proyecta que el mercado de barcos autónomos puede alcanzar un valor de 135 mil millones de dólares para 2030.

En algunos aspectos, los barcos autónomos se enfrentan a un desafío más sencillo que los coches o los aviones de este tipo. Hay mucho menos tráfico en los mares y las cosas malas suelen suceder a velocidades más lentas. Sin embargo, en otros aspectos, los obstáculos son mayores porque los barcos se enfrentan a condiciones de operación mucho más extremas, además de una conectividad más irregular.

No es fácil hacer que los sistemas de reconocimiento de imágenes funcionen en medio de una tormenta transatlántica con un acceso débil a internet mientras el barco se balancea hacia arriba y hacia abajo en olas enormes. “El océano te da un baño de modestia muy rápidamente”, dice Don Scott, director de tecnología del Proyecto Mayflower.

Los barcos autónomos también pueden enfrentarse a una amplia variedad de condiciones de operación. Los desafíos de navegar por puertos congestionados son muy diferentes de los peligros de encallar en aguas litorales o navegar en alta mar. Al igual que con otras formas de autonomía del transporte, cualquier adopción de nueva tecnología tendrá que lidiar con prácticas laborales arraigadas, legislación obsoleta y preocupaciones en materia de seguros.

Sin embargo, el desafío inicial será demostrar que la tecnología puede funcionar de manera lo suficientemente segura, consistente y económica. Impulsado por la energía eólica y solar, el Mayflower está lleno de sistemas de navegación por satélite, instrumentos oceanográficos y meteorológicos, sonar, radar y Lidar, todo ello habilitado por la última tecnología informática de la compañía IBM.

La compañía estadunidense de tecnología considera que el transporte marítimo autónomo es un buen caso de prueba para su experiencia en computación de vanguardia, que distribuye la computación y el almacenamiento de datos a los lugares donde se necesita.

Los sistemas de reconocimiento de visión de IBM ayudarán a identificar otros barcos, así como escombros, ballenas y icebergs, mientras tanto, un “capitán” habilitado por inteligencia artificial comandará la embarcación.

El viaje original del Mayflower, que transportó a 102 peregrinos al Nuevo Mundo, duró 66 días. Se espera que el Mayflower autónomo complete el viaje en aproximadamente 12. Pero la travesía inaugural a Estados Unidos, que originalmente estaba planeada para el próximo mes, tuvo que retrasarse hasta abril debido a las complicaciones causadas por la pandemia del coronavirus.

El Proyecto del Mayflower autónomo es dirigido por Promare, una compañía sin fines de lucro que se centra en la investigación y exploración marina. Su objetivo a largo plazo es enviar la embarcación a largos viajes por el océano para recopilar datos de investigación sobre el calentamiento global, la contaminación de plásticos y el impacto en los peces y los mamíferos marinos.

“El Mayflower es un muy buen caso de uso. Es una oportunidad divertida para desarrollar sistemas marinos autónomos que tienen un futuro increíble”, afirma Scott, y agrega: “Esto tiene el potencial de ser una tecnología muy disruptiva, pero no será un cambio explosivo”.

Como descubrieron los peregrinos del Mayflower en 1620, sobrevivir a un arduo viaje y llegar a la tierra prometida solamente es una parte del desafío. Crear una nueva economía viable toma mucho más tiempo. 


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