Con una imagen borrosa de pelo rojo que pasa rápidamente, un entusiasmo efervescente y efusivas disculpas, Hannah Fry llega un poco tarde a Little Social. Nos pusimos de acuerdo en encontrarnos en el bistró porque estaba cerca de la tienda departamental Liberty, donde a Fry le iban a perforar las orejas. Le pregunto si eso ocurrió. Así fue, pero en una visita anterior. Luego, deja caer una noticia impactante.
“La verdad es que estaba muy enferma a principios de este año, tenía cáncer”, dice Fry. En una prueba de frotis de rutina se detectó un cáncer de cuello uterino que requería una cirugía radical y varias semanas de recuperación. “Estuvo muy cerca de que las cosas fueran muy malas, pero tuve mucha suerte. Me salí con la mía”, dice la matemática.
Afortunadamente, Fry tuvo una fuerte recuperación de su enfermedad y reanudó su agitada agenda de escritura, conferencias y difusión. Con su atrevido sentido del humor, la académica de 37 años se ha convertido en una de las matemáticas más reconocidas de Gran Bretaña. Su charla TED sobre “Las matemáticas del amor” atrajo 5.4 millones de visitas. Fry pasa su vida laboral explicando números, probabilidades y riesgos. Pero ella dice que ganó una perspectiva muy diferente cuando se convirtió en el número.
Con una franqueza desarmante, dice que ahora hay una posibilidad entre 10 de que el cáncer regrese y, si lo hace, no hay cura. Se encuentra pensando, como la mayoría de las personas en tales circunstancias, que 90 por ciento está cerca del 100 por ciento, por lo que eso nunca va a suceder. Pero cuando replantea esas mismas probabilidades como 1 de cada 10, entonces “de repente sientes que estás en una formación de 10 personas y que a una persona le van a disparar”. Comprender la dimensión humana de cualquier conjunto de datos es una lección valiosa para cualquiera que trate con estadísticas. “Cuando se trabaja con datos, es muy fácil pensar en las personas como si fueran números”.
Mientras consultamos el menú, le pregunto a Fry si es una foodie (entusiasta de la buena comida). “Honestamente, no”, se ríe. Superando su indiferencia, pide una ensalada de verduras y grupa de cordero Herdwick, mientras que yo opto por una ensalada de cangrejo y bacalao de Cornualles con tomate confitado.
Le pregunto a Fry cómo se interesó por las matemáticas. Ella dice que no está completamente segura, pero sugiere que la relación de las personas con el tema es un equilibrio inestable. Un pequeño empujón en una dirección u otra hará que las amen o las odien.
Los principales consejos de Fry sobre el amor: “Los matemáticos son famosos por ser excelentes en encontrar el amor no solo por su personalidad elegante, sus habilidades de conversación superiores y sus estuches de lápices excelentes”, dice en su popular charla TED. “El amor, como ocurre con la mayor parte de la vida, está lleno de patrones, y las matemáticas, en última instancia, tienen que ver con el estudio de patrones”.
Ella Dice...“El amor, como ocurre con la mayor parte de la vida, esta lleno de patrones, y las matemáticas, en la última instancia, tienen que ver con el estudio de patrones”
En su caso, su madre irlandesa insistía en que Fry leyera una página de un libro de texto de matemáticas todos los días antes de salir a jugar durante unas vacaciones de verano. Cuando regresó a la escuela, le fue bien en la materia y se esforzó más, una especie de aprendizaje reforzado. Ser buena en matemáticas pronto se convirtió en parte de su identidad.
Fry pudo explorar las dimensiones creativas de las matemáticas mientras estudiaba un doctorado en el University College of London. Ella compara la investigación matemática con la exploración geográfica: la solución existe en algún lugar y solo necesita ser descubierta.
Una cosa que encuentra interesante es cómo se utilizan los algoritmos informáticos basados en matemáticas en los sistemas automatizados de toma de decisiones. Hannah Fry ha pasado mucho tiempo hablando con los expertos de DeepMind de Google en Londres, que han sido pioneros en la investigación en inteligencia artificial, y ahora trabaja en su segunda serie de podcasts sobre la investigación de la compañía.
El poder de la ciencia para mejorar nuestras vidas quedó demostrado por la pandemia de covid-19 y el rápido desarrollo de vacunas. Pero también expuso las limitaciones de la comprensión pública. Hannah Fry dice que se quedó “impresionada” por el escaso conocimiento científico mostrado por algunos políticos y medios. Su pesadilla particular ha sido la renuencia a utilizar ejes logarítmicos, que según ella son una mejor manera de representar el crecimiento exponencial porque brindan una visión más clara de la trayectoria de la pandemia.
Le pregunto cómo explicaría mejor el concepto al primer ministro de Reino Unido. Su ejemplo favorito es el de un lirio imaginario en un estanque que duplica su superficie todos los días. Comienza a crecer en un rincón minúsculo y cubre toda la superficie del estanque después de un mes. Es una historia similar con las cifras de hospitalizaciones durante el último aumento significativo de covid-19.
Fry también trabaja en un documental de la BBC sobre su enfermedad. Al darse cuenta de que no podía filmar una hora de ella llorando, comenzó a explorar nuestra relación con el miedo a la enfermedad, nuestro sentido de la mortalidad y nuestra insistencia en reducir todos los riesgos en la medida de lo posible.
Siempre está pensando en formas imaginativas de darle vida a las maravillas de la ciencia y las matemáticas. “Hay tanto humor y cosas inusuales acerca de quiénes somos y cómo queremos que sea el mundo, que faltan en estas representaciones tan formales de la ciencia. Creo que es muy poco”, dice, mientras bebe el último sorbo de su café. Con eso, Fry prosigue en su misión de explorar y explicar la “rareza de la realidad”.
srgs